Por REDACCION
A pesar de los llamados de atención por parte del planeta y del denominado cambio climático que se produce como consecuencia de la acción del hombre según coinciden en afirmar prestigiosos investigadores, la humanidad no parece advertir la gravedad de la situación aún continúa tirando de la cuerda y minimizando las alertas.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el agotamiento de los recursos, la degradación medioambiental y el cambio climático plantean amenazas fundamentales para la seguridad humana. Por separado o en combinación con otros factores, pueden desestabilizar las formas de vida, afectando negativamente a los ecosistemas y socavando la paz y el desarrollo.
En un documento en el que analiza los riesgos sobre el planeta, advierte que el conflicto violento puede emerger allí donde las instituciones locales y nacionales carezcan de la capacidad para resolver disputas que puedan derivar de la degradación o el agotamiento de los recursos.
Así, plantea que a medida que aumenten la población y el crecimiento económico, también lo hará la demanda de recursos escasos y el potencial de surgimiento del conflicto. Ante este panorama, para la ONU resulta crucial que los profesionales del desarrollo sepan cómo evitar los conflictos relacionados con los recursos naturales, y como contener y apaciguar los conflictos una vez que existan.
Mientras tanto, la organización no gubernamental Global Footprint Network alertó que la humanidad habrá consumido el 1 de agosto el conjunto de los recursos que la naturaleza puede renovar en un año y vivirá "en deuda" durante cinco meses. El 1 de agosto es la "fecha en la que habremos utilizado todos los árboles, el agua, el suelo fértil y los peces que la Tierra nos puede aportar en un año", explicó Valérie Gramond del WWF, que recordó que esta fecha llega cada vez más pronto. Además, advirtió que la humanidad habrá emitido más dióxido de carbono del que los bosques pueden absorber.
Y en lo que constituye una inquietante afirmación, la ambientalista señaló que haría falta actualmente el equivalente de 1,7 planetas Tierra para satisfacer las necesidades de las personas. El 1 de agosto es la fecha más temprana registrada desde que empezó a contabilizarse el "Día de Sobrecapacidad de la Tierra", a principios de los setenta. Entonces, los recursos fueron agotados el 29 de diciembre, mientra que el año pasado esta fecha ya se había adelantado hasta el 3 de agosto.
Desde entonces, añade el WWF, se aceleró el agotamiento de los recursos a causa del consumo excesivo y del derroche de comida, a la vez que recuerda que en el mundo un tercio de los alimentos termina en una basura aunque la situación es distinta según el país del que se trate. Es que pequeños países poco poblados como Catar o Luxemburgo tienen una huella ecológica muy importante, cuestionó la entidad ecologista. En tal sentido, consideró que si el conjunto de la humanidad viviera como los cataríes o los luxemburgueses, el "Día de Sobrecapacidad de la Tierra" sería el 9 y el 19 de febrero, respectivamente. En cambio, agrega, en un país como Vietnam, esta fecha no se produce hasta el 21 de diciembre.
Preocupada por el incremento el año pasado de las emisiones de CO2, después de tres años en los que se mantuvieron estables, la oenegé ambientalista instó a pasar del grito de alarma a la acción. En la página web del "Día de Sobrecapacidad de la Tierra", se proponen varias soluciones para invertir la tendencia actual: replantear el modelo de las ciudades, impulsar las energías renovables, reducir el derroche de comida y el consumo excesivo de carne y limitar el crecimiento demográfico.
Sin que se confirme o se desestime en términos oficiales, no pocas guerras se inician por el control de los recursos naturales. La pulseada por la energía explica en gran medida lo que sucede en Medio Oriente, un polvorín mundial donde países, facciones y potencias globales se disputan el dominio del oro negro o petróleo. Se trata de guerras interminables donde la religión o los gobiernos autoritarios, en ocasiones, enmascaran el derramamiento de sangre y las continuas violaciones a los derechos humanos, comenzando con la más elemental (el derecho a la vida).
Así, las profecías que se proyectan en las salas de cine en formato de películas sobre las guerras del porvenir no son ningún disparate. En algún momento, habrá guerra por el agua, por la tierra y por los alimentos.
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