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Editorial Lunes 11 de Febrero de 2013

Deforestación

Aún con leyes en vigencia, que poco y nada se cumplen, la tala indiscriminada de bosques nativos sigue adelante.

Redacción

Por Redacción

El hombre es el ser de mayor poder destructivo de los que habitan el planeta, muy alejado de todo el resto. Y sino veamos lo que está sucediendo con el sostenido avance del cambio climático, generado por una diversidad de factores que combinados entre sí, resultan realmente letales para nuestro hábitat, cada vez más vulnerado. La generación de gases con efecto invernadero que perforaron la capa de ozono que nos protege de los rayos ultravioletas que emanan del sol, es una de esas razones; otra, también de gran significación, la tala indiscriminada de bosques, que van dejando sin pulmones verdes al planeta, avanzando en forma notable las zonas áridas y desérticas. Todo, combinado con fenómenos naturales, o quizás no tanto, como huracanes, tsunamis, grandes inundaciones, además de movimientos telúricos de constante reiteración. En síntesis, un mundo demasiado golpeado para albergar a 7.000 millones de destructores, que pronto, tal vez en menos de 40 años, habrán aumentando a 9.000 millones.

Veamos aquí en la Argentina, donde también contribuimos fuertemente para este deterioro. Es que a 5 años de sancionada la Ley de Bosques Nativos que protege supuestamente debería proteger los bosques autóctonos, no se advierte aún ninguna clase de resultados. Al menos, de esa manera lo han expuesto en un informe conjunto Greenpeace, la Fundación Vida Silvestre y la Fundación Ambiente y Recursos Naturales que han trabajado en conjunto para producir conclusiones como asegurar que transcurrido un lustro no hubo prácticamente avance alguno en la implementación de la ley, por lo cual se reclama su cumplimiento.

Un dato absolutamente revelador, es que en estos 5 años de la ley de protección, aunque sin aplicar o con gobiernos haciéndose los desentendidos, se han talado nada menos que 1.145.044 hectáreas de bosques nativos, siendo las provincias donde se sigue impunemente avanzando en la tala Santiago del Estero, Salta, Formosa y Chaco, todas las que han venido siendo afectadas por un brusco cambio climático en los últimos años, con grandes sequías y enorme afectación de sus producciones agropecuarias.

El informe denominado "Ley de Bosques: 5 años con pocos avances", si bien admite que en este lapso la deforestación se redujo un 20% al pasarse de 280 mil hectáreas que se venían talando anualmente a 230 mil, de todos modos se cumple poco y nada, ya que los números de la deforestación continúan siendo muy elevados, ya que sólo entre 2008 y 2011 se arrasaron  932.109 hectáreas en las jurisdicciones que fueron relevadas por los expertos de las organizaciones ambientalistas. En Santiago se talaron 399.600 hectáreas, en Salta  222.868, en tanto en Formosa se deforestaron 113.109, y finalmente en el Chaco fueron 102.592 hectáreas.

De todos modos, aunque la situación continúa siendo grave, por lo apuntado, el estudio también destaca algunos logros, recordando que fueron 20 las provincias que realizaron el Ordenamiento Territorial de sus Bosques Nativos, habiéndolo refrendado con sus respectivas leyes provinciales. Mientras que como logros concretos, además del 20% general de reducción de tala, se destacó los casos concretos de las provincias de Misiones, San Luis y Chaco que han conseguido bajar la deforestación en un 50 por ciento. Otras provincias han tenido dificultades en la implementación y algunas buscan consenso con entidades e instituciones académicas, pero quedan Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe que todavía no sancionaron ese ordenamiento con una ley provincial.

El trabajo conjunto de las tres organizaciones ambientalistas referidas, fueron analizadas las tres regiones que concentran el 85% de los bosques nativos del país: el parque chaqueño, la selva misionera y la selva tucumano-boliviana. En esas tres amplísimas regiones, la deforestación en el lapso que va entre 2006 y 2011 fue un 50% mayor que en el período enmarcado entre 1998 y 2002, cuando la ley todavía no existía.

Se destaca en el trabajo que "los datos muestran que los desmontes avanzaron sobre áreas que habían quedado protegidas. Pero además, desde la reglamentación de la norma, el gobierno nacional nunca terminó de sustanciar el fondo para la conservación de bosques".

La situación, es más que preocupante, pues al igual sucedió con los glaciares, también aquí existen leyes pero que no se respetan y nadie se encarga de hacer cumplir.

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