Por Redacción
La asunción real de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos es cuestión de horas -el próximo viernes 20 de enero-, pero los efectos se vienen sintiendo desde hace rato, podría decirse que comenzaron ni bien se produjo su triunfo para llegar a la Casa Blanca, aprovechándose de las ventajas que le dio del sistema electoral indirecto -mediante electores-, ya que el recuento final dijo que sacó 3 millones de votos menos que su rival demócrata Hillary Clinton.
Uno de ellos es la desglobalización, que ya se encuentra en marcha y podría acelerarse después de la asunción de Trump, quien desde su campaña viene manifestando que ese es uno de sus objetivos principales, y que por cierto le valió un gran respaldo de los estadounidenses que fueron quedando marginados de las posibilidades económicas en los últimos años.
El proteccionismo lanzado por Trump en estas preliminares ha generado una gran incertidumbre y numerosos interrogantes, planteándose la incógnita si el mundo marcha hacia un caótico desorden debido a la guerra comercial en ciernes, algunas de cuyas manifestaciones previas han comenzado a visualizarse.
Algunos datos que ayudan a analizar mejor la situación, dicen por ejemplo que entre 1960 y 2008 el comercio internacional estuvo creciendo a un promedio de 6,6% al año, mientras la economía se expandía 3,5% también anualmente. Pero desde 2008, el año de la fortísima crisis financiera global que todavía se mantiene, el intercambio se redujo a 3,4% anual, mientras que en 2016 bajó drásticamente a 2%.
Con la globalización crecieron vertiginosamente los gigantes asiáticos, de manera exponencial China y la India, pero a la vez ese tiempo dorado de la globalización profundizó en exceso las desigualdades sociales, enviando directamente a la pobreza a millones de trabajadores y buena parte de la clase media. Cómo será la cuestión que en Estados Unidos se llegó a cuantificar que sólo el 1% de la población llegó a disfrutar de los beneficios de la globalización, siendo una cantidad mínima en una población de 320 millones de personas. Italia es otro ejemplo muy contundente, multiplicándose la pobreza, la indigencia y el desamparo, lo cual ha venido siendo advertido reiteradamente por el Papa Francisco, quien tiene ocasión de comprobarlo en forma directa en los alrededores del Vaticano.
Otro dato a considerar es que en 1999 cuando la cumbre de los países industriales en Seattle (EE.UU.), siendo presidente Bill Clinton, tiempo en que se vivía la apertura indiscriminada de los mercados, se produjeron grandes desórdenes con la participación de 40.000 personas que rechazaron el nuevo orden globalizador, al que también le dieron la espalda toda Latinoamérica y unos 40 países de Africa. Ese fue el inicio de algo que pareció luego inadvertido y que ahora Donald Trump está dispuesto en llevar adelante, como forma más directa para recuperar riqueza, producción y trabajo para los estadounidenses.
Muchos años después, en 2016, el Grupo de los 20 se reunió en China y tras reconocer la gravedad de las consecuencias, resolvió un relanzamiento de la globalización, pero más humana, con menos desigualdad y más inclusiva.
También el FMI y otros grandes grupos financieros mundiales que en su momento respaldaron contundentemente a la globalización, hoy aparecen con preocupación por la realidad de algo que está resignando terreno.
Por estas razones, Trump está tratando de adelantarse a los próximos pasos del mundo, anticipándose a la desglobalización, habiendo ya anunciado la desarticulación de tratados comerciales multilaterales, a la vez que desandando mucho el camino recorrido por Barack Obama, tanto con los gigantes asiáticos como con los principales países europeos, y también con sus cercanos socios del NAFTA, Canadá y México, advirtiendo la aplicación de tasas del 35% a quienes fabriquen vehículos en México y pretendan venderlos en Estados Unidos, amparándose en esos convenios.
El mundo entero está en alerta por lo que se viene en la denominada "era Trump" cercana a iniciarse, la cual puede subvertir todo lo que vino haciéndose hasta ahora, al menos en las dos últimas décadas.
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