Por REDACCION
Uno de los más contundentes medidores de la fuerte pérdida de confianza que viene registrando el gobierno es el alza de la compra de dólares por parte de la gente, es decir, de aquel minoritario sector que aún cuenta con posibilidad de ahorro y que no tiene demasiadas otras alternativas para preservar el valor de su dinero, el cual es depreciado en forma constante, al punto que en este momento -poco más poco menos- y tomando como indicativos los índices que establecen prácticamente todas las consultoras privadas, la inflación interanual se encuentra en el 40%.
En el pasado mes de octubre las compras de dólares para ahorro, las cuales son autorizadas por la AFIP con ciertas restricciones, aún así alcanzaron la suma de 446,3 millones de dólares, estableciendo un nuevo récord en la materia. Justamente esa alarmante cantidad, fue la motorizadora de versiones que podría cerrarse esta posibilidad de continuar comprando la divisa estadounidense con la finalidad de ahorro, ya que toda esa cantidad inmediatamente desaparece del circuito, es decir, va "al colchón", restando financiación al sistema. Sin embargo, aunque una definición de esta naturaleza y viendo las contradicciones que se han venido dando en el gobierno en todo este tiempo, el nuevo titular del Banco Central, Carlos Vanoli, quien salió inmediatamente a desmentir el rumor de un probable cierre de la alternativa de esta compra.
Justamente, la especie no hizo otra cosa que aumentar más la incertidumbre, ya que mientras esa fuga se remitía a cifras bastante menores no era motivo de gran preocupación, pero ahora con un índice de casi medio millar de millones de dólares, y agravado por la cada vez menos disponibilidad en las alicaídas reservas del Central, se trata esta de la eliminación de la compra de dólar ahorro de una posibilidad con bastante asidero, aunque haya sido desmentida. Si nos retrotaemos a varias décadas atrás, resuena aquella frase del entonces ministro de Economía Lorenzo Sigaut cuando sostuvo "el que apuesta al dólar pierde" y al día siguiente se produjo una fuerte escalada de la divisa.
Siempre se dijo, tratando de restar significación al mercado paralelo, que se trata de grupos muy pequeños que no tenían ninguna clase de incidencia, pero ahora este sector conformado en su mayoría por pequeños ahorristas, es de una magnitud preocupante, aun cuando las divisas no se vayan finalmente al exterior, aunque desapareciendo de circulación pues van directamente al destino prefijado: ahorro. Quedan en poder del adquirente que de esa manera, logrando comprar aunque sea pequeñas sumas mensuales, logra sostener en parte el valor de su dinero, ya que la moneda nacional, por la enorme aceleración de emisión que se hace del Central para sostener el poco menos que desmadrado gasto público, tiene una depreciación enorme.
Decíamos entonces que en octubre la fuga del dólar por esa vía abierta por el gobierno, para tenencia personal, ascendió exactamente a 446.347.898 superando en 67 millones las ventas que hubo en septiembre y fijando un nuevo récord. En total fue un 18% más y eso viene dándose todos los meses, lo cual sin dudas se mantendrá en la medida que la gente se haga de moneda nacional, de la cual busca la manera más rápida de desprenderse, pero cuando ya se tiene cubierta la cuota de electrodomésticos, unidades motrices y otros elementos y no se llega a la siempre tentadora posibilidad de ahorrar en ladrillos -inmuebles- entonces no queda otra alternativa que el dólar, hacia donde va masivamente el efectivo sobrante.
Para dar una idea que el dólar es comprado por pequeños ahorristas y no grandes operadores, digamos que el promedio de cada adquisición estuvo rondando los 600 dólares, con una cotización que llegó el último día de octubre a 8,50 pesos. Es decir, que también tiene el adquirente la chance de comprar digamos mil dólares a ese valor, salir del banco y venderlos en el mercado paralelo en unos 14,50 con lo cual con ese simple ejercicio obtiene una ganancia de unos 4 mil pesos, ya que al ser retirados de los bancos debe abonarse un 20% adicional.
Desde la puesta en marcha del sistema de compra de dólares ahorro, autorizando el 20% de los ingresos declarados por el interesado en la operación, ya se compraron 2.137,3 millones de esa divisa con un total de 3.379.473 operaciones a un promedio de 632,45 dólares cada una. De ese total de la divisa, el 91% fue retirado de los bancos, por lo cual los compradores debieron pagar el citado adicional del 20%. Un dato contundente: el 93% de las compras fueron por parte de empleados.
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