Por REDACCION
Cómo es posible que un hombre exitoso en los negocios alcance niveles de popularidad como estrellas de la música y el cine, justo en momentos en que se cuestiona al capitalismo y a las grandes fortunas porque desnudan las miserias del sistema, empezando por la inequidad en la distribución de la riqueza. El caso es que el empresario estadounidense Warren Buffet, dueño de unos 90.000 millones de dólares -ni imaginar la montaña en pesos que representa-, ha logrado destacarse no solo por su buen olfato para los negocios sino por su carisma y sus cualidades de buena persona.
El multimillonario, que tiene 88 años, continúa viviendo en una casa modesta que adquirió en 1958, a diez minutos de auto del centro de la ciudad de Omaha, en el estado de Nebraska ubicado en el centro del país. Este fin de semana el empresario ocupó la primera plana de los medios de comunicación al encabezar una vez más la asamblea general anual de su imperio de los negocios, Berkshire Hathaway, que conduce con su socio de tantos años, Charlie Munger, que cuenta con 95 años de edad.
Otros millonarios estadounidenses y miles de inversionistas de su conglomerado de empresas se convocaron en esta ciudad de 400 mil habitantes para escuchar los mensajes y consejos de Buffet -considerado el gurú de Wall Street aunque también lo apodan el "oráculo de Omaha"- sobre qué destino darle al dinero. El interés de muchos es conocer quien o quienes serán los sucesores de la dupla del éxito, dada su avanzada edad, en la conducción de la compañía. El dato no es menor puesto que se estima que las acciones de las empresas del emporio están sobrevaloradas entre un 10 y un 15% solo por la presencia de ambos magnates en el Directorio de Berkshire Hathaway.
Buffet suele ser más bien discreto pero a partir de sus resultados ha cosechado la admiración de otros millonarios, como el popular Bill Gates. Y esta asamblea que encabeza una vez al año incluso genera interés de las universidades, profesores de economía y estudiantes de negocios, por lo que para ingresar se suelen formar colas desde las 4 de la mañana. Con los años la reunión anual de Berkshire Hathaway se ha convertido en un "Woodstock de los capitalistas" -en alusión al emblemático festival de rock que va por sus 50 ediciones-, según la expresión predilecta de los "festivaleros". Además de caras conocidas como el magnate Bill Gates, amigo y compañero de bridge de Buffett, grandes empresarios e inversores llegan a Omaha para buscar el respaldo de uno de los pocos multimillonarios populares en una época en la que las desigualdades sociales contribuyen al rechazo de las élites.
Además de inversiones en empresas como American Express, Apple, JPMorgan Chase y Goldman Sachs, Berkshire Hathaway opera en los sectores de seguros (Geico), ferrocarriles (BNSF) y energía (PacifiCorp). La compañía anunció con antelación el sábado ingresos netos de 21.660 millones de dólares para el primer trimestre, en comparación con una pérdida de 1.100 millones en el mismo período en 2018.
Con tantos años en la cresta de la ola de los negocios de Estados Unidos, Buffet se ha convertido en un líder al que no pocos quieren parecerse. Y por tanto su filosofía de inversión se ha popularizado con diversos consejos, como el que postula que nunca se debe invertir en un negocio que no pueda entender, como tecnologías complicadas. Es por esto que el empresario siempre escapó a invertir en las compañías tecnológicas de Sillicon Valley a excepción de la de Bill Gates, aunque recientemente se conoció que también apostó por Amazon, de Jeff Bezos -el más rico del planeta-, la firma líder a nivel global en ventas en línea. En ese catálogo de recomendaciones también se encuentran frases como "si no puede ver caer un 50 % de su inversión sin entrar en pánico, no invierta en el mercado de valores" y "no intente predecir la dirección del mercado de valores, la economía, los tipos de interés o las elecciones".
Convertido en la esencia del capitalismo, Buffet ya comprometió por otro lado la donación del 99% de su fortuna a la fundación de su amigo Bill Gates para ser destinadas a la caridad y financiar actividades de investigación. Es decir, que en el fondo esa máquina de amasar dinero se revela contra el sistema y se vuelca hacia el lado de la solidaridad y la beneficencia para trabajar por un mundo mejor.
De todos modos, el debate sobre como unas pocas personas puede construir a lo largo de su vida una fortuna que equivale a poco menos que un tercio de la deuda externa de la Argentina, que es enorme, puede ser posible mientras miles de millones de personas viven en la pobreza sin acceso a servicios básicos ni alimentos todos los días. Las desigualdades de un sistema que está lejos de ser el ideal, aunque por lo visto en la historia de la humanidad es el mejor que se pudo lograr más allá de las utopías.
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