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Editorial Martes 17 de Abril de 2012

El readoquinado

Con el inicio de trabajos de reacondicionamiento del empedrado del bulevar Santa Fe, se afianza esta iniciativa de preservación del patrimonio histórico.

Redacción

Por Redacción

El adoquinado en Rafaela tiene 86 años, habiéndose dispuesto su inicial colocación en un radio de 136 cuadras céntricas, mediante una ordenanza fechada el 5 de noviembre de 1926 que resolvió favorablemente el Concejo Municipal que en ese entonces presidía Juan Martegani, siendo entonces intendente Octavio Zóbboli. Con posterioridad se dispuso ampliar el adoquinado con otras 92 cuadras, en una segunda etapa que una vez concluida completaron 228 de calles empedradas, cubriendo un muy importante sector de la ciudad -con una declaratoria como tal que venía de 1913- que la afianzaba en la proyección alcanzada como cabecera de una zona altamente productiva, contando además con una estructura comunicacional por entonces muy significativa consistente en el servicio ferroviario.

Es decir, todo iba confluyendo en favor de Rafaela, habiendo sido justamente el adoquinado de sus calles uno de esos más trascendentes aportes en aquellos años. El cual se mantuvo de tal modo por varias décadas, hasta que tibiamente comenzó la pavimentación de calles, que fueron extendiendo generosamente el mapa de la ciudad, alcanzando hoy un muy considerable dibujo en tal sentido, ya que el afirmado de las calles -incluso de aquellas más alejadas y de barrios más humildes- se mantuvo prácticamente como una política de Estado por todas las administraciones municipales.

Con el comienzo del presente siglo, más exactamente en 2001 y cuando ya el adoquinado había soportado 75 años de uso con casi nada de mantenimiento y escasos sectores reparados, incluso con deficientes sistemas como el uso de brea para consolidar los cuadrados de piedra, se resolvió comenzar su reparación, en medio de una sostenida polémica entre quienes sostenían esta iniciativa -que finalmente prevaleció y fue consolidada por el Concejo Municipal al declarar el adoquinado como patrimonio histórico-, y quienes en cambio reclamaban la pavimentación de esas cuadras que provenían de un tiempo histórico, dejando solamente algunas sendas peatonales y unas pocas cuadras en torno al perímetro de la plaza 25 de Mayo para que quedaran como testimonio de aquellos viejos tiempos.

Con acertado criterio -que desde siempre acompañó LA OPINION- se comenzó la reparación de las 217 cuadras empedradas que quedaban, ya que 11 de ellas habían sido definitivamente sepultadas por la pavimentación echada sobre ellas. Desde entonces, merced a un trabajo que muchas veces se lo señaló como demasiado lento -aunque se haya encarado y desarrollado sin pagos adicionales significativos- se llevan acondicionadas 83 cuadras, quedando por hacerlo en otras 134 arterias que deberán aguardar su turno. 

Este repaso, tiene relación con el reciente inicio del trabajo de reparación del adoquinado de las cinco cuadras más céntricas del bulevar Santa Fe, entre la plaza central y la Jefatura de Policía, cubriendo ambas manos de circulación, las que en total hacen una superficie de 13.000 metros cuadrados, razón por la cual como el ritmo laboral consiste en 500 metros mensuales, demandará poco más de 2 años para dejar definitivamente en condiciones el corazón del microcentro rafaelino.

Por cierto que un trabajo de esta naturaleza, avanzando por media calzada para permitir el tránsito vehicular por el reducido espacio que quede liberado, además con algunos cierres totales que se producirán en ocasión de realizar operaciones maquinarias pesadas, y durante nada menos que 26 meses que es la estimación respecto al tiempo que demandará la obra en todo su desarrollo, originará durante ese tiempo muchos inconvenientes, tanto a quienes circulan, como a caminantes y especialmente a los propietarios de comercios. Aunque no existe otra alternativa, como lo imponen esta clase de obras que afianzan el progreso y mejoran la comodidad y la estética de una ciudad, se producirán reclamos y quejas por una diversidad de causas, tanto las apuntadas como otras menos esperadas que se irán seguramente presentando.

De cualquier manera, lo más trascendente de esta obra de recomposición del adoquinado en marcha desde hace unos días en el sitio más céntrico de la mancha urbana, es que terminará por afianzar un avance que cuenta ahora con posibilidades ciertas de irse afianzando, habida cuenta de la incorporación de mayor cantidad de personal y el aporte de más recursos.

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