Por REDACCION
El ataque contra dos mezquitas neozelandesas retransmitido en directo en Facebook por un supremacista blanco que terminó con más de 50 fieles muertos el pasado 15 de marzo reavivó el debate en torno a la regulación de los contenidos de la redes sociales. Mientras los gobiernos nacionales comienzan a elaborar leyes de aplicación local, el presidente de Facebook, Mark Zuckerberg, llamó a avanzar hacia una regulación "globalmente armonizada" de internet.
El gran interrogante a responder es cómo las grandes plataformas en línea pueden lidiar con la desinformación y el contenido abusivo permaneciendo fieles a la libertad de expresión. El caso más reciente se da en Australia, donde el Parlamento adoptó una controvertida legislación que prevé establecer penas de prisión para los dirigentes de las redes sociales que no retiren rápidamente los contenidos extremistas de sus plataformas. El texto castiga el hecho de que no se retiren imágenes de "actos terroristas", asesinatos, violaciones, torturas y secuestros, y enuncia las responsabilidades en la materia de redes sociales y proveedores de acceso.
Plataformas como Facebook y YouTube se enfrentan además a multas por valor de un 10% de su volumen de negocios anual, lo que supondría miles de millones de dólares, si no proceden a "la retirada rápida" de los contenidos en cuestión. Sus dirigentes se enfrentan a hasta tres años de prisión. Empresas tecnológicas, expertos y abogados criticaron el texto, que superó el trámite parlamentario en un tiempo récord y cuyo futuro después de las elecciones legislativas previstas para mayo es incierto.
La polémica se reavivó en marzo cuando Brenton Tarrant, de 28 años, mató a 50 fieles en dos mezquitas de Christchurch, gran ciudad de la Isla Sur de Nueva Zelanda, y difundió imágenes en directo de la matanza en Facebook. Unas horas después de la matanza, el gigante tecnológico aseguró que había retirado "rápidamente" 1,5 millones de copias del video.
A este sangriento atentado le siguió la ofensiva contra las redes sociales desde los distintos gobiernos, por lo que ahora Facebook impulsa un único conjunto de reglas con respecto al contenido para evitar problemas ante los requerimientos de países de remover publicaciones inapropiadas o consideradas promotoras del "discurso de odio", pasándole la responsabilidad a un organismo por determinar que la salve de ser acusada de censura.
Zuckerberg dijo en una columna el fin de semana que "un marco común global", en lugar de una regulación país por país, "asegurará que internet no quede fracturado, que los emprendedores puedan crear productos que sirvan a todo el mundo, y que todos tengan la misma protección". El jefe de Facebook dijo que Estados Unidos y otros países "deberían construir las medidas de protección" que ofrece la legislación europea.
Esta propuesta va un paso más allá del llamado de Zuckerberg el año pasado a crear una "corte suprema" para tomar decisiones sobre contenido cuestionable. Especialistas dicen que Facebook quiere evitar a toda costa ser el árbitro final que decida qué permite o retira, algo que pondría a la plataforma en una posición muy complicada cada vez que surja una controversia.
¿Es posible que funcione un sistema de control global? Las regulaciones a internet varían de forma considerable de un país a otro, y lo se considera discurso de odio en algunos lugares es contenido protegido en Estados Unidos y otras partes. De forma similar, hay grandes diferencias en cómo se recolecta y usa la información de los usuarios, siendo las reglas europeas de las más estrictas. Al respecto, Lee McKnight, profesor de información en la Universidad de Syracuse, dijo algunos activistas han estado reclamando por más de 10 años una convención global que establezca reglas sobre el contenido en línea.
En la actualidad, los más escépticos dicen que Facebook está comprándose algo de tiempo en medio de llamados a endurecer las regulaciones en Estados Unidos y otros países, que incluso plantean si las grandes compañías tecnológicas deben mantener su inmunidad ante el contenido publicado por sus usuarios. David Carroll, profesor de la Parsons School of Art & Design of The New School, consideró que los comentarios de Zuckerberg llegaban en momentos en que crece la presión pública y acechan multas y penalidades. Otros creen que Facebook solo está comenzando a abordar, a nivel global, los espinosos asuntos de la privacidad y la moderación de contenidos.
Para McKnight, la alternativa de que los gobiernos intenten llegar a un acuerdo regulatorio a nivel mundial sería muy engorroso y por tanto no hay otra opción para las redes sociales que apegarse a las leyes existentes en distintas partes del mundo.
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