Por REDACCION
"Al no atacar el problema de las desigualdades, los gobiernos debilitan el tejido social de sus países y comprometen su crecimiento económico a largo plazo" (Angel Gurría).
Mientras la población mundial viene creciendo también no para de aumentar la injusticia social. Según un informe de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), la desigualdad entre ricos y pobres alcanzó niveles récord en la mayoría de los países desarrollados y es aún más alta en las economías emergentes, destacando en particular las diferencias entre hombres y mujeres.
Dentro de la OCDE, que agrupa a 34 países, el 10% de las personas más ricas tienen ahora ingresos 9,6 veces superiores a los del 10% de los más pobres. Esa proporción era de 7,1 veces en los años 80 y de 9,1 veces en los 2000, según el informe de la organización divulgado ayer.
Las desigualdades son aún más grandes en términos de patrimonio. "Hemos alcanzado un punto crítico. Las desigualdades en los países de la OCDE no fueron nunca tan altas desde que las medimos", declaró el secretario general de la organización, el mexicano Ángel Gurría, al presentar el informe en París junto con Marianne Thyssen, comisaria europea de Empleo.
Las desigualdades se agudizaron, en especial, después de la crisis global de 2008, cuando el ingreso medio global se redujo en un 11%, mientras que los ingresos más altos crecieron un 7%.
"Al no atacar el problema de las desigualdades, los gobiernos debilitan el tejido social de sus países y comprometen su crecimiento económico a largo plazo", agregó Gurría.
Se estima que el aumento de las desigualdades, entre 1985 y 2005, en los 19 países analizados redujo el crecimiento en 4,7 puntos de porcentaje acumulado entre 1990 y 2010.
Para reducir la desigualdad y estimular el crecimiento, la OCDE recomienda a los gobiernos que promuevan la igualdad entre hombres y mujeres en materia de empleo, que amplíen el acceso a empleos más estables y que alienten las inversiones en educación y formación a lo largo de toda la vida activa.
Entre 1995 y 2013, más de la mitad de los empleos creados en los países de la OCDE eran a tiempo parcial, temporales o concernían trabajadores independientes. Y más de la mitad de los empleos temporales estaban ocupados por personas de menos de 30 años.
En cuanto a las mujeres, sus probabilidades de obtener un empleo remunerado son un 16% inferiores a las de los hombres, y sus remuneraciones son un 15% inferiores a las de los varones.
Para la OCDE, las políticas que mejoren el trato de las mujeres en el mercado laboral son clave para reducir la desigualdad salarial y alentar más el crecimiento económico.
Las desigualdades en los países de la OCDE son más marcadas en Chile, México, Turquía, Estados Unidos e Israel, y menos en Dinamarca, Eslovenia, Eslovaquia y Noruega. Y son aún mayores en los grandes países emergentes, pero se están reduciendo en muchos de ellos, en particular en Brasil, señaló el informe.
El problema es particularmente agudo en Estados Unidos. Entre 2008 y 2013, el ingreso promedio del 10% que más gana subió un 10,6%, mientras que los ingresos del 10% que menos gana cayeron un 3,2%, según el informe de la OCDE.
Austria, Dinamarca y Francia también han tenido incrementos en los niveles más altos y descensos en los más bajos. Chile es el país con mayor desigualdad salarial dentro de los países analizados en el informe. La diferencia de ingresos entre el 10% más rico y el 10% más pobre en 2013 era de 27 contra uno.
Si la desigualdad se calcula en función del coeficiente Gini -diseñado específicamente para medir las diferencias-, Chile es el país más desigual del llamado "club de los países ricos".
"Desde la mitad de los años 2000, la desigualdad ha descendido un punto porcentual en Chile. Aunque no se trata de una mejora despreciable, es insuficiente para sacar a Chile del grupo de países más desiguales de la OCDE", subrayó el informe de la organización.
Otros puntos que Chile debe vigilar, según el análisis de la OCDE, son la gran proporción de trabajadores con empleos "informales" (20% de la población) y la desigualdad de género, dado que las mujeres tienen 23% menos de posibilidades de trabajar que los hombres.
La organización destacó que las mejoras en Chile desde mitad de los años noventa hasta inicios del siglo XXI han sido menores que en otros Estados latinoamericanos, como Perú, México, Brasil y la Argentina.
En nuestro país las estadísticas están tergiversadas por los organismos como el INDEC. En 2006 habían estado en Rafaela Bernardo Kosacoff -director de la CEPAL- y el doctor Ludovico Videla, quienes habían señalado que en la Argentina había una diferencia de más de 30 veces entre lo que gana el más rico y el ingreso del más pobre. ¿Se mantendrá esta tendencia o hubo diferencias?
Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.