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Editorial Lunes 25 de Febrero de 2019

Los peligros del cigarrillo electrónico

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REDACCION

Por REDACCION

El número de jóvenes estadounidenses que utilizan cigarrillos electrónicos aumentó en un millón y medio en 2018, compensando los años de reducción del consumo de tabaco en escuelas secundarias y universidades, informaron el lunes las autoridades sanitarias.

Unos 3,6 millones de estudiantes de escuelas secundarias y universidades vaporearon en 2018 mientras en 2017 lo hicieron 2,1 millones, un vertiginoso aumento de 71%. La cantidad de fumadores de cigarrillos y otros productos de tabaco, mientras tanto, se mantuvo estable, según un informe de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).

"El aumento meteórico del uso de cigarrillos electrónicos por parte de los jóvenes el año pasado amenaza con eliminar los avances logrados en la reducción del consumo de tabaco en los jóvenes", dijo el director de los CDC, Robert Redfield. "Una nueva generación corre el riesgo de desarrollar una adicción a la nicotina".

Las autoridades apuntan específicamente al líder del mercado, Juul, a quien amenazan regularmente. "Todas las opciones están sobre la mesa en términos de política", advirtió Mitch Zeller, director de productos tabacaleros de la FDA, la agencia federal que regula los cigarrillos electrónicos, que ya en noviembre restringió la venta de algunos sabores como fresa o chicle.

El vaporeo empezó a verse entre jóvenes estadounidenses desde principios de 2010, superando el hábito de fumar cigarrillos en 2014.

Si bien el número de fumadores en la secundaria ha ido disminuyendo constantemente desde 2011, la cantidad de vaporeadores ha aumentado dramáticamente, de 1,5% de los estudiantes de secundaria a 20,8% en 2018.

Esa es la proporción de estudiantes que dicen haber usado este producto en el último mes. En el mismo período, el número de fumadores de tabaco "combustible" (cigarrillos, habanos...) pasó de 21,87 a 13,9%.

La universidad también se ha visto afectada por este aumento, aunque en menor medida. El estudio estima en 4,9% la proporción de estudiantes universitarios vaporeadores.

En Estados Unidos, las autoridades incluyen el vaporeo en las estadísticas sobre el uso del uso del tabaco, dado que la nicotina de los cigarrillos electrónicos proviene del tabaco, pero otros países no lo clasifican como un producto tabacalero.

En nuestro país, esto no ha sido un tema de debate todavía. Quizás, porque el cigarrillo tradicional siga teniendo cierto poder sobre la sociedad. 

El Estado ha tomado la sana decisión de incrementar fuertemente la carga impositiva sobre el tabaco, para que sea cada vez más costoso, y por lo tanto, inaccesible para buena parte de la población. Especialmente, los jóvenes, para que no ingresen a esta adicción, que, vale la pena decirlo, está legalmente habilitada. 

Los cigarrillos electrónicos, en nuestro país, se ven como una excentricidad. Quien lo utiliza, se lo ve como una rareza. Pero nadie advierte, hasta ahora, las dificultades que en otros países comienzan a advertir. 

El hecho de que no se lo considere como "cigarrillo", muchas veces termina alejándolos de las prohibiciones actuales. De esta forma, muchos podrían estar fumando en lugares hoy prohibidos en buena parte de la Argentina, y sin embargo, no estarían violando ninguna norma. 

Como lo que emiten son vapores, se entiende que las consecuencias secundarias del cigarrillo tradicional no existe. Pero, sin embargo, el humo que ingresa al organismo sí tiene rastros de nicotina, la sustancia que se torna adicta al fumador. 

Tiene otra consecuencia que quizás no sea tan tenida en cuenta y que es lo que lo torna peligrosa. El cigarrillo tradicional tiene un punto de inicio y otro de fin. En determinado momento, una vez consumido el tabaco envuelto en el papel, se llega al filtro y se elimina. El suelo o algún cenicero suelen ser los destinos finales de las colillas. Pero, el cigarrillo electrónico, no tiene fin: se puede estar fumando permanentemente, durante horas. 

Tomemos algunas estadísticas nacionales sobre el tabaquismo. El consumo de tabaco causa anualmente en Argentina la muerte de más de 40 mil personas, por lo que los especialistas en salud advirtieron sobre el consumo en adolescentes y la "peligrosa" tendencia del uso del cigarrillo electrónico. El 25% de la población adulta de nuestro país fuma, lo que representa una de las prevalencias de consumo más altas de la región. El costo del consumo se mide en función de la enorme carga de morbilidad, el gran sufrimiento y las muchas dificultades familiares que ocasiona.

En nuestro país, el cigarrillo electrónico está prohibido por el ANMAT. Sin embargo, el ingreso irrestricto a través de las fronteras hace que se puedan observar en algunos lados, incluso en nuestra ciudad. Muchos ven en esa prohibición del organismo nacional, en realidad, no una defensa de la salud, sino una protección de los intereses económicos de las tabacaleras. 

Lo cierto es que este es un tema de muy amplia discusión. Sin embargo, la mayoría de los argentinos estamos sumidos en la cotidianeidad de llegar a fin de mes, de resolver nuestros problemas más inmediatos. Se necesitan estadistas que puedan entender que estos problemas se resuelven desde ahora para el largo plazo. 

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