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Editorial Viernes 5 de Julio de 2013

Distribución de ingresos

El sector más rico se queda con casi 8 veces más que el más pobre de la pirámide social.

REDACCION

Por REDACCION

La distribución del ingreso, una de las metas establecidas desde el gobierno nacional para mejorar la inclusión social, se mantiene dentro de oscilaciones que no permiten visualizar la posibilidad de una tendencia determinada. Es que, por ejemplo, en el primer trimestre de 2013 alcanzó una medición de 0,427 mejor que el 0,433 de igual período de 2012, tomando el Coeficiente Gini que se utiliza para establecer los niveles de desigualdad, el cual tiene como punto de partida ideal el puntaje cero. Sin embargo, la mejoría no alcanza mucho relieve, ya que justamente en diciembre pasado había sido de 0,411 con lo cual tenemos vaivenes que reflejan una situación de intestabilidad respecto a la pretensión de un más equitativo reparto de la riqueza.

Todos estos datos surgen de la Encuesta Permanente de Hogares que elabora el INDEC, por lo cual se trata de estadísticas oficiales.

La mayor presión tributaria, y especialmente el no haberse modificado el mínimo no imponible para el pago del impuesto a las Ganancias, fue logrando una mayor nivelación desde 2010 en adelante. De tal modo, se expone que el 10% más rico de la población tiene como ingresos por la ocupación principal más de los 6.939 pesos mensuales del mínimo no imponible para los solteros.

Para poder realizar ciertas comparaciones de cómo se encuentra la Argentina con el 0,427 de coeficiente puede mencionarse que en los países más avanzados está en el orden de 0,300, mientras que en los países nórdicos que son las sociedades con características más igualitarias está en 0,250. Pero si en cambio pasamos a nuestra región, tenemos que tanto Brasil como Chile oscilan en 0,500 de coeficiente, lo cual expone una mayor desigualdad que aquí.

Viendo los ingresos en los dos extremos de la pirámide social, tenemos que en nuestro país el 10% del sector superior, es decir lo más ricos, cuenta con ingresos de 6.040 pesos mensuales de promedio, en tanto que el 10% más pobre ubicado en la base apenas si alcanza los 787 pesos por mes. Merced a esas cifras tenemos que la diferencia entre uno y otro extremo es de 7,7 veces. Si en cambio comparamos a los que menos ganan y los que se encuentran en la parte media de la pirámide, la diferencia se reduce a 3 veces. De tal manera es que el 22,3% del total de los ingresos se queda en los hogares más ricos, en tanto que el 10% de los más pobres apenas si se reparte el 3,2% de la torta.

Ampliando algo más la perspectiva salarial y tomando los datos del INDEC en esta encuesta permanente, tenemos que el 70% de la población ocupada gana hasta un máximo de 5.000 pesos, cifra que se encuentra por debajo del mínimo no imponible para el pago de Ganancias. Por su parte el 10% más rico cobra en promedio 8.000 pesos mensuales, en tanto que la media de ingresos total en los hogares a fines del mes de marzo era de 6.000 pesos por mes, lo cual significa un aumento del 21,1% en comparación con igual lapso de 2012.

En cuanto al desempleo, un aspecto esencial en cuanto al impacto que tiene en la distribución del ingreso, en el primer trimestre del año hubo una desmejora bastante importante, estableciendo una medición de 7,9% cuando entre octubre y diciembre había sido de 6,9%. Este retroceso confrontó en cambio con el PBI, que en ese mismo lapso creció 3 puntos.

Es verdad que la distribución de los ingresos ha mejorado en este ciclo de los últimos diez años, y de manera significativa, pero desde hace un tiempo ha ingresado en una meseta, lo cual queda expuesto con los índices registrados en el Gini. Un aspecto sobre el cual se insiste, es que con el importante crecimiento que tuvo la economía en el ciclo, incluso con sucesión de año con tasas que oscilaron entre los 8 y 9 puntos, la distribución del ingreso debería haber sido más contundente, al igual que la sustentabilidad del empleo.

Un dato también conocido a través de estadísticas oficiales es que de los 15.781.000 de personas ocupadas, la mitad de ellas tiene una remuneración promedio de 3.700 pesos mensuales. Se trata de casi 8 millones que trabajan como obreros, empleados, profesionales o cuenta propistas, quienes disponen de menos de 120 pesos por día para mantenerse o mantener a sus familias. Y si bajamos algo más en esa escala, el 30% de los ocupados -4,7 millones de personas- gana menos de 2.500 pesos mensuales, cifra por debajo del salario mínimo legal.

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