Por REDACCION
En una Argentina donde los precios relativos están todo el tiempo en movimiento por los temblores de la economía y una inflación persistente, buena parte de las familias admiten que la plata no alcanza y que es necesario recurrir a la ingeniería del más alto nivel en materia de administración para cubrir las necesidades básicas, que incluyen alimentación, abrigo, educación y salud.
A fines de junio, el 60% de los asalariados y el 40% de los hogares argentinos no llegaba a cubrir el costo de la canasta básica en el primer trimestre del año, según el informe sobre Evolución de la Distribución del Ingreso elaborado por el INDEC. Según las escalas de ingreso individual, seis de cada diez asalariados, más de 8,3 millones de personas, tenían ingresos mensuales de entre 15.000 y 16.200 pesos, mientras la Canasta Básica Total tenía en marzo pasado un costo de 17.867 pesos.
De acuerdo con las escalas de ingresos, alrededor de 899.280 hogares tenían ingresos entre 16.000 y 20.000 pesos, y llegaban parcialmente a cubrir el costo de la canasta que define el nivel de pobreza.
Esta situación se traduce en una mayor conflictividad social y tensiones sindicales. La caída del nivel de actividad económica y el impacto en el consumo se refleja en un aumento de la desocupación en tanto que la inflación se encarga de limar el poder de compra del salario. Ante esta pérdida, los gremios insisten en reabrir las negociaciones paritarias o activar cláusulas de actualización de sueldos que contemplen el incremento del índice de precios al consumidor. El paro de la CGT del pasado 25 de junio se inscribe en un marco de creciente malhumor social.
Así, las empresas tienen menos dinero porque caen sus ventas en tanto que, tal vez, deban pagar más por salarios debido al reclamo sindical. La ecuación, por tanto, no le cierra ni a los empresarios ni a los trabajadores. Es el ajuste en toda su dimensión.
Sin embargo, pese a este clima de histeria colectiva porque la plata no alcanza, el Banco Mundial clasificó a la Argentina como una nación de altos ingresos aunque el informe corresponde al 2017, en el que figura también como el segundo país de la región en ese ítem. De acuerdo a ese estudio, la Argentina tenía en diciembre del año pasado un ingreso promedio por habitante de 14.402 dólares, mientras que Suiza, el país de más altos ingresos tenía una media de 80.197 dólares anuales. Esta es la segunda oportunidad en que el Banco Mundial otorga esa calificación a la Argentina, luego de la primera, producida en el 2014 y luego había bajado a ingresos medio altos.
En este contexto, la Argentina solamente es superada por Uruguay, que tiene un ingreso per cápita de 16.245 dólares, pero se encuentra por encima de Chile con 15.346 dólares, Brasil con 9.821 dolares, Perú con 6.571, Paraguay con 4.365 dólares y Bolivia con 3.394 dólares de ingreso individual anual.
Mientras tanto, las economías con mayor ingreso por persona después del líder que es Suiza, son Noruega con 75.504 dólares, Luxemburgo con 70.260, Qatar con 61.670, Estados Unidos con 58.270 dólares de ingreso individual anual.
Vale aclarar que la medición corresponde al año pasado, pero es probable que luego de la retracción económica que afecta el nivel del PBI y la devaluación de este año, la Argentina podría tener un descenso en la próxima calificación, que se realiza en julio de cada año, es decir en estos momentos.
En este ranking, el Banco Mundial asigna a las economías mundiales 4 categorías: ingresos altos, medios altos, medios bajos y bajos basándose en el PIB per cápita calculado usando el método Atlas. Las unidades de medida son el dólares y los países considerados de altos ingresos son los que tienen un PIB por habitante de US$ 12.056 o más.
Para tener en cuenta en este análisis, a fines de marzo último, el presidente Mauricio Macri había anunciado que -según datos del INDEC- la pobreza bajó del 30,3% al 25,7% de la población.
Pero a fines de diciembre último, el informe publicado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA decía que el 31,4% de las personas que viven en la Argentina, esto es 13.500.000 habitantes, se encuentra bajo a línea de pobreza, mientras un 5,9% es indigente. Además, advertía que alrededor de ocho millones de niños y adolescentes vive en hogares con algún tipo de privación.
Así, el informe del Banco Mundial sobre los ingresos de los argentinos pareciera hacer referencia a otro país que el evaluado por la UCA. ¿Cuál es la verdadera Argentina? Quizás ambas radiografías son válidas y solo muestren la inequidad en su máxima expresión.
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