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Editorial Jueves 8 de Noviembre de 2012

Drogas en alza

El consumo de marihuana y cocaína creció tres veces en los últimos 10 años, en tanto que en igual lapso la pasta base aumentó al doble.

Redacción

Por Redacción

La droga avanza desde todos los costados, tanto en la producción como en el consumo, haciendo desde mucho tiempo que la Argentina dejó de ser un lugar de tránsito hacia otros destinos, ya que gran parte de la droga que ingresa se comercializa aquí, entre el creciente número de consumidores.

De acuerdo con datos difundidos por la Secretaría de Programación de la Prevención  de la Drogadicción y la lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR), cuyo titular Rafael Bielsa estuvo recientemente de visita en Rafaela, la consumición de drogas ilícitas entre los adolescentes se triplicó en los últimos 10 años, lo que es una evidencia más que fehaciente respecto al aumento de la cantidad de consumidores.

Los datos fueron presentados durante un seminario sobre seguridad democrática  desarrollado en la sede del Centro de Estudios Municipales y Provinciales de Rosario (CEMUPRO), ocasión en la cual se sostuvo que el consumo de marihuana y cocaína se triplicó en tanto que el de pasta base se duplicó en todo el país, estableciendo la suba por provincias en Santa Cruz 16,9%, Buenos Aires 12,1%, Capital Federal 10,7% y Santa Fe 8%, siendo justamente nuestra provincia una de las que menos incrementó los niveles de consumo. Datos que cobran especial relevancia en este tiempo en que el gobierno provincial del socialista Antonio Bonfatti se encuentra jaqueado por la problemática de la droga, consecuencia desatada por la denuncia de un diario nacional relacionado con el gobierno central respecto a la vinculación del ex jefe policial Hugo Tognoli con el narcotráfico, lo que valió su rápido alejamiento tras esa difusión, desatando un verdadero cruce de acusaciones en el plano político que llevaron incluso a algunas situaciones de confrontación realmente impensadas hasta poco tiempo atrás.

Esta expansión de la droga en la última década, según explican especialistas, se dio en el marco de la ausencia de políticas de Estado para combatir el narcotráfico, existiendo muchas situaciones puntuales que así lo justifican, como por ejemplo la falta de controles y las facilidades que existen para el ingreso al país de precursores químicos como la efedrina, utilizada para la elaboración de medicamentos pero también para drogas ilegales. Países como México y los Estados Unidos tienen prohibido su ingreso, mientras que aquí en cambio ingresa libremente, habiéndose descubierto ya en reiteradas oportunidades su uso ilegal para la preparación de drogas, aunque todo se mantiene sin cambios.

Para tener una idea más clara de la evolución que ha ido teniendo este negociado de la droga, digamos que en 2006 ingresaron 25 toneladas de efedrina a la Argentina, cuando el ingreso normal anterior era de 5 toneladas, aunque no originó la investigación de nadie, ni siquiera llamó la atención de ninguno de los organismos vinculados a la lucha contra el narcotráfico. ¿Adonde iba tanta efedrina? ¿Quién la importaba y qué cantidad de drogas legales se elaboraban con las 25 toneladas? Nada tuvo respuesta. Como burdo ejemplo, digamos que mientras algún maxiquiosco avenido importador ingresaba 1.200 kilogramos mensuales de efedrina, un laboratorio legal sólo 700 kilogramos en todo un año. Curioso al máximo, pero nadie intervino ni hizo absolutamente nada, existiendo al parecer un vía libre para la droga.

En los análisis, tal como fue remarcado recientemente por el gobierno provincial, las rutas 34 y 11 que atraviesan la provincia de Santa Fe de norte a sur son los caminos por los cuales transita la droga, no existiendo los controles necesarios, una tarea en la cual los distritos pueden colaborar pero cuya mayor responsabilidad le cabe al gobierno nacional, que dispone de los recursos para hacerlo. Las deficiencias son notables, al punto que prácticamente toda la frontera se encuentra desprotegida, no existiendo además radares para el control del tráfico aéreo, existiendo cientos de lugares -según lo puntualizan informes extraoficiales- donde se realizan aterrizajes, en muchos casos verdaderas pistas con señalamientos y luces que las enmarcan.

Este es un pantallazo de la perspectiva que ofrece hoy la droga en el país, un verdadero flagelo en permanente expansión, que encuentra casi nula oposición en su rechazo.

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