Por REDACCION
La reducción del consumo es un síntoma de alerta, tal vez el más expresivo de todos para reflejar que las cosas no andan bien, ya que el gobierno desde siempre privilegió el sostenimiento del mercado interno como mayor sustento para empujar el crecimiento de la economía. Pero hoy está en retroceso, tal como sucede también y desde hace tiempo, con la balanza fiscal y la comercial, ambas en fuerte pendiente descendente.
Pero hoy nos ocuparemos sólo del consumo interno, estrechamente ligado a las ventas minoristas, las que en el mes de febrero experimentaron un retroceso de nada menos que 6,5%, para lo cual aparece una serie de factores que combinados produjeron este efecto: por un lado la mayor prudencia de los consumidores frente a una inflación que, al menos hasta ahora, parece incontenible, la devaluación del peso que redujo el poder de compra de manera significativa, y finalmente, el encarecimiento del financiamiento con tarjetas de crédito por el corrimiento de tasas. Como en los últimos tiempos las compras con dinero plástico es todo un clásico, con contraerse esa posibilidad se produce el impacto en la caída de las ventas.
Y lo más preocupante es que este descenso de febrero se agrega a algo igual que había acontecido en enero, con lo cual conformamos un muy negativo bimestre inicial del año, mostrando a consumidores muy cautos a la hora de sus compras, enfocándose sólo en aquellos productos que les son indispensables.
De acuerdo con el análisis que hizo la CAME en su informe respectivo "la caída de ventas fue generalizada" ya que ningún rubro pudo escaparle a la tendencia bajista, aunque el mayor impacto se sintió en los electrodomésticos, muebles, joyerías, librerías e indumentaria, y lo que es realmente saliente, como para terminar de describir la delicada situación, es que la tendencia "se repitió a lo largo de todo el país".
La perspectiva, luego de dos meses consecutivos en retracción, es ciertamente incierta, generándose un clima de honda preocupación respecto a la evolución que tendrán las ventas hacia adelante. Por ahora no puede aún hablarse de una orientación firme hacia la baja, pero la tendencia en realidad existe, considerándose que lo que acontezca en este mes de marzo será determinante en cuanto al rumbo inmediato.
Analiza también la entidad que la suspensión de cuotas sin interés o los recortes de plazos ofrecidos fueron dos de los factores que impactaron fuerte en la caída de las ventas en estos meses de enero y febrero. Lo que suceda en los próximos meses con las tarjetas de crédito, en cuanto a sus costos, será decisivo para las ventas, ya que esta metodología es la que prevalece desde hace largo tiempo en la modalidad de pago del mercado. Se sostuvo además que "cobró cierto efecto de compás de espera en muchas compras, ya que los consumidores están a la expectativa de que vuelvan las cuotas, o que se acomoden algunos precios que quedaron desfasados por los movimientos cambiarios de diciembre y enero".
Pero indudablemente, aunque es cierto el impacto de la general retracción de la gente a comprar cuando hay incertidumbre, o la falta de financiamiento, todo gira bajo una excluyente denominación: inflación. Es que este flagelo deteriora absolutamente toda la economía, con mayor razón la familiar, que depende de ingresos fijos que van cayendo un poco todos los días. El poder adquisitivo del salario está en claro retroceso frente a esta oleada inflacionaria, alrededor de los 4 puntos en cada uno de los dos primeros meses del año, formulándose diversas estimaciones para la medición interanual, que podría estar rondando entre 40 y 50 por ciento. Confiemos en que algunas de las medidas que va tomando el gobierno surtan el efecto esperado y puedan contener esta avalancha.
Los 22 rubros que fueron relevados por la CAME tuvieron descensos interanuales, no salvándose siquiera uno, lo cual refleja claramente la generalización de la situación en retroceso. El más afectado fue el inmobiliario con 15,8%, que viene siendo el más castigado desde que se impusieron las restricciones sobre el dólar.
En lo que va del año las ventas acumulan una caída promedio de 5,2%, y en lo poco que va de marzo no se advierten síntomas como para ir repechando esta situación.
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