Por REDACCION
En un principio el mundo consideró que la epidemia de ébola era un asunto reservado a una región de Africa, y que si se mantenían los protocolos, que fueron ajustados, el riesgo podía ser controlado. Sin embargo, el contagio de la auxiliar española Teresa Romero en un hospital de Madrid puso en alerta a los sanitaristas y a los distintos gobiernos de Occidente y a configurar un escenario posible en el que la enfermedad salte las fronteras del continente africano.
En los últimos días en la Argentina y Brasil también se registró cierta intranquilidad ante la posible aparición de un caso, aunque finalmente, y felizmente, las evaluaciones médicas descartaron que un ciudadano de Guinea sufra la enfermedad.
El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, se sinceró en cierta medida ayer durante su asistencia al Palacio Real de Madrid durante una recepción que brindaron los Reyes de ese país. "En Occidente no sabemos mucho del virus del ébola", afirmó tras enterarse de que en Estados Unidos también se ha producido un posible contagio de ébola de un enfermera y tras haber visitado el pasado viernes a Teresa Romero en el hospital madrileño Carlos III donde se encuentra aislada.
Esa es la sensación que predomina en Occidente. El desconocimiento y cierta tranquilidad porque el ébola, que fue bautizado así por el Río Ebola (en Zaire), les tocó la puerta a otros. En Argentina los ministerios de salud comenzaron al menos a hacer circular los protocolos para orientar a los equipos médicos y auxiliares sobre lo que deben hacer ante la aparición de una persona sospechada de haber contraído el virus.
Autoridades sanitarias de todo el mundo han establecido alertas epidemiológicos ante la expansión de este virus mortal que tiene su epicentro en países de Africa, donde en 1976 se encontraron los primeros casos en Zaire y Sudán. Guinea, Liberia, Sierra Leona y Nigeria son el escenario actual de la última epidemia de ébola, una enfermedad muy contagiosa y para la que no existe tratamiento y que ya se ha cobrado más de 4000 vidas.
En Argentina no se ha detectado la enfermedad, pero dos casos, uno en Estados Unidos y otro en España, sumado a un posible afectado en Brasil que luego se descartó, ha despertado el temor al ingreso de este letal virus en otros países. El jefe de Gabinete de la Nación, Jorge Capitanich, dijo el pasado viernes que "el Ministerio de Salud ha establecido el alerta epidemiológico por el Ebola, y ya se han disparado los distintos mecanismos de alerta para la detección de casos", que incluye dos centros de referencia, el Hospital El Cruce “Dr. Néstor Kirchner” en Florencio Varela y el Hospital de Pediatría Garrahan en la ciudad de Buenos Aires.
En este sentido, se destaca que el ébola es una enfermedad grave, con una alta tasa de mortalidad, que afecta a los humanos y algunos animales como monos, gorilas y chimpancés. No existe un tratamiento aprobado específico ni vacuna disponible, más allá de que laboratorios y centros de investigación dedican actualmente grandes esfuerzos por desarrollar un medicamento que neutralice la enfermedad. Por eso mismo se explica el pánico que se ha generado por ejemplo en Madrid ante un contagio concretado en la misma ciudad o en Texas, Estados Unidos.
También conocida fiebre hemorrágica, al ser un virus, precisa de un tiempo de incubación, que va de 2 a 21 días, con un promedio de 8 a 10 días. Causa hemorragias que se presentan generalmente desde el tubo gastrointestinal, haciendo que el infectado sangre tanto por la boca como por el recto explicó en un documento el Ministerio de Salud de la Nación. La tasa de mortalidad es alta, alcanzando el 90% y los pacientes generalmente mueren por shock hemorrágico por la pérdida de sangre.
Asimismo, se asegura que no existe riesgo de transmisión durante el período de incubación. ¿Cómo se transmite? El virus se propaga de persona a persona, por contacto directo de las mucosas (piel que recubre la nariz, la boca y los genitales) o una lastimadura en la piel con la sangre u otros fluidos corporales de personas infectadas con síntomas. También la infección también puede ocurrir si la piel lesionada o las membranas mucosas de una persona sana entran en contacto con ropa sucia, ropa de cama o agujas usadas contaminadas con fluidos de un paciente con ébola.
Los síntomas que genera esta enfermedad son fiebre repentina mayor a 38°, dolor muscular, de cabeza y garganta y debilidad. Luego se pueden presentar vómitos, diarrea, sarpullido, fallo renal y hepático y hemorragia masiva interna y externa.
De todos modos, la cartera sanitaria aclaró que si bien es una enfermedad con alta tasa de mortalidad, cuanto antes sean tratadas las personas infectadas, más chances tienen de sobrevivir. Por ahora, es necesario estar alerta para evitar sorpresas.
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