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Editorial Viernes 5 de Abril de 2013

Ingresos y pobreza

Casi todas las cifras oficiales de cierre de año son altamente positivas, pero la realidad parece ser muy distinta en algunas áreas.

Redacción

Por Redacción

De acuerdo con el Coeficiente Gini, el que se utiliza para medir la desigualdad del ingreso, teniendo al 0 (cero) como el de mayor igualdad y el 1 (uno) como de más desigualdad, al concluir 2012 se ubicó en 0,364 punto, por debajo del 0,391 de 2011, lo cual significó una mejoría muy clara en la distribución del ingreso llegando a convertirse en uno de los mejores niveles alcanzados desde 2003 a la fecha. El dato fue difundido por el INDEC, lo cual debe dejarse en claro, habida cuenta de las dudas que siempre rodean a las estadísticas de este organismo, el cual se encuentra en estado de intervención desde enero de 2007 cuando comenzaron a manipularse los índices inflacionarios.

Además de la puntuación referida que apuntala esta mejor distribución del ingreso, el INDEC dejó constancia que la diferencia entre el 10% de las familias más ricas y el 10% de las más pobres, registró en el último cuatrimestre del año pasado el nivel más bajo de los últimos 20 años.

Esta situación se alcanzó aún con una baja performance del comportamiento económico, ya que mientras desde el propio organismo oficial se informó de un crecimiento global de 1,9% es de recordar que consultoras privadas dejaron trascender que la economía estuvo estancada siendo nulo el crecimiento.

Otro dato a considerar es que la desocupación se mantuvo el año anterior en 6,9% -ya este año se anunció  una nueva baja en el primer bimestre-, dos décimas mayor que en 6,7% de fines de 2011.

Todo este conjunto de datos, mejor distribución, desempleo y comportamiento de la economía, confluyeron para que al término del segundo semestre de 2012 la pobreza bajara al 5,4% con relación al 6,5% de igual período de 2011, mientras que la indigencia también estableció una caída al ubicarse en 1,5%.

En realidad, no son pocos quienes sospechan de estas cifras oficiales, especialmente por encontrarnos en vísperas electorales, que es cuando se trata de mostrar una perspectiva lo mejor posible, lo cual es de por si una habitualidad en el gobierno. Tanto con los índices de inflación que quedaron en la superficie e imposibles de ocultar, algo parecido ocurre con el desempleo y muy especialmente con la pobreza e indigencia. Es que mientras desde el INDEC se habla de 5,4% la realidad que describen otras mediciones y organizaciones sociales es muy distinta, de al menos cinco veces más.

Vaivén del empleo

En cuanto al empleo, 2012 fue un año complicado, apelando también a las estadísticas del INDEC, ya que en el sector privado hubo estancamiento y la expansión sólo se logró en el área pública con alrededor del 4%, apuntando especialmente a las provincias, que aún con sus finanzas en rojo continuaron incorporando empleados, si bien se trata de una forma de atender la situación socioeconómica con deterioro en avance, salvando además la pérdida de puestos de trabajo.

Comparando los puestos de trabajo del último cuatrimestre de 2012 con su similar de 2011, el sector privado tuvo un retroceso de 0,1%, concretamente bajando de 6.299.520 empleos a 6.291.996. Aunque cabe dejar en claro que el retroceso no fue similar en todos los sectores, ya que por ejemplo la construcción estuvo al frente de la caída con 28.388 puestos menos, luego el sector mercantil con 6.000 empleos y los rurales con 2.000, especialmente del sector ganadero. Se registraron algunas subas en el área privada, aunque sin lograr equilibrar las pérdidas, siendo del 9,2% en obras sociales, 4,2% en minas y canteras y 3,8% en servicios sociales y salud.

En cambio el sector público tuvo una perspectiva muy distinta, pues continuó ingresando personal, pasando de 1.477.760 de fines de 2011 a 1.541.146 de diciembre de 2012, lo cual significó la suma de 63.386 nuevos agentes. Pero si retrocedemos un poco más en la búsqueda de comparaciones, tenemos que desde fines de 2009 a fines de 2012, en apenas tres años, la dotación del empleo público se vio ampliada en 200.000 agentes. De todos modos, en esta contabilización del INDEC no se incluyen dentro de la plantilla pública a distritos como Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Santa Cruz que no transfirieron sus cajas asistenciales a la Nación y que suman otro 1,5 millón de agentes, por lo cual se llega a un total de 3 millones, más 6,3 millones de empleados del sector privado.

Aun cuando se viene dando cuenta que la desocupación ha seguido bajando, la realidad está demostrando lo contrario.

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