Por REDACCION
El año 2020 no será no será fácilmente olvidado por la humanidad. La pandemia de COVID-19, que aún tiene en vilo al planeta, cambió muchas cosas. Sin embargo, no pudo con la crisis climática y con la tendencia del aumento global de la temperatura.
La década 2011-2020 fue la más caliente registrada en toda la historia, siendo los últimos seis los años más cálidos, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
América del Sur, incluida la Argentina, sufrió una sequía extrema con pérdidas millonarias por la magnitud de los incendios que la afectaron. El informe, que se basa en las contribuciones de docenas de organizaciones y expertos internacionales, muestra cómo los fenómenos de gran impacto, como el calor extremo, los incendios forestales y las inundaciones, así como la temporada de huracanes del Atlántico, que batió récords, afectaron a millones de personas, agravando las amenazas para la salud y la seguridad humanas y la estabilidad económica que plantea la pandemia COVID-19.
A pesar del bloqueo del COVID-19, las concentraciones de gases de efecto invernadero siguieron aumentando, comprometiendo al planeta a un mayor calentamiento para las próximas generaciones debido a la larga vida del CO2 en la atmósfera, según el informe.
La temperatura media del planeta en 2020 fue de unos 1,2° por encima del nivel preindustrial (1850-1900), pero, además, existe al menos una posibilidad entre cinco de que supere temporalmente los 1,5° para el 2024.
Inés Camilloni, una científica argentina del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera de la UBA y autora del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, había advertido en junio del año pasado sobre el efecto nulo que la pandemia tendría en la crisis.
"El cambio climático es un problema acumulativo. El dióxido de carbono se sigue acumulando en la atmósfera; entonces si hay menor actividad productiva puede ir más lento o más rápido, pero se sigue acumulando. El efecto de la pandemia va a ser nulo", señaló la investigadora.
Poco más de seis meses después, la experta deposita las esperanzas en el nuevo gobierno de los Estados Unidos, al señalar que "el anuncio de Joe Biden de que va a volver al Acuerdo de París es el mensaje optimista, ya que se podrían cumplir los objetivos que se habían planteado, teniendo en cuenta que es el único país que está por fuera y emite casi el 18% de los gases del planeta".
Vale la pena recordar que los años de calor extremo coincidieron generalmente con un fuerte evento de El Niño, como fue el caso en 2016. En la actualidad, estamos experimentando con La Niña, que tiene un efecto de enfriamiento en las temperaturas globales, pero no resultó suficiente para frenar el calor del año que terminó.
Desafortunadamente, 2020 fue otro año extraordinario para nuestro clima, que permitió ver nuevas temperaturas extremas en la tierra, el mar y especialmente en el Artico.
Además, los incendios forestales consumieron vastas áreas en Australia, Siberia, la Costa Oeste de los Estados Unidos y América del Sur, enviando columnas de humo que circunnavegaron el globo. Se dio un número récord de huracanes en el Atlántico, incluyendo algunos sin precedentes de categoría 4, en noviembre, en América Central. Las inundaciones en algunas partes de Africa y también de Asia sudoriental provocaron desplazamientos masivos de población y socavaron la seguridad alimentaria de millones de personas.
La temperatura media mundial de enero a octubre de 2020 fue de alrededor de 1,2° por encima de la línea de base de 1850-1900, utilizada como aproximación a los niveles preindustriales.
En ese sentido, la evaluación de la OMM se basa en cinco conjuntos de datos sobre la temperatura mundial, que sitúan al año 2020 como el segundo más cálido después de 2016 y antes de 2019.
En América del Sur, una grave sequía afectó varias áreas, siendo una de las más notorias la Argentina septentrional, además del Paraguay y las zonas fronterizas occidentales del Brasil.
En los Estados Unidos, los mayores incendios se produjeron en California, donde se alcanzó una temperatura récord de 54,4° el 16 de agosto, considerada la más alta conocida en el planeta en los últimos 80 años.
Australia también rompió los récords de calor a principios de 2020, incluyendo las temperaturas más altas observadas en un área metropolitana, en el oeste de Sydney, cuando el 4 de enero la columna mercurial trepó hasta los 48,9°.
El calor más notable se observó en todo el norte de Asia, en particular en el Artico siberiano, donde las temperaturas fueron 5° superiores a la media. El calor culminó a finales de junio, cuando se registraron 38,0°en Verkhoyansk, provisionalmente la temperatura más alta conocida en cualquier lugar al norte del Círculo Artico.
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