Por REDACCION
Si bien el último informe oficial que proporcionó la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre la caída del empleo en Latinoamérica corresponde al primer semestre, las cifras por entonces ya se reconocían como alarmantes.
La próxima actualización del organismo se concretará a principios de 2021. De acuerdo con las especulaciones de los analistas, los datos serán bastante más desalentadores.
El trabajo de la OIT para la región, siempre tomando en cuenta al semestre que fue de enero a junio, dio cuenta que "41 millones de personas se quedaron sin trabajo como consecuencia de la pandemia, que en algunos países no fue tan bien gestionada", como lo señalaron varios informes privados.
Esto significa que a los 26 millones de personas que ya estaban desocupadas antes de la emergencia sanitaria, se sumaron otras 15 millones que en los primeros seis meses del año perdieron sus empleos.
Se trata de "un récord histórico, la cifra más alta de desocupación", desde que hay registros, aseguró Vinicios Pinhero, el director de la OIT para América Latina y el Caribe.
Pero, además, es una situación agravada por los altos niveles de informalidad en la economía de los países de la región, consignó el organismo internacional.
El informe "Panorama laboral en tiempos del Covid-19: Impactos en el mercado de trabajo y los ingresos", que realizó la Organización de las Naciones Unidas, por su lado, dice que "la región en conjunto reporta una tasa de desocupación del 13%, que comparado con el 8,1 % de 2019 es bastante importante y sin precedentes en la historia", reconoció Pinhero.
La organización resalta que se perdieron 400 millones de empleos en todo el planeta, pero en América Latina se registra un descenso de 18,3% de horas laborales, muy por encima del 14 % de la disminución a nivel mundial.
Además, la región supera a Europa y Asia Central, que tuvieron una reducción del 13,9 % de horas de trabajo, apenas el 0,4 % más que China y el resto de Asia.
Por ejemplo, en Chile, se registró una tasa de desempleo del 11,2%, la más alta en los últimos diez años, aumentando la desocupación un 4% frente al mismo periodo de 2019, en medio de las medidas de aislamiento.
Estas cifras se suman al desplome de la actividad económica, que cayó 15,3% desde que comenzó un aislamiento estricto en todo el país.
Algo similar ocurrió en Colombia, donde el nivel de desocupación en el primer semestre alcanzó el 21,4%, duplicándose en comparación con lo registrado durante el mismo período del año pasado.
El impacto más fuerte en el ámbito nacional se presentó en 13 de las principales ciudades del país y sus áreas metropolitanas, con un 24,5 % de desocupación, en decir tres puntos porcentuales por encima del promedio general del país.
En tanto, la cifra de desocupación laboral en el territorio brasileño fue de 12,9% y se constituyó en la más alta en los dos últimos años, pero además, se dio el caso que por primera vez desde 2012, menos de la mitad de las personas en edad para trabajar se quedaron sin empleo.
Brasil perdió más de tres años de esfuerzos fiscales para intentar equilibrar su déficit en las cuentas públicas, ya que la pandemia desplomó los ingresos tributarios y disparó los gastos del Estado.
Otro de los países más castigados fue México, donde al menos 12 millones de ciudadanos perdieron sus empleos, vale señalarlo, como en los demás casos, específicamente desde marzo.
Pero, además de la pérdida de empleo formal, el número de mexicanos que trabajan ahora en el sector informal aumentó considerablemente, para llegar a 22,6 millones de personas, un incremento de 4,1 puntos con relación a las cifras de 2019.
La economía de México se ha visto afectada por la pandemia y con el Fondo Monetario Internacional prediciendo que el PIB del país podría reducirse hasta un 10,5% este año, en lo que sería su mayor declive desde la década de 1930.
Obviamente, la OIT también se ocupa en su informe de lo sucedido en nuestro país, señalando que "la desocupación laboral en Argentina superó el 10,4 % durante el período" que fue sometido al estudio del organismo.
Es un aumento de 1,5 puntos porcentuales en comparación con el mismo periodo del año pasado, de acuerdo con los datos divulgados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), pero que desde ese informe, se ha incrementado por la caída en varios de los sectores de la producción.
Si bien en el caso argentino hay un contexto de una recesión económica en los dos últimos años, la situación se vio agravada en los últimos meses a raíz del prolongado aislamiento y las restricciones impuestas por el gobierno.
En definitiva, la totalidad de los países de Latinoamérica y el Caribe, más allá de tratar en ese análisis solamente a unos pocos, se vieron sacudidos por la pandemia del Covid-19, que aún sigue golpeando.
Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.