Por REDACCION
La presión fiscal se convirtió en los últimos días en otro de los ejes de la campaña electoral que se desarrolla actualmente en la Argentina con vistas a las primarias del 11 de agosto. El Gobierno y la oposición que se disputan el voto de los ciudadanos cruzaron acusaciones sobre la estructura impositiva y el déficit fiscal, entre otras herramientas de la política tributaria.
Teniendo en cuenta la cantidad y magnitud de los instrumentos tributarios vigentes en Argentina en los distintos niveles de gobierno (Nacional, Provincial y Municipal), todos los años el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) lleva adelante el cálculo de la carga tributaria formal a la que se enfrentan familias asalariadas tipo, que pagan tributos tanto al momento de generar sus ingresos, como también cuando consumen bienes y servicios, o por la posesión de un determinado patrimonio. Es decir, estima qué porcentaje de sus ingresos totales deja de cobrar una familia por el hecho de pagar diferentes tributos que inciden tanto sobre sus ingresos/patrimonio como sobre sus gastos.
Así, la carga tributaria formal integral de los tres niveles de gobierno sobre una familia asalariada durante el 2019 se ubica entre el 49,2% y el 58,2% del ingreso total. A partir del 2016 se observó una reversión de la tendencia de incremento en la presión tributaria sobre el ingreso de los asalariados formales que se venía registrando en años
anteriores.
La información de la carga tributaria formal puede presentarse de manera práctica, explica el Iaraf, utilizando como unidad de medida a la hora de trabajo de un individuo. De esta manera, se puede traducir la carga tributaria en minutos (y segundos) de cada hora trabajada necesarios para generar los ingresos que permitan afrontar el pago de los tributos correspondientes. Desde esta perspectiva, un trabajador debe utilizar 29 minutos y 31 segundos de cada hora laboral para cubrir todos los tributos en 2019. Y otro con ingresos inferiores deberá trabajar 34 minutos y 56 segundos para hacerlo.
En el marco de este análisis, Iaraf realiza el cálculo del “Día de la independencia tributaria” considerando los
porcentajes de carga tributaria formal. Se obtiene un indicador que muestra hasta qué día del año un ciudadano debe trabajar para cumplir con todos los impuestos que inciden económicamente sobre su ingreso.
Según los resultados obtenidos, un trabajador asalariado formal en Argentina debería trabajar en 2019 entre 180 y 212 días para cumplir con las obligaciones tributarias de los tres niveles de gobierno, dependiendo de sus ingresos. En consecuencia, el “Día de la independencia tributaria” se ubica en Argentina entre el 28 de junio y el 31 de julio, en función de cuáles sean sus ingresos.
El estudio ejemplifica cuatro casos. Teniendo en cuenta el ingreso neto de bolsillo, el caso 1 cuenta con ingresos mensuales por $ 33.250 y su independencia tributaria es el 28 de junio, el caso 2 gana $ 72.050 y se libera el 3 de julio, el caso 3 cuenta con $ 106.801 y se independiza el 22 de julio y el caso 4 alcanza a $ 162.223 y queda libre el 31 de julio.
Respecto al pico de carga tributaria que para todos los cuatro casos en que se divide por ingresos a los trabajadores se dio en 2015, se verifica una reducción que es de 3 días en el Caso 1, pero pasa a 23 días para el Caso 2, a 28 días menos en el Caso 3 y a 19 días en el Caso 4. Los Casos 2 y 3 son los más representativos de sectores de ingresos medios y medios/altos que durante el subperíodo 2011-2015 recibieron relativamente el mayor aumento de la carga tributaria en nuestro país. Por su parte, el Caso 1, el nivel más bajo de ingresos ejemplificado, no queda alcanzado ni por el impuesto a las ganancias ni por el impuesto a los bienes personales, por lo que el “Día de la independencia tributaria” ha permanecido relativamente estable a lo largo de la década.
Días más días menos, siempre se trabaja cerca de medio para el Estado. Y la presión fiscal puede estar en línea a la que se ejerce en países de primer mundo, con la diferencia que en la Argentina los ciudadanos creen que la devolución del Estado no está a la altura del esfuerzo de los contribuyentes. Esto es, en el primer mundo se pagan altos impuestos pero hay buenas rutas y un Estado que funciona. En la Argentina no es tan así.
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