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Editorial Miércoles 30 de Abril de 2014

Día del trabajador

El primer día de mayo es la fiesta de todos los trabajadores, la más representativa y abarcativa de todos los sectores.

REDACCION

Por REDACCION

Mañana es el día de los trabajadores, sin dudas una de las fechas más especiales por su contenido, de las tantas que tienen el rojo del feriado en el calendario. Es que se trata de la que une absolutamente a todos los que componen la fuerza del trabajo, que es la que lleva adelante el progreso y el bienestar, pero además, la que suele cargar sobre sus hombros las cargas más pesadas, como por ejemplo cuando se presentan situaciones comprometidas, de complicaciones, soliendo desembocar en agudas crisis. En las cuales, el trabajo siempre dice presente al momento del sacrificio, de la voluntad y del compromiso con el futuro.

Vale entonces formalizar algunos repasos históricos, como por ejemplo el origen de esta conmemoración del primer día del mes de mayo, habiendo sido en 1886 -exactamente mañana se cumplen 128 años- cuando un grupo de obreros

estadounidenses se movilizó en reclamo de reivindicaciones laborales, entre ellas el pedido de reducción de la jornada laboral a 8 horas. La protesta, llevada a cabo inicialmente por 80.000 trabajadores, pronto desembocó en una huelga que alcanzó a todo Estados Unidos y afectó a la mayoría de las fábricas. La fuerza demostrada por los obreros en su reclamo marcó un antes y un después en la historia laboral, instaurándose aquella fecha como el Día del trabajador.

Claro que ese reclamo que tuvo su epicentro en Chicago no surgió por motivos espontáneos, sino por un fraudulento proceso judicial que tendía a escarmentar al movimiento obrero y desalentar el creciente movimiento de masas que pugnaba por la reivindicación de la jornada de ocho horas de trabajo. Aquellos trágicos hechos ocurridos en Chicago en la protesta sindicalista y el proceso judicial a los dirigentes y militantes anarquistas- serían tenidos muy en cuenta, años después, por el movimiento obrero internacional que, justamente, adoptó como el Día de los Trabajadores, el 1º de Mayo. Pero el escarmiento no sólo abarcaba al sindicalismo. Debe tenerse en cuenta que de los ocho dirigentes anarquistas, sólo dos eran norteamericanos y el resto se trataba de inmigrantes extranjeros. Sus nombres eran Michael Schwab, Louis Lingg, Adolph Fischer, Samuel Fielden, Albert R. Parsons, Hessois Auguste Spies, Oscar Neebe y George Engel. 

Aquella épica y trágica jornada del movimiento obrero quedó enmarcada en la historia como "los mártires de Chicago".

En nuestro país el Día de los Trabajadores se conmemora desde fines del siglo XIX, habiendo sido el primer acto que tiene registros en 1890, en el Prado Español de Buenos Aires, contando con gran cantidad de obreros, la mayoría de ellos inmigrantes. Ahí se puso en marcha esta tradición.

Desde la primera presidencia de Juan Domingo Perón (1946-1952), la conmemoración del día del trabajador alcanzaría una notable importancia, organizándose celebraciones multitudinarias en todo el país. A raíz de las numerosas reivindicaciones obreras logradas por el peronismo, el 1º de Mayo se convirtió en un día emblemático. 

El ocultamiento de estadísticas o la adulteración de las mismas, según se sospecha, no permite disponer en la actualidad de cifras precisas sobre el movimiento laboral, aunque se están viviendo momentos complicados. Las diferencias están claramente expuestas en los índices divulgados por organismos oficiales como el INDEC, el Ministerio de Trabajo o reparticiones de seguridad social, donde la inclusión como trabajadores activos de quienes reciben subsidios o planes asistenciales, como así también de quienes no trabajan las horas de jornada completa, hacen que se pueda exhibir una situación que no se condice con la realidad, ya que el 6,4% oficial de desocupación está muy alejado de los números que muestran otras organizaciones, pudiéndose citar por ejemplo a la CGT, cuyos especialistas establecieron una desocupación actual de 18,3%, es decir, triplicando el nivel oficial.

Sin tomar como punto de referencia esos dos extremos, la realidad muestra diariamente que los problemas existen en el mercado laboral, y mucho más importantes de lo que podría imaginarse, ya que están acompasados con una economía que no reacciona, declinante, y seriamente afectada por la inflación. Un flagelo que además impacta con fuerza sobre el poder adquisitivo del salario.

No son buenos tiempos para los trabajadores, confiemos que comience a revertirse.

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