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Editorial Jueves 11 de Abril de 2013

La brecha salarial

En todo el mundo, producto de la declinación económica, se amplía la diferencia entre los ingresos de ricos y pobres. La mayor de los últimos 30 años.

Redacción

Por Redacción

De acuerdo con un trabajo analítico de la Organización Internacional del Trabajo, los salarios tienen un crecimiento menor al de la productividad de las empresas, lo cual se trasunta en una cada vez más importante desigualdad en los ingresos, situación que se registra en la mayoría de los países.

En el promedio de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), las clases medias mantienen el poder de compra, pero en cambio la brecha entre los más ricos y los más pobres tiene hoy el nivel más elevado de los últimos 30 años, con lo cual queda perfectamente establecido que cada vez se agrava más el desequilibrio de los ingresos. Es que justamente el termómetro salarial es uno de los más sensibles, ya que de allí devienen las desigualdades sociales, pues en tanto una minoría que se queda con la mayor parte de la riqueza que se genera, va empujando más y más sobre un sector mayoritario conformado por pobres e indigentes, que no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas.

Este informe alcanza también a la situación en nuestro país, donde también existe una marcada diferencia entre ricos y pobres, ya que a pesar de sostenerse en estadísticas oficiales del INDEC -cuya realidad es marcadamente cuestionada debido a la manipulación que se viene haciendo desde principios de 2007-, donde este organismo da una brecha de 12 a 1 entre los más ricos y los más pobres, mientras que en cambio las cifras privadas -al igual como sucede con la inflación- sostienen que la brecha en tal sentido es de 20 a 1.

Yendo a datos precisos, del mes de marzo de este año, el INDEC reporta que la diferencia se redujo 4 puntos durante 2012, por lo cual ahora el 10% de los hogares más ricos tiene ingresos 12,6 veces mayor que el 10% de los hogares más pobres, situación por la cual los de la punta de la pirámide salarial se quedan con el 26,5% del total de la riqueza generada, mientras que los del plano inferior apenas alcanzan al 2,1% para distribuirse entre ellos.

En cuanto a los salarios, 6,7 de cada 100 hogares registra ingresos que van desde los 2.000 a los 9.000 pesos mensuales, en tanto que 12 de cada centenar obtiene ingresos que oscilan entre un piso 13.000 pesos y un techo de 80.000, aunque la mayor parte de ellos se queda en una franja comprendida entre 9.800 y 13.000 pesos. 

Para los profesionales, la mediana fue de 5.800 pesos, para los trabajadores con especialización técnica 4.000 pesos, para los operarios de 3.500 y para los operarios sin calificación profesional solamente 1.800 pesos por mes.

Para la Central de Trabajadores Argentinos en cambio, la brecha en lugar de estrecharse se amplió en 2012, argumentando que mientras los ejecutivos y las grandes compañías mejoraron su rentabilidad en torno al 30%, los trabajadores tuvieron en cambio que soportar el incordio de una fuerte inflación como así también la presión fiscal en alza, lo cual los perjudicó claramente en materia de ingresos.

Y tal como decíamos más arriba, las consultoras del sector privado muestran una perspectiva muchísimo más complicada que el INDEC, ya que de acuerdo con los estudios y estadísticas propias de esta organización obrera, la distancia entre los ingresos de los más ricos y los más pobres se encuentra por encima de 20 a 1, sosteniendo que para llegar a estos muy diferentes resultados es porque se trabaja sobre indicadores absolutamente distintos. Es que para el organismo oficial la pobreza llega apenas al 6,5% de la población, tomando una canasta alimentaria básica achatada por el costo de vida medido por el INDEC, mientras que en cambio ese indicador para las consultoras se ubica en el 30%. Las diferencias saltan a la vista.

Esta es entonces la visión que tiene la OIT sobre los ingresos entre pobres y ricos en todo el mundo, y la ampliación que corresponde a la Argentina, existiendo un panorama muy complicado en casi todos los países en los cuales se realizó el relevamiento, al comprobarse que hay en este momento la mayor diferencia de las últimas tres décadas, mientras que en lo relativo con nuestro país, partiendo desde datos oficiales del INDEC la brecha estaría en plena contracción con el 12 a 1, pero si en cambio se apela a la medición privada se amplía a más de 20 a 1. Una situación que también se traslada a la medición de la pobreza, con el contundente contraste entre el 6,5% oficial y el 30% de los privados.

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