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Editorial Jueves 2 de Agosto de 2012

Glaciares en peligro

La minería a cielo abierto atenta contra las reservas de agua dulce de la Cordillera.

Redacción

Por Redacción

Mientras la encendida polémica por la explotación minera a cielo abierto continúa en su máxima intensidad, enfrentándose organizaciones ecologistas y sus militantes por un lado, tratando de defender los recursos naturales de sus provincias, con otras personas que piensan exactamente lo contrario y gobernantes que ven allí la posibilidad de hacerse de recursos en una época en que las arcas públicas se encuentran bastante desprovistas, otra vez recobra trascendencia el tema de los glaciares -la gran reserva de agua-, que son justamente los que a criterio de los demandantes resultan altamente perjudicados por ese tipo de actividad.

Hace muy poco la Corte Suprema de Justicia de la Nación resolvió revocar las medidas cautelares que impedían la aplicación de la denominada Ley de Glaciares, la cual cuenta con vía libre del Congreso nacional, una vez que se logró superar el veto que le había impuesto a la misma la presidenta Cristina Fernández, durante su anterior mandato. 

Con esta decisión judicial, los gobiernos provinciales deberán resguardar los glaciares e interrumpir los convenios con empresas mineras, que mediante las citadas medidas cautelares seguían con la explotación a cielo abierto, arrasando con montañas enteras y además utilizando millones y millones de litros de agua pura para el lavado de minerales, sobre los que se arroja cianuro.

Uno de los casos de mayor notoriedad es el que ocurre en torno al cerro Famatina, en La Rioja, donde existen unos 400 glaciares y periglaciares que deben ser protegidos, ya que de los mismos proviene el agua que se utiliza para consumo humano y para el riego de los valles. El gobierno riojano en tanto, que varió radicalmente su posición pasando ahora a defender a ultranza esta clase de actividad minera -prohibida en todos los países desarrollados-, sostiene que no existen en la zona afectada glaciares y periglaciares, y además, que una ley nacional no puede determinar el uso de los recursos por parte de las provincias, ya que sería una intromisión avasallante del federalismo.

Otra de las provincias más involucradas es San Juan, donde la minera canadiense Barrick Gold Corporation lleva adelante una intensa actividad, de la cual se sostiene ha destruido completamente el glaciar de Conconta, a 6.000 metros de altura, construyendo sobre el mismo un camino de 60 metros de ancho. Con posterioridad a ser conocida la evidencia, la empresa anunció la iniciativa de trasladar el glaciar para poder seguir excavando debajo en la búsqueda de oro, lo cual fue considerado como una burla por parte de científicos y ambientalistas, que calificaron como imposible de llevar adelante algo de la naturaleza mencionada.

Ahora existe la decisión de realizar un inventario para poder controlar cada uno de los glaciares, aunque en realidad si bien se trata de una medida interesante, demandará un largo tiempo un relevamiento de esta naturaleza, mientras que la que urge es detener los trabajos que se realizan tanto en San Juan -donde la explotación viene de mucho tiempo atrás- y en La Rioja. Por otra parte la implementación de un inventario nacional, además de tiempo, demandaría importante recursos para trabajar e investigar con imágenes satelitales, recorrer las zonas y efectuar tareas de exploración de campo, teniéndose casi resuelto comenzar en aquellos lugares donde hay exploraciones o proyectos mineros, siendo conocida que en La Rioja hay 400 glaciares y periglaciares, en tanto que en la cuenca del río Mendoza hay 1.612 glaciares que ocupan unos 570 kilómetros cuadrados.

Lo que muchos interpretan, es que esta decisión de llevar adelante el inventario, puede incluso resultar una acción de distracción para dejar transcurrir el tiempo, en tanto se continúa adelante con trabajos de explotación a cielo abierto, causantes de daños enormes e irreparables, al punto de eliminar montañas enteras de la geografía en que se encuentran.

Por un lado ya se tiene la acción destructiva del recalentamiento global, que hace que las masas congeladas se encuentren en retroceso, y si a eso se agrega la contaminación del agua por el uso de cianuro, la perforación y contaminación de los glaciares, entonces se estaría completando un cuadro realmente grave y de enorme impacto en el futuro inmediato. Es que toda esta serie de glaciares, algunos destruidos y otros en riesgo, acumulan las reservas de agua, cuya fuente es la Cordillera.

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