Por Redacción
La crisis europea ya se encuentra transitando por su cuarto año, y los remedios que se aplican no aportan soluciones, ya que todos los índices se encuentran en franco deterioro, y el más importante de todos que es la falta de trabajo, pues impacta directamente en las condiciones sociales de la gente, en lugar de reducirse o siquiera estancarse, continúa ampliándose. Es que según los más recientes datos difundidos desde la oficina de estadísticas de la Unión Europea, en la zona euro el desempleo llegó a 11,1%, constituyéndose en el más alto de su historia. Y dentro de toda esa escala, la más grave situación es la que afronta España con 24,6% de desocupados.
Recordemos que la denominada zona euro está integrada por 17 países, que son precisamente los que utilizan esa moneda, donde la desocupación de 11,1% es aún mayor que todo el conjunto de la Unión Europea que está conformada por 27 países, donde los que no tienen un empleo suman el 10,3% del total de la población.
Más allá de porcentajes, el total de desocupados de los 27 países de la Unión ascienden a 24,8 millones de personas, casi 2 millones más que un año atrás, mientras que en la zona euro los que no tienen empleo son 17,5 millones, comprendiéndose entonces la cabal magnitud de los efectos de esta prolongada crisis, cuya salida todavía no se visualiza, al menos en el futuro inmediato.
Desde que fue creado el euro y adoptado como moneda por 17 países en forma conjunta, este nivel de desempleo del 11,1% es el más elevado, sumando además 13 ascensos consecutivos, lo cual deja en clara exposición la continuidad de esta complicada situación de la cual gran parte de Europa no puede alejarse. Incluso, de acuerdo con Eurostat, la agencia común que mide el desempleo, se espera que en estos seis meses que restan de 2012 la falta de trabajo siga agravándose, por lo cual podría llegar a ubicarse entre 11,5 y 12 por ciento.
La radiografía de la Unión Europea de este momento da cuenta que solamente 8 de los 27 países están logrando el objetivo de crear fuentes de trabajo, que aunque sin alcanzar cifras relevantes permiten sostener la situación, en tanto que Hungría es el único que se mantiene sin variaciones, mientras que en los 18 restantes la desocupación se encuentra en plena expansión. Por cierto, la perspectiva no es para nada optimista, sino todo lo contrario, coincidiendo desde este enfoque en que bien para fines del presente año el porcentaje pueda incrementarse en casi un punto.
Ya dijimos que España es el país más gravemente afectado con una tasa de desempleo de 24,6%, lo cual ha generado una perspectiva socioeconómica muy complicada, mientras que en orden descendente aparece luego Grecia con 21,9% -con datos del mes de marzo, siendo muy posible que se encuentre en nivel parecido a los españoles-, apareciendo un dato muy revelador en cuanto a la gravedad del problema para los jóvenes, ya que los menores de 25 años que no encuentran trabajo suman el 22,7%, siendo también en esta escala España la más afectada con el 51,2% y apareciendo luego Grecia sin datos actualizados -pero elevados-, Eslovaquia 38,8%, Portugal 36,4% e Italia 36,2 por ciento. En el extremo opuesto aparece Dinamarca, donde los menores de 25 años desocupados suman apenas el 7,9%, luego Holanda con 8,2 y en tercer lugar Austria con 9,2 por ciento.
En cuanto a las naciones que mantienen un mejor posicionamiento en materia laboral, el listado aparece encabezado por Austria con sólo 4,1% de desempleados, Holanda con 5,1% -ambos también están a la cabeza en material juvenil-, Luxemburgo 5,4% y Alemania 5,6%, mientras que los países que han ido mejorando más rápido son las pequeñas repúblicas bálticas Estonia que bajó a 10,9%, Lituania a 13,7% y Letonia a 15,3%, reduciendo en pocos meses entre 2 y 3 puntos.
Las políticas que se han venido implementando este último tiempo, destinándose importantes sumas para abrir la reactivación, además de fuertes ajustes, no han tenido la fuerza necesaria para alcanzar el objetivo perseguido, incluso notándose en algunos casos un efecto totalmente inverso, pues en los casos de la aplicación de restricciones a la economía, los niveles afectados cayeron todavía más bajo.
Es que ya han transcurrido más de dos años desde que se vienen aplicando las actuales políticas, y los resultados continúan sin aparecer.
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