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Editorial Miércoles 20 de Febrero de 2019

La III Guerra Mundial sin bombas

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REDACCION

Por REDACCION

La Primera Guerra Mundial se caracterizó por las trincheras y el uso de armas químicas. La Segunda, por el uso de armas atómicas. Quizás ya estemos viviendo la Tercera Guerra Mundial y, como no hay armas, no nos estemos dando cuenta. Quizás, la característica principal, sea el (no) uso de la información. 

Rusia lanzó el martes 12 de febrero el proceso para equiparse de un "internet soberano" capaz de funcionar de forma independiente en caso de ruptura del país con los grandes servidores mundiales, pero también para aumentar su control sobre la red.

Estos últimos años, las autoridades rusas no han cesado de estrechar el cerco en torno a internet, bloqueando contenidos y webs relacionadas con la oposición, y también servicios que se niegan a cooperar con ellas, como la plataforma de video Dailymotion, la red social LinkedIn y la mensajería Telegram.

Aunque algunos sectores dicen temer un internet "al estilo chino", bajo control de las autoridades, los defensores del proyecto lo presentan como la respuesta rusa a las crecientes amenazas en el ciberespacio.

El proyecto de ley, adoptado el martes por 334 contra 47 en primera lectura en la Duma, la cámara baja del Parlamento, incluye una serie de medidas para garantizar el funcionamiento del segmento ruso de internet y protegerlo de posibles ciberataques.

Es, según sus defensores, una respuesta al "carácter beligerante de la nueva estrategia estadounidense en materia de ciberseguridad adoptada en septiembre de 2018", que señala a Rusia como una amenaza.

Concretamente, el proyecto prevé una "infraestructura que permita asegurar el funcionamiento de los recursos de internet rusos en caso de imposibilidad para los operadores rusos de conectarse a los servidores de internet extranjeros".

Los suministradores rusos de acceso a internet también tendrán que garantizar la aplicación en sus redes de "medios técnicos" que permitan un "control centralizado del tráfico" para frenar posibles amenazas.

El regulador ruso de telecomunicaciones y medios, Roskomnadzor, deberá suministrar estos "medios técnicos" a los operadores.

"Esta ley comporta graves riesgos para la sociedad civil" en Rusia, explica a la AFP Artiom Kozliuk, director de la ONG de defensa de la libertad en internet Roskomsvoboda. Además de señalar que el proyecto "exige fondos presupuestarios gigantescos".

El Tribunal de Cuentas ya criticó el plan por su elevado coste, estimado a más de 20.000 millones de rublos (270 millones de euros, 304 millones de dólares). El gobierno también puso objeciones al proyecto, interrogándose sobre su financiación y sobre la ampliación de los poderes acordados a Roskomnadzor.

La agencia tendrá la posibilidad de intervenir directamente en la administración de la red en caso de amenaza y podrá bloquear directamente contenidos prohibidos en Rusia. Hasta ahora, son los operadores los que se encargan de ello.

Desde 2014, con el inicio de la tensión entre Moscú y Occidente, las autoridades rusas decidieron crear un "copia de seguridad" de la infraestructura del segmento ruso de internet, para proteger la red en caso de guerra.

Además, desde hace varios años, Rusia intenta reforzar su control en la red, uno de los últimos sectores de relativa libertad en el país. Por eso requiere a las empresas digitales, rusas y extranjeras, que almacenen los datos de sus usuarios en Rusia.

Los medios, los blogueros, así como la popular red social VKontakte o los portales Yandex y Mail.ru también tienen que almacenar los datos de usuarios durante seis meses y aceptar suministrarlos a las autoridades. Los servicios del tipo VPN que permiten esquivar el bloqueo también pueden ser suspendidos a pedido de las autoridades.

"Las leyes tomadas desde 2012 bajo pretexto de defensa de los niños, contra el suicidio, contra los terroristas o para la seguridad de internet rusa permiten restringir cada vez más los derechos y las libertades en la red", abunda Kozliuk.

Así las cosas, pareciera que ese origen mágico de internet, a finales de los 90's o principios del Siglo XXI, en donde se afirmaba categóricamente que llegaba para democratizar los contenidos, a menos de dos décadas, ya quedó absolutamente de nada. 

Ya todos saben de la importancia de la información y, en particular, de la desinformación. Las posibilidades de generar cambios de conductas a partir de "Fake News" o "noticias falsas" es algo que se ha analizado en las últimas elecciones en donde los resultados han sido cuestionados: las victorias de Donald Trump en 2016, Bolsonaro en 2018, la de acuerdo con las FARC y el Gobierno de Colombia, el Brexit... en todas ellas aparece una sospecha de un manejo tergiversado de la información para torcer, quizás, el rumbo de la historia. 

Todos usamos redes sociales. Pero no todos estamos atentos a lo que hacemos con ellas y, particularmente, lo que hacen ellas con nosotros.

Está claro que la decisión de Rusia va en contra de la posibilidad de compartir más y mejores contenidos. La pregunta que vale la pena hacerlo es si eso ya no ocurre. Lo que sí está claro es una cosa: la Guerra de la Información ya llegó. 

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