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Editorial Jueves 14 de Junio de 2012

Drogas: más consumo

En la última década se triplicó el consumo de drogas entre los jóvenes, especialmente en marihuana y cocaína.

Redacción

Por Redacción

Un informe del SEDRONAR, organismo encargado de la prevención contra la drogadicción y lucha contra el narcotráfico que se encuentra a cargo de Rafael Bielsa, es realmente alarmante respecto a la evolución que va teniendo en el país el consumo de drogas, apuntando en este caso concreto a los estudiantes, entre quienes se hizo un relevamiento. Es que en apenas una década el consumo de marihuana pasó de 4,6 a 14%, incrementándose algo más de dos veces, exactamente 204 por ciento.

Este es el resultado de una encuesta entre alumnos de nivel medio de 814 escuelas de todo el país, que refleja con total claridad la preocupante situación, pues en apenas 10 años el consumo de marihuana se triplicó entre los más jóvenes, y también creció el de otras drogas, aunque en menor medida. Entre estas últimas se cuentan tanto las drogas ilegales como las legales -en este caso el alcohol y el tabaco, inductorias hacia otro tipo de consumo, en tanto que la cocaína pasó del 1,4% de 2001 a 4,6% una década después, donde si bien abarca una menor cantidad porcentual de jóvenes, también triplicó la cantidad de consumidores. En menores índices también aumentaron los consumidores de inhalantes, anfetaminas y pasta base (paco).

Justamente, la mayor gravedad del caso, es que este escenario se produce en una franja etaria donde hay muchos que recién se inician en el consumo de drogas, pasando por lo tanto a engrosar ese universo que después queda prisionero de la adicción.

Hace mucho tiempo que la Argentina dejó de ser un país de tránsito -por donde pasaba la droga con destino final en otros grandes centros de consumo como países europeos-, para transformarse en uno de consumo, pudiéndose comprobar fehacientemente con esta clase de estadísticas, las que dan cuenta del abrumador crecimiento de la cantidad de consumidores, apuntándose especialmente a los más jóvenes, donde la penetración es mucho más sencilla. Pero además, algunos episodios de enfrentamientos mafiosos entre narcotraficantes de origen colombiano, peruano e incluso boliviano, dan cuenta de la penetración que aquí hemos tenido de otros países productores de droga, que se trasladaron aquí tanto para la comercialización como el envío hacia otras grandes urbes.

Este trabajo del SEDRONAR aborda también algunos otros aspectos que clarifican todavía más la situación, como lo es por ejemplo la cada vez más reducida edad para el inicio en las adicciones, ahora de 14 años, para la marihuana, solventes, psicofármacos, sustancias inhalantes y el paco; un año más de edad es para la cocaína y el éxtasis.

De todas maneras lo más común y habitual es la marihuana, ya que una mal ganada fama de inocuidad es fácilmente impuesta a los que se tientan en este triste camino de la drogadicción. El 21,4% dijo en la encuesta que ha fumado un porro de manera experimental, en tanto que el 49,1% lo hace en forma ocasional, y en cambio el 27,3% lo hace de manera habitual, es decir, es consumidor sostenido de marihuana. Casi 3 de cada 10 jóvenes.

Esta suba del consumo de casi todas las drogas ha repercutido fuerte dentro del escenario judicial, ya que cada jornada se abren 41 causas judiciales por consumo personal o simple tenencia de drogas, aunque los expedientes que se inician para investigar casos de narcotráfico solamente llegan a 26, según estadísticas del Ministerio Público Fiscal, un organismo que concentra los datos de todas las fiscalías del país.

Queda en evidencia con ese dato, que se continúa persiguiendo más a quien consume droga que a quien la comercializa o distribuye, lo cual constituyo toda una incongruencia, no sólo contra la aplicación del sentido de lógica sino también contra las leyes, existiendo como antecedente un fallo de la Corte Suprema declarando inconstitucional la sanción de tenencia de drogas para consumo personal, algo que además está siendo tratado en la Legislatura, bajo la figura de despenalización de aquellos que se encuentren en esta última situación.

Un tema que ha originado muy fuerte polémica, en el cual la Iglesia por caso, fijó una posición contraria al proyecto de despenalización, ya que "favorecería el incremento de las facilidades y oportunidades para obtener estas sustancias y, por lo tanto, más que disminuirlo, aumentaría el consumo como ya ocurrió en otros países". Así lo sostuvo en un comunicado la Pastoral de la Drogadependencia de la Conferencia Episcopal.

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