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Editorial Miércoles 24 de Abril de 2013

Las estadísticas

Las estadísticas tienen que ver mucho con la economía, y el declive argentino está relacionado con la falsedad del INDEC. Es lo que razonan en el FMI.

Redacción

Por Redacción

"Los amplios controles a las importaciones y al mercado cambiario afectaron la confianza en los negocios y las inversiones", dice textualmente un informe del FMI respecto a las perspectivas de la economía de la Argentina, el cual se conoció recientemente en Washington.

En cuanto a cifras concretas, dice el organismo financiero que este año nuestro país tendría un crecimiento de 2,8%, calculando además que en 2014 sería de 3,5% en tanto que la inflación de ambos períodos estaría en el orden de 9,8% y 10,1% respectivamente. De todas maneras, y como para escudarse de muy posibles desviaciones que se produzcan en sus pronósticos, se deja sentada la salvedad que los cálculos están basados en estadísticas que proporcionó oficialmente el gobierno argentino, las cuales son de "baja calidad", por lo cual se descuenta que la situación económica "podría ser peor".

Recuerda la entidad, que en el mes de febrero pasado había llamado al gobierno argentino a adoptar las medidas necesarias para solucionar la calidad de los índices de sus estadísticas oficiales, recordando que las mediciones que viene haciendo el FMI desde 2008 en adelante registran un crecimiento más bajo y una inflación más alta que las medidas oficialmente, razón por la cual se advierte que "dentro de este contexto, el Fondo está usando estimaciones alternativas de aumento del producto y del índice de precios para el seguimiento de los datos macroeconómicos de la Argentina".

Debe tenerse en cuenta por lo tanto que el 2,8% del FMI divulgado ahora es más bajo que el 4% estimado en el presupuesto argentino de este año, y a la vez 0,3% menor que el que se había pronosticado en octubre pasado, ya que las condiciones han continuado en permanente desmejora. Y como la inflación estimada por los sectores privados oscila entre 25 y 30 puntos anuales, la erosión será todavía mayor, de modo especial hasta el mes de octubre en que habrá elecciones, ya que hasta entonces es muy improbable que se adopte alguna medida de contención inflacionaria, presentándose a la vez una perspectiva muy complicada para después del acto comicial cuando se deban tomar decisiones de ordenamiento general, pero además subsanar temas como los congelamientos, que es muy factible signifiquen nuevas explosiones inflacionarias.

Según el FMI tanto Venezuela -que vive un escenario similar al argentino- como nuestro país, tienen las subas de precios más altas de Latinoamérica, lo cual torna muy difícil poder manejar la situación y volverla a encauzar dentro del orden, más aún cuando ambos gobiernos de neto corte populista quieren evitar ajustes y sostener el consumo en base a emisión monetaria. La Argentina es fuertemente dependiente de la soja, mientras que Venezuela en cambio lo es en forma casi absoluta del petróleo, explicando esta nada menos que el 93% de las exportaciones, lo cual da una idea muy clara en cuanto a la debilidad de las economías de ambos países.

Pudo saberse además, en fuentes allegadas al FMI, que existe la convicción que lo que está haciéndose en nuestro país con el INDEC, falseando las estadísticas y manipulando todos los índices, sólo apunta "a ganar tiempo", ya que más temprano o más tarde será inevitable hacer un reconocimiento de toda la basura que fue escondiéndose debajo de la alfombra.

Lo que se señala además, es que el intento por modificar la medición del INDEC, dividiendo el nuevo índice por clases sociales, es para generar más confusión todavía de la que existe ahora, ya que las actuales canastas que miden la pobreza y la indigencia, con cifras realmente ridículas al ser confrontadas con la realidad, se transformarán en canastas para los pudientes, para la clase media y para los pobres. Allí esos índices serán mucho más sencillo de diluir, aunque el resultado final será de una absoluta confusión en la gente. 

Debe recordarse, advirtiendo que existiría de por medio la posibilidad de llegar a la expulsión de nuestro país como integrante del FMI, que se otorgó un plazo hasta el 29 de septiembre para reconformar las estadísticas del INDEC, algo que no parece muy probable que ocurra, sino que se respondería con los señalados cambios en los índices. Es decir, volviendo a "disfrazar" las cifras y por lo tanto la realidad.

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