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Editorial Domingo 14 de Abril de 2019

Industria argentina ociosa

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REDACCION

Por REDACCION

Ahora que la crisis económica pone en riesgos la supervivencia de Cambiemos en el Gobierno, aparece en el laboratorio económico un plan de emergencia para reactivar el consumo basado en una supuesta estabilidad de precios en medio de una inflación que se mantiene firme y no cede terreno en las góndolas, a lo que se sumarán créditos y operatorias de financiación en cuotas. Esta medicación aparece como demasiado tardía ante la enfermedad que soporta desde hace tiempo la economía argentina y a la cual se la venía tratando, como mucho, con alguna hierba medicinal, insuficiente para lograr una mejoría de la salud. 

Los números de la crisis son contundentes y la pasividad de los funcionarios públicos, más que alarmante, teniendo en cuenta que observan como se desmoronan empresas comerciales e industriales. Por momentos parece que el único modelo para enfrentar los avatares de la economía es un tímido pedido para aguantar o soportar, muy poco viniendo del supuesto mejor equipo de funcionarios de los últimos 50 años. 

Esta semana, la cadena de electrodomésticos Lucaioli y Saturno Hogar anunció el cierre definitivo de sus treinta locales y el despido de sus más de 500 empleados debido a que no pudo sobreponerse a la crisis económica. La compañía, fundada hace 58 años, tiene su base de operaciones en la ciudad de Bahía Blanca y más de 30 locales distribuidos en Buenos Aires, La Pampa, Neuquén, Río Negro, Santa Cruz, Chubut y Tierra del Fuego. Esta red que compraba productos a una importante fábrica de Rafaela llegó a liderar las ventas en el interior provincial, pero en el último año y medio cayó en una debacle de la que no pudo salir. 

El opaco presente de la industria quedó nuevamente al descubierto con los datos de la utilización de la capacidad instalada, que en febrero alcanzó un promedio del 58,5%, la más baja desde el 2002, mientras que en la fabricación de autopartes y la producción textil y automotriz se está utilizando menos de la mitad de la maquinaria según el relevamiento del INDEC. En una suerte de pequeña luz al final del túnel, el organismo de las estadísticas destacó que el uso de la capacidad instalada mejoró respecto de enero último, cuando llegó al 56,2%, pero de todos modos está seis puntos porcentuales debajo del nivel de producción de febrero del 2018.

Para recordar como referencia, en febrero del 2002, cuando el país salía de la fuerte crisis política y económica del 2001, la utilización de la capacidad instalada alcanzó un promedio del 51,1%.

En el segundo mes de este año, 10 de los 12 sectores industriales que releva el INDEC empeoran su uso de maquinaria respecto de igual mes del 2018. La producción de la industria metalmecánica es la más baja de todos los sectores industriales, con una utilización del 42%, y su reducción se debió a las caídas de los niveles de producción de maquinaria agropecuaria y de distintos segmentos de artículos del hogar de la línea blanca y electrodomésticos, productos que precisamente comercializan redes como Lucaioli y Saturno Hogar.

La fabricación de autos alcanzó una utilización del 42,1%, inferior a la de febrero del año anterior, cuando llegó al 50,4%, y la caída está vinculada a la baja de las ventas en el mercado local, que provocaron más de 3.000 suspensiones en ese sector industrial. La industria textil utilizó en febrero último el 43,2% de su capacidad productiva, por debajo del registrado en igual mes del año anterior del 48,3%, por la menor elaboración de hilados de algodón y de tejidos planos y de punto, y la caída del consumo.

Si se observa la composición de la matriz productiva de Rafaela, encontramos empresas grandes de los sectores textil, metalmecánico y de autopartes que son proveedoras de la industria automotriz. Es decir, los establecimientos fabriles de la ciudad están muy vinculados a los tres rubros de la industria nacional con el menor índice de uso de la capacidad instalada, lo que no es poco decir. 

Habrá que esperar qué propone el Gobierno nacional en la semana que comienza. La decisión del ministro de la Producción de poner su renuncia a disposición del Presidente la semana pasada revela las tensiones internas en el gabinete. De todas formas, cualquier plan que se diseñe en el marco de una situación de debilidad que enfrenta el actual gobierno con crecientes índices de reprobación de los ciudadanos huele a poco ante la magnitud de la crisis. 

El viernes, ante una fuerte caída en las ventas y una elevada exposición de deuda en dólares, el laboratorio Elea que emplea a 1.200 personas pidió aplicar un procedimiento preventivo de crisis, que podría incluir suspensiones y despidos. Entre sus marcas más conocidas se encuentran Nopucid y Caladryl, que habría sufrido fuertes caídas en ventas. Así se suma a un lote cada vez más grande de compañías que solicitaron la apertura de un Procedimiento Preventivo de Crisis en lo que va del año, entre las que figuran neumáticos Fate y la embotelladora de Coca Cola Femsa.



 

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