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Editorial Domingo 7 de Mayo de 2017

La deuda externa

Durante 2016 la deuda creció 13% llegando a 192.000 millones de dólares.

REDACCION

Por REDACCION

La deuda externa argentina aumentó durante 2016 12,9% -en dólares 22.048 millones-, con lo cual la misma quedó en 192.462 millones a fines de diciembre pasado, en este caso cifras oficiales del INDEC. Esta ampliación queda explicada en gran parte por el acuerdo con los "fondos buitre" a principios del año anterior, cuando se debieron derivar 16.500 millones para el pago de los mismos y poder salir de tal manera del default.

Pero además, se deben también contabilizar las situaciones provinciales, que luego de la normalización interna salieron a financiarse en los mercados internacionales. Como así también a las colocaciones del sector público, ya que el privado canceló la mayor parte de sus compromisos acumulados hasta el mes de diciembre de 2015. De esa masa total el 66% correspondió al sector público no financiero y al Banco Central, un 32% al sector privado no financiero, y completándose con el 2% restante al sector financiero.

De todos modos, y aún cuando aumentó de manera considerable, los analistas coinciden que en términos comparables con el PBI continúa siendo baja en comparación con otros países. Es que nuestra deuda se mantiene en un 34% del PBI, mientras que en Brasil por ejemplo llega al 63% y en Uruguay al 61%, por tomar dos casos cercanos y además de nuestra región.

Según se especula, como el presente 2017 es un año con elecciones, seguramente el déficit externo se mantendrá dentro de los mismos niveles, ni siquiera pensando en reducirlo. Aunque, dadas las apuntadas circunstancias y revisando antecedentes de anteriores ocasiones, podría hasta llegar a calificarse como un éxito que la deuda no se amplíe durante el presente ejercicio. Es que el endeudamiento externo está estrechamente ligado al déficit fiscal, avanzando ambos de manera simultánea, especulándose entre los consultores que, la expectativa para achicar déficit fiscal y reducir la deuda, debe ubicarse en 2018.

En tanto la balanza de pagos, un indicador que deja constancia de todas las transacciones económicas concretas por el país con el mundo, tuvo en 2016 un déficit de 15.000 millones de dólares, tras haber tenido un déficit de 4.400 millones de esa divisa en el último trimestre, cayendo de tal modo el ejercicio anual un 11%, encontrando parte de su explicación por la desfavorable balanza de bienes y servicios, con egresos de casi 12.000 millones de dólares.

En cambio hubo un buen resultado con la balanza comercial, logrando recuperarse, pasando del déficit de casi 400 millones de 2015 al superávit de 4.490 millones en 2016. Una mejoría que permitió superar el deterioro de la cuenta servicios. Pero también el año pasado se acumularon necesidades de financiamiento externo por casi 15.000 millones de dólares, cantidad realmente significativa, aunque 12% menor a lo acontecido en 2015.

En cuanto a las reservas del Banco Central, consecuencia del efecto de las transacciones de la balanza de pagos, se produjo una suba de 9.700 millones de dólares sólo en el último trimestre, a lo que se debió restarle la pérdida cercana a los 1.000 millones por los cambios de paridad entre monedas. El dato final, luego de todos los vaivenes, fue cerrar con 38.772 millones de dólares en reservas, aunque claro, eso fue hasta fines de diciembre, ya que en este primer trimestre siguieron ingresando dólares a niveles muy importantes, incrementándose esas reservas en otros 12.000 millones de la divisa estadounidense.

Hasta aquí la información oficial hasta diciembre, con datos del INDEC, pero en este primer trimestre de 2017 no sólo se incrementaron las reservas -como ya fue apuntado- sino que también continuó ampliándose la deuda, ya que el gobierno sigue financiándose con la toma de préstamos en lugar de emisión. Veamos: en enero se sumaron 7.000 millones por la emisión de dos nuevos bonos, más otros 6.000 millones aportados por bancos internacionales. Otros 9.000 millones adicionales provinieron de las Letes de corto plazo.

Con todas estas emisiones, el pasivo en moneda extranjera (pública y privada) que acumula la Argentina es de unos 211.000 millones de dólares, un 26% o 40.500 millones más que el contabilizado al finalizar el gobierno de Cristina Kirchner.

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