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Editorial Lunes 23 de Julio de 2012

La opción del desarme

Mientras en Rafaela se llevaba a cabo un desarme voluntario, en EE.UU. un hombre ingresaba a la sala de un cine y mataba a 12 personas.

Redacción

Por Redacción

En la misma semana donde en Rafaela se llevó a cabo una campaña de desarme voluntario, el mundo se vio conmovido con la aparición de un nueva masacre a mano armada en un país que no restringe la venta y que nos tiene acostumbrados a este tipo de tragedias. Dos noticias que se sucedieron en el mismo tiempo y que nos obligan a profundizar el debate en torno a la portación ilimitada de armas.

Tras el asesinato de 12 personas en una sala de cine de Denver, el tema en Estados Unidos ya quedó instalado. En ese país, la compra de armas está al alcance de todos y no existen restricciones para la adquisición y uso de todo tipo de arma de fuego. Una política que cuenta con el respaldo de las posturas más reaccionarias en la lucha contra la inseguridad, como así también del fuerte lobby proveniente del mercado de armas.

"De afuera nos critican mucho por esto y tienen razón", se quejó, desde las páginas de The New York Times, la columnista Gail Collins, en un artículo en el que describió lo permisivo que puede llegar a ser el régimen para la compra de armas en este país y el miedo reverencial de los políticos -incluido el presidente Barack Obama- a meterse con el tema.

Con el apoyo de blogueros, de periodistas y de algunos actores de Hollywood, miles de activistas en todo el país intentaron forzar, una vez más, el debate para modificar la legislación que permitió, incluso, que el joven James Holmes, ex estudiante de neurociencias, comprara por Internet las municiones y las recibiera libremente en su casa. Además, que en los últimos dos meses el joven comprara libremente cuatro armas de fuego y decenas de explosivos.

De acuerdo con la firma Gallup, el 45% de las familias norteamericanas tiene un arma en su casa. Hoy pueden comprarse libremente armas de fuego con capacidad como para disparar hasta cien balas sin necesidad de recarga, y el hecho de estar en la lista de "terroristas buscados" no impide el acceso a un arma de fuego.

Mientras tanto, en Latinoamérica (según la Organización Panamericana de la Salud), los poseedores de armas de fuego tienen 43 veces más probabilidades de matarse o de matar a alguien de su familia, que de disparar contra un delincuente.

En nuestro país, las estadísticas indican que la mitad de los homicidios dolosos que se registran son cometidos con armas de fuego, y aproximadamente un 75 por ciento de ellos se produce como resultado de una resolución violenta de conflictos interpersonales o en el marco de situaciones accidentales.

En lo que respecta a la provincia de Santa Fe, del total anual de homicidios registrados en 2010, el 78 por ciento obedeció a causas o motivos que no supusieron la comisión previa de un delito. Es decir, que no estuvieron vinculados con episodios de robo o violación. Los años 2011 y 2012, muestran también números similares que ascienden al 89 por ciento y 88 por ciento respectivamente, superando la media nacional.

En el año 2007, el Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación puso en marcha un programa que constituye una política integral de control y prevención de la violencia armada, que incluye medidas de control del mercado legal y de persecución del mercado ilegal de las armas de fuego.

Vale destacar que durante la primera etapa de este programa se entregaron 136 mil armas pertenecientes a la población civil, y que la provincia de Santa Fe aportó aproximadamente unas 10 mil armas.

La semana pasada, el Gobierno provincial junto con el Registro Nacional de Armas de Fuego y Explosivos (RENAR) dispuso un puesto móvil de recepción de armas de fuego. En total, fueron recolectadas unas 150 armas, las cuales fueron destruidas en el acto y a la vista de los presentes.

El incentivo económico entregado a cambio del arma de fuego y municiones, osciló entre los 200 y 600 pesos, dependiendo del calibre del arma. La entrega fue anónima, por lo que no se solicitaron documentos personales al momento de realizar la entrega del arma ni para retirar el cheque. Asimismo, tampoco se indagó acerca de la procedencia del arma.

Un programa que realiza un gran aporte a favor de la seguridad y que, a diferencia de lo que sucede en otras partes del mundo, nos demuestra que en algunas cosas hemos sabido avanzar.

Crímenes brutales e injustos hay en todas parte del mundo. Pero no en cualquier parte se puede acceder tan fácilmente a las armas. Ese debe seguir siendo nuestro desafío.

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