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Editorial Jueves 30 de Agosto de 2012

La fuerza nuclear

El desastre de Fukushima de marzo de 2011 quedó en el olvido. En 20 años se duplicarán las centrales existentes en el mundo.

Redacción

Por Redacción

Del mes de marzo de 2011 a la fecha pasó apenas un año y medio, sin embargo parece que hubiese transcurrido un siglo, y que de aquel verdadero desastre de la central nuclear japonesa de Fukushima, cuyas consecuencias pudieron observarse a través de la TV prácticamente en forma directa, sólo quedan difusos recuerdos. Es que aquel desastre desencadenó una importante corriente contra esas centrales atómicas que, llegado el caso, podían llegar a desencadenar una reacción en cadena y poner al planeta prácticamente al borde de la desaparición. O bien, sin llegar a tales extremos, quedó muy claro que ninguna central alimentada por reactores nucleares es totalmente segura, por más medidas preventivas que se tomen. 

Frente a tales circunstancias, comenzó a generarse una corriente decididamente opositora contra los sistemas atómicos para la generación de energía. Que no se debían construir más centrales, e incluso en algunos lugares se anunció precipitadamente la intención de ir desarticulando las existentes. Fukushima puso un alerta mundial que generó enorme preocupación en la gente, de modo especial con residencia cercana a alguna de estas centrales diseminadas por todo el mundo.

Pero, pasado tan poco tiempo, la situación es absolutamente al revés de lo que podría pensarse, pues en lugar de retraerse la construcción de estas centrales atómicas, cada vez hay más, pues se encuentran en distintas etapas de avance nada menos que 62, están en vías de planificación otras 160, mientras que en la etapa de proyecto hay 329. Si tenemos en cuenta que en este momento existen 436 plantas de estas características en todo el mundo, se viene una cantidad tal que duplicará holgadamente la existencia de las mismas, lo cual permite suponer que el temor generado por el desastre de Fukushima pasó prestamente al olvido.

Según estas estadísticas que se conocieron durante el desarrollo de un evento internacional en Sicilia, el cual reunió a un centenar de científicos nucleares de 40 países, si bien existen hoy en funcionamiento 436 centrales nucleares, dentro de un plazo estimado en 20 años, habrá más del millar. De ese total en funcionamiento, 104 se encuentran en Estados Unidos, 58 en Francia, 50 en Japón, 33 en Rusia, 23 en Corea del Sur, 21 en la India, Canadá 18, 16 en China, 16 en Gran Bretaña, 10 en Suecia,  9 en Alemania, España con 8, 7 en Bélgica, 5 en Suiza y 4 en Finlandia, y otros países con menor cantidad que completan el listado, entre los cuales se encuentra la Argentina con dos centrales.

De los países mencionados, quien contará con la mayor cantidad en un futuro no demasiado lejano, es China. Es que agregará a las 16 existentes en su territorio, nada menos que otras 197, de las cuales 27 están en construcción, 50 totalmente planificadas y otras 120 en estado de proyecto. Justamente sobre los chinos, se sostuvo en el seminario en cuestión, que ese país cumple medidas de seguridad mucho más rigurosas que Japón, donde ocurrió en marzo de 2011 el enorme desastre de los cuatro reactores de Fukushima, consecuencia de un sismo y tsunami que destruyó parte de las instalaciones de la central, liberando una radiación que no sólo se extendió por el ambiente, sino también por las aguas.

Con relación a las centrales atómicas en nuestro país, ya dijimos que son dos las que se encuentran en funcionamiento, Atucha I en la localidad bonaerense de Lima en el partido de Zárate e inaugurada en 1974, y la de Embalse Río Tercero en la provincia de Córdoba que funciona desde 1984, encontrándose en avanzado estado de construcción y pronto a ser habilitada la central Atucha II, también en Lima. Justamente, hace pocos días, la Agencia Nuclear Internacional hizo saber que el reactor de Atucha I está dentro de los 19 bajo vigilancia por parte del organismo, ya que cuenta con elementos provistos por la empresa que opera la central de Doel, en Bélgica, donde podría ser probable que existan fallas, estando bajo investigación. De todos modos, como para no incentivar alarmas, digamos que Atucha I fue inspeccionada en el pasado mes de abril con "resultados satisfactorios".

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