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Editorial Martes 28 de Enero de 2014

Energía a pique

La situación energética en nuestro país está llegando a extremos. En 2013 se consumieron dólares equivalentes al 42% de las reservas.

REDACCION

Por REDACCION

Aunque la información oficial no es conocida, en base a datos obtenidos desde la propia Aduana respecto a la totalidad de operaciones concretadas durante 2013, por la importación de gas natural y licuado y combustibles se pagaron 12.800 millones de dólares, cifra que es equivalente al 42% del total de las reservas del Banco Central.

Esa cantidad que se destinó durante el año pasado para afrontar el pago de energía y poder de esa manera afrontar en parte -con los cortes de luz y las permanentes anormalidades que se registran en el servicio queda probadamente sobrado el deterioro del sistema- el desbalanceo que registra el sector por la falta de inversiones, fue 38% más que en 2012 y nada menos que un 350% más que desde el comienzo de la administración kirchnerista en 2003.

Como las urgencias obligan a comprar energía cada vez con mayor voracidad para suplir las carencias propias, los precios se elevan y además se compra prácticamente todo lo que se ofrece, y ni así alcanza, mientras que en cambio las exportaciones del sector que se hacen desde el país también crecen, pero muy poco, en especial si se las compara con las compras al exterior. Consecuencia de ello, durante 2013 se produjo un déficit de 7.400 millones de dólares, superando por 170% el desbalanceo de 2012.

Si retrocedemos un poco más y vemos que en 2007 la compra y venta del sector le dejaba a la Argentina un superávit de 4.000 millones de dólares, entonces se alcanza a dimensionar la verdadera magnitud del descalabro que se hizo durante todo este período en materia de energía. Es que de ser la Argentina autoabastecida, pasó a ser claramente dependiente de las compras al exterior. Es decir, la situación fue revertida drásticamente, poniendo al país en una perspectiva sumamente comprometida, la cual además, impondrá un lapso muy prolongado para solucionarla, y por supuesto, siempre y cuando se tomen las disposiciones necesarias.

Dentro de todo este conjunto de errores, eligiéndose el subsidio en lugar de la producción, tan lamentable como la situación que hoy vivimos es que se llegó a este desenlace aún teniendo grandes posibilidades de producción, y más aún, de energía limpia. Pero todo eso fue desechado, quedando a la vista los resultados de toda una década de decisiones equivocadas. En energía, la década ganada, fue en realidad una década perdida, y que además, llevará mucho tiempo revertir.

Lo que ocurre en el sector de la energía es el problema de mayor volumen y el más preocupante, pero no el único ya que también el complejo automotriz y el de armado de electrónicos y electrodomésticos en Tierra del Fuego, muestran muy serios desequilibrios en cuanto al sector externo.

De todos modos, la balanza externa terminó con un saldo favorable de 9.534 millones de dólares, experimentando una contracción de 3.000 millones de dólares con relación a 2012, lo cual fue consecuencia no sólo del vaivén de los precios sino también del volumen, ya que nuestro país creció 4% en sus exportaciones mientras que las importaciones en cambio crecieron 11%, quedando claramente expuesta la diferencia. Algo que se afianzarse como tendencia, lo que tiene todas las de darse de esa manera, comprometerá todavía más las finanzas en el futuro inmediato.

Es que aún habiéndose contado con esos referidos 9.534 millones de superávit, siendo la única balanza en esas condiciones ya que la fiscal viene en estado deficitario desde hace muchísimo tiempo y agravándose el último año, no alcanzaron para afrontar los compromisos de la deuda externa, consumiendo además gran parte del superávit que aporta el sector del campo.

Es por todas estas razones, que el gobierno fue adoptando una serie de medidas restrictivas buscando evitar la disparada de dólares al exterior, siendo una de ellas la suspensión del giro de utilidades y dividendos al exterior, que sólo entre enero y septiembre sumaron 6.158 millones de dólares.  De todos modos, y aún habiendo elevado el adicional a pagar, el turismo continúa siendo el gran agujero por el cual se diluyen las divisas hacia el exterior, que alcanzaron nivel récord el año pasado.

Da la impresión de haberse caído en un círculo vicioso, del cual ahora no se acierta con la salida. Por un lado fue el propio gobierno el que con sus desaciertos generó la situación, a la que la busca soluciones con medidas que en lugar de ese efecto provocan lo contrario, empeorando las condiciones.

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