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Editorial Jueves 22 de Septiembre de 2011

Demasiados muertos

En las rutas santafesinas en 2010 hubo 545 muertos en accidentes carreteros, y en el presente año, sólo en el primer trimestre se contabilizaron 153 víctimas fatales.

Redacción

Por Redacción

Lamentablemente los accidentes de tránsito, especialmente los que ocurren en rutas de la Provincia, continúan siendo noticia, con toda la secuela de víctimas fatales, tragedias de familias que quedan destruidas y una importante pérdida material. Un fenómeno que ocurre en toda la Argentina, y que nos ubica dentro de los países del mundo con mayor cantidad de muertos -alrededor de unos 8.000 por año- en cuanto a la relación habitantes-vehículos, según estadísticas de la organización no gubernamental Luchemos por la Vida.

En este caso, iremos concretamente a la provincia de Santa Fe, de la cual formamos parte. En 2010 los muertos en accidentes ascendieron a 545, en tanto que en el primer trimestre del presente 2011 se llevan contabilizados 153, lo cual lleva a considerar que volveremos a estar en parecido nivel, con lo cual queda en descubierto que aunque se intenten medidas, de apliquen nuevas disposiciones, e incluso en alguna medida se mejoren las carreteras, los resultados son magros. 

Un dato muy interesante, y que en gran medida debe ser aprovechado, es que la concentración mayor de siniestros con consecuencias fatales ocurren en la provincia de Santa Fe los fines de semana, es decir sábados y domingos. Justamente, esos días se produjeron el 41% de los accidentes, lo cual lleva a la conclusión el análisis de varias causas, como por ejemplo que esos días se incrementa el tráfico por una diversidad de razones, siendo muy posible también  que haya en las rutas conductores que circulan con menor asiduidad y por lo tanto sin la práctica necesaria para andar a velocidades más altas, pero además, y por sobre todas las cosas, aparece un dato revelador como el horario de muchos siniestros, entre las 5 y 8 de la mañana, que es precisamente cuando los jóvenes regresan a sus hogares tras haber asistido a lugares de diversión, con ingestas alcohólicas desacostumbradas que llevan a cometer transgresiones como los excesos de velocidad por ejemplo, cuyas consecuencias suelen resultar fatales.

Meses atrás se puso en funcionamiento la Agencia de Seguridad Vial, confiándose en que pronto se comiencen a advertir los resultados de sus acciones, que deben estar orientados precisamente a un ordenamiento generalizado del tránsito en las rutas de la Provincia, sostenido en un rígido control y fiscalización, para que ocurra como en determinados lugares del país -provincia de Córdoba y algunas rutas de la provincia de Buenos Aires- donde la aplicación de controles y muy duras sanciones, lograron una reducción sustancial de los accidentes.

Es que la policía vial -tanto la Agencia provincial como la Gendarmería en este caso- no debe estar limitada a una tarea simplemente recaudadora, muchos menos solamente presencial en las rutas, sino que debe constituir sinónimo de garantía de una normal circulación, tanto en la prevención y control, como así también en la aplicación de las sanciones que correspondan a los infractores. Sin que ello se transforme en una cacería indiscriminada de conductores, pero sí que se cumpla a rajatabla la ley en todos sus aspectos, y con la aplicación del máximo rigor.

Considerando el alto nivel transgresor de muchos conductores, es una de las pocas formas que existen para ir mejorando este escenario tan complicado, con lamentable saldo de unos 8.000 muertos anuales, y todas las consecuencias que ello significa, pérdidas irremplazables y familias truncadas. Especialmente aquellas que resultan afectadas aún en manos de conductores responsables y prudentes, que sin embargo tropiezan en las rutas con irresponsables que no se ajustan al cumplimiento de las mínimas normas establecidas.

Aquí en Rafaela sin ir demasiado lejos, tenemos un serio problema en el cruce urbano de las rutas 34 y 70, el cual a pesar de estar debidamente señalizado, con amplia visibilidad e iluminación nocturna, pero por sobre todas las cosas con desvíos y accesos controlados por semáforos, igualmente es una zona de reiteración de accidentes debido a la irresponsabilidad de ciertos conductores, muchos de ellos choferes supuestamente profesionales, que incumplen los libres pasos que indican los semáforos. Es por esa razón que fue reclamada la intervención de la Agencia de Seguridad Vial y de la Gendarmería para que establezcan controles más rígidos y buscar de tal manera se vaya solucionando una situación en extremo delicada.

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