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Editorial Lunes 30 de Abril de 2012

Día del Trabajo

Hace 122 años, un primero de mayo como mañana, se celebró por primera vez en la Argentina el Día de los Trabajadores.

Redacción

Por Redacción

Aunque los datos oficiales puedan traslucir alguna clase de dudas, especialmente por su origen en el INDEC, -un organismo duramente cuestionado por los manejos realizados con ciertos y determinados índices-, caso concreto el inflacionario que es desvirtuado de la realidad, la actual marca de 6,7% de desocupación establece la más baja en la Argentina desde 1991. Un hecho que más allá de estas circunstancias debe ser celebrado, ya que justamente el trabajo constituye uno de los bienes más preciados en la cotidiana lucha que el hombre tiene para fortalecer su dignidad y la de su familia.

En cuanto aquí en Rafaela, según las estadísticas de la Encuesta Permanente de Hogares que se lleva adelante desde el ICEDEL dependiente del municipio, el desempleo se encuentra en 6,5%, debiéndose recordar que luego de episodios que han quedado postergados en el tiempo, y confiamos que definitivamente, en que Rafaela sufrió muy fuertemente los efectos de la falta de trabajo, siempre ha tenido índices por sobre el promedio nacional, tal como ocurre ahora. Aunque es probable que la realidad establezca una mayor diferencia que esas 2 décimas, habida cuenta que los datos nacionales son mucho más recientes que los de la encuesta local.

Es cierto que atravesamos un tiempo de puja salarial, consecuencia de los efectos inflacionarios, pero trabajo hay, lo cual es esencial para que la sociedad no caiga en situaciones extremas. Y quienes aún no se incorporaron al campo laboral, cuentan con una asistencia derivada tanto de la asignación universal como de otros planes y formas de respaldo para poder encarar la subsistencia, y de tal manera poder aguardar la oportunidad para hacerlo.

Justamente mañana, el primer día del mes de mayo, en que celebramos el Día del Trabajo, es oportuno recordar algunos antecedentes, como por ejemplo que su consagración como tal ocurrió en el mes de agosto de 1899 durante el Congreso de la Primera Internacional de Trabajadores realizado en París.

Al año siguiente, en 1990 y ese 1 de mayo, fue la primera vez que se festejó en la Argentina. Ese día la zona de la Recoleta se mostraba particularmente elegante, cuando alrededor de la una de la tarde y bajo un sol radiante, las veredas de la Avenida República, en las cercanías del Prado Español, se iban poblando de personas. Los grises y con telas bastante raídas parecían constituir los uniformes de esos en mayoría jóvenes, muchos inmigrantes o hijos de ellos llegados desde Italia, España, Alemania y otros países europeos. La convocatoria efectuada por el club socialista alemán Vorwarts (Hacia adelante) había resultado exitosa, ya que cerca de dos millares de obreros se aprestaban para celebrar por primera vez en este país, el Día Universal del Trabajador.

Frente al club teutón se habían apostado piquetes de policías, previendo posibles desórdenes, aunque los mismos obreros se habían organizado en ese sentido, conformando un grupo que custodiaba el orden, identificados con un brazalete rojo. La convocatoria había sido sostenida por el alto grado de miseria y explotación que sufrían los trabajadores argentinos de esa época, lo cual provocó fuerte rechazo de una parte de la sociedad porteña, generándose un clima de incertidumbre por el desenlace que podía tener esta celebración de los trabajadores. Tanto fue que el diario La Prensa publicó un editorial sosteniendo que si bien las demandas podían ser consideradas, la Argentina era un país "en que el obrero impone su salario y mejora cada día, emancipándose del capital o sometiéndolo, levantándose de su condición precaria y convirtiéndose rápidamente en propietario".

Las encuestas de ese tiempo sin embargo no respaldan los dichos de el diario metropolitano, pues el país estaba sumergido en una muy dura crisis, siendo la deuda pública de 10 millones de pesos. El poder adquisitivo del salario había caído una tercera parte en 1990 con relación a 1886, lo cual es más que suficiente para graficar cuáles eran las condiciones de los trabajadores entonces, coincidentemente con esa primera celebración, que de todos modos se desarrolló sin mayores inconvenientes.

Así fue, parte de la historia, que nos condujo hasta el presente, a través de las organizaciones gremiales que comenzaron a surgir por aquellos finales del siglo XIX, extendiéndose hasta el presente, cuya actualidad también repasamos en el inicio de la nota.

¡Feliz día a todos los trabajadores!

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