El Papa y los medios

Por Redacción

"El rol de los medios es indispensable para el mundo", es una muy sintética y precisa definición de las expresiones que tuvo el Papa Francisco ante unos 5.000 periodistas de todo el mundo que participaron de la conferencia de prensa ofrecida por el Pontífice en Roma, en el primer contacto masivo que tuvo con la prensa de todo el mundo, días después de haber sido elegido jefe de la Iglesia Católica por sus pares cardenales. 

Muchísimo es lo que se ha dicho en todos estos días sobre el argentino Jorge Bergoglio, aunque es conveniente al abordar el tema de los medios puntualizar algunos aspectos que hacen a su personalidad, fuerte y enérgica pero a la vez cargada de comprensión, sencillez y humildad, al punto que desde un mismo comienzo del ejercicio de su alta responsabilidad en la conducción de 1.200 millones de católicos de todo el mundo, se abrió ampliamente en favor de los pobres, con una sentencia que está marcando a fuego los grandes cambios que le aguardan a la Iglesia: "Una Iglesia pobre y para los pobres".

El Papa argentino, iluminado por un carisma muy especial y manteniendo un perfil que lo aleja decididamente del ostentoso escenario que solía tener el Vaticano, tuvo una aceptación inmediata y total de parte del catolicismo del mundo, ya que se vislumbra en él a quien podrá introducir los cambios que la Iglesia estaba necesitando, y con urgencia, para alejarse de las rencillas, de las luchas por el poder, de las confrontaciones financieras, y de todo lo mundano que había logrado prevalecer por sobre lo espiritual. 

Dentro de todo este marco, fijado el contexto general, rescatamos un tema que fue citado rápidamente al inicio de esta nota editorial, y que tiene muchísimo que ver con el presente de la Argentina, ya que las expresiones de Francisco respecto a los medios, parecen estar destinadas hacia nuestro país, del cual él conoce muchísimo por haber estado aquí y convivido con todas las alternativas y circunstancias que giraron en torno a la ley de medios, cuyo objetivo, se ha dicho infinidad de veces, más que la transparencia que se vino proclamando en todas sus instancias y debates previos, se encuentra a la vista de todos, pues es nada más y nada menos que tener el control absoluto sobre los medios de comunicación, utilizando diversas metodologías. Algunas de ellas incorporadas dentro de la ley en cuestión, y otras no escritas, como el uso del dinero público para sostener a los medios oficialistas, la inequitativa distribución de la publicidad oficial, o bien la última herramienta incorporada más recientemente a la par del congelamiento de precios, como fue privar de la posibilidad de publicitar a los supermercados, con lo cual el mayor perjuicio se le causó a los diarios no alineados con el gobierno, que son los de gran circulación y por lo tanto los que disponen de efectivo valor publicitario.

Los dichos del Papa en esa ocasión, calificando de indispensables a los medios, constituyeron un contundente respaldo a la labor del periodismo en todo el mundo, aunque de manera especial aludió a Latinoamérica, donde varios gobiernos ejercen una fuerte presión sobre los medios independientes, casos precisos de Venezuela, Ecuador, Bolivia y la Argentina.

Consideró además el Pontífice, que la comunicación tiene que estar basada en la permanente búsqueda de "la verdad, la bondad y la belleza", señalando que "la Iglesia dedica una gran atención al trabajo que ustedes hacen, que requiere sensibilidad y experiencia", continuando luego que la Iglesia también busca esos objetivos y por lo tanto "esto nos hace especialmente vecinos, porque la Iglesia también está para transmitir esto".

El encuentro estuvo enmarcado dentro de la informalidad, imponiendo el Papa su humildad pero rodeada de un gran sentido del humor, lo cual impresionó gratamente a los periodistas de todo el mundo que estuvieron junto a él, revelándose además como un gran comunicador al brindar precisiones sobre el desarrollo del cónclave que terminó con su consagración en el máximo cargo de la Iglesia. La misma conexión que tuvo con la gente, la repitió Bergoglio con los periodistas.

De todos modos, y más allá de las repercusiones en el mundo, las definiciones sobre los medios se toman con minuciosidad aquí en la Argentina, pues parecen estar destinadas con muy precisa orientación.