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Editorial Sábado 14 de Febrero de 2015

Crece la tecnoadicción

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REDACCION

Por REDACCION

En las vacaciones, cuando las personas disponen de mayor tiempo libre y en especial los jóvenes y los niños, es cuando más se puede apreciar la influencia de las nuevas tecnologías en la vida cotidiana. Niños pequeños que pasan horas y horas frente a una computadora, la play station o una tablet es una escena cada vez más común en los hogares. Lamentablemente, cuando se intenta limitar esta sobre exposición, en algunos casos se desatan rabietas y caprichos que derivan en discusiones, retos y momentos desagradables nada deseados por una familia que procura mantener la armonía entre sus integrantes. 

Claro está que los tiempos cambian. Años atrás las madres se enojaban porque un chico podía pasar horas jugando a la pelota en un campito cercano o permanecer en el club, ya sea entrenando o simplemente compartiendo momentos con amigos. Ahora es el universo de la tecnología el que reina en las relaciones humanas y si no se establecen los límites correspondientes, se corre el riesgo de ser esclavo de los modernos aparatos que inundan los casas, y también las oficinas. 

Quizás la imagen emblemática que sintetiza este nuevo mundo en el que nos toca vivir es cómo la tecnología modifica la forma en como nos relacionamos: un conjunto de jóvenes en torno a una mesa que no dialogan sino que miran y actúan con su teléfono inteligente. Pero la adicción a la tecnología o tecnoadicción no es exclusivo de los más jóvenes, ya que los adultos a veces no pueden evitar un alto grado de dependencia, lo que también repercute en su vida cotidiana, como un trabajador posterga sus tareas laborales habituales para chatear o interactuar a través de las redes sociales. Se trata de una situaciones que se replican cada vez más en ámbitos laborales, lo que obliga a las empresas a establecer protocolos especiales para evitar un impacto negativo en la productividad, desde restringir el uso de los celulares personales hasta impedir el acceso a las redes sociales. 

Los efectos indeseados del abuso de la tecnología, también denominada ciberadicción, se convirtieron en un tema abordado por los especialistas en las conductas, desde sociólogos hasta psicólogos. La neuróloga Marcela Cohen explicó que en la actualidad se identifica como "tecnoestrés" a los efectos psicológicos negativos del uso de las tecnologías de la información y la comunicación. La especialista agregó que "se reconocen tres variantes: tecnoansiedad, que es una sensación no placentera de tensión y malestar por el uso de tecnología; la tecnofatiga, que es aparición del cansancio mental e incapacidad para estructurar y asimilar la nueva información de internet y la tecnoadicción, que es la necesidad incontrolable de usar la tecnología en todo momento y lugar". 

La última edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) que elabora la Asociación de Psiquiatría Americana, uno de los más consultados para el diagnóstico de enfermedades mentales, incorporó el "trastorno de uso de internet" y el "trastorno de juegos de internet" y, si bien especifica que se requiere mayor investigación, es la primera vez que este manual incorpora estas patologías para su análisis. 

En tanto, según los resultados obtenidos recientemente por Cecilia Cheng y Angel Yee-lam Li, del Departamento de Psicología de la Universidad de Hong Kong, se estima que la prevalencia mundial de la adicción a Internet rondaría el 6%. Aunque la Argentina no integra el grupo de 31 países analizados, según los registros del Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA), en el período noviembre-diciembre de 2014, el centro tuvo un 15% más de consultas asociadas con el mal uso de los dispositivos digitales que en 2013.

Asimismo, en la Fundación Manantiales, la organización dedicada a la investigación, prevención y asistencia integral de las adicciones, hubo un aumento de consultas del 70% desde 2010 hasta este año. Numerosos estudios (Flurry Analytics Company) muestran en alza el nivel de “adicción” o uso compulsivo de los smartphones y sus apps en preferencia. Se calcula en 176 millones los usuarios a las mismas con este estilo de conducta, indicó el CEETA en un informe difundido esta última semana. 

En este sentido, señala que es cada vez más notable como han aumentado las aplicaciones (apps) para los celulares, las tablets o laptops. Sin duda la gran mayoría nos ofrecen soluciones para nuestra vida diaria y nuevas formas de mantenernos comunicados en un mundo tan caótico como en el que vivimos. "El problema se nos plantea cuando la línea entre 'uso' y 'abuso' se torna delgada e imperceptible a tal punto que más que soluciones nos trae serios problemas", advierte. En pocas palabras, la Lic. María Cecilia Palozzo, del staff del CEETA, sintetiza el contraste que encierra la tecnología, al sostener que "cuanto más liberados nos sentimos por poder llevarnos “todo” (trabajo, juegos, contactos, redes sociales, etc.) dentro de un pequeño teléfono, más esclavos y rehenes quedamos, sujetos a su uso. El uso de las mismas llegan a suponer hasta un 86% del tiempo de ocupación". 

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