Corrupción en alza

Transparencia Internacional es una organización que mide la percepción de la corrupción todos los años, cubriendo con el relevamiento 175 países del mundo. La Argentina, dentro de ese ranking se encuentra ocupando el puesto 102, habiendo caído dos sitios con relación a 2011 cuando estaba en el puesto 100, consecuencia de haber sumado solamente 32 puntos a favor en una escala de 100.

La ubicación de nuestro país en realidad no llama demasiado la atención, incluso empeorando año a año, lo cual da cuenta que se hace poco y nada por tratar de mejorar los niveles de corrupción que lo afectan. Si bien la organización que hace el relevamiento toma como parámetros las encuestas sobre corrupción de cada uno de los países, complementando con consultas con empresarios y líderes de opinión, podrían recordarse una larga serie de episodios teñidos por actos de corruptela vinculados directamente con la esfera pública, además del desmantelamiento de los controles que existían para investigarlos.

Poniendo el enfoque en Latinoamérica, región a la cual pertenece la Argentina, tenemos que sobre un total de 34 países estamos ocupando el lugar 21, quedando detrás nuestro como aún más corruptos Bolivia, México, Ecuador, Paraguay y Venezuela, entre otros. 

Dos tercios de los 175 países que figuran en la calificación estuvieron por debajo de los 50 puntos, recordándose que la escala va de 0 -lo cual significa el más elevado nivel de corrupción- a 100, el de mayor transparencia

Los dos países que comparten la vanguardia son Dinamarca y Nueva Zelanda, quienes reunieron 90 puntos, justificando sus posiciones merced a las leyes de acceso a la información y del rígido control que existe sobre los funcionarios de todos los niveles gubernamentales.

Justamente, aquí en la Argentina, la falta de controles -la mayoría de los cuales fueron desarticulados por el gobierno- y la impunidad judicial, son aspectos que juegan decididamente en contra al momento de ordenar las puntuaciones. Ya en casos concretos, este año se contabilizaron como resonantes el de los subsidios a los sistemas ferroviarios con los hermanos Cirigliano, el de la firma Ciccone que involucra nada menos que al vicepresidente Amado Boudou y el de Schoklender con las Madres de Plaza de Mayo, además del bloqueo que hizo el oficialismo de una ley de acceso a la información pública, y la neutralización de la mayoría de los organismos de control gubernamental.

Declive en ventas

La caída de las ventas a nivel minorista se encuentran en un tobogán permanente, pues en noviembre cayeron por noveno mes consecutivo, esta vez 3,1% respecto a la comparación con igual mes de 2011, de acuerdo con mediciones de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa. Un dato que sin dudas preocupa, ya que con la disminución de ventas se desdibuja también el consumo, uno de los pilares más fuertes que tuvo la economía para su crecimiento estos últimos años.

De los 22 rubros que integran la canasta minorista, sólo tres de ellos -farmacias, muebles para el hogar y perfumería- fueron los que registraron alzas, en tanto que los 19 restantes estuvieron en baja, lo cual también constituye una desmejora frente a octubre, mes en el cual habían sido 8 con más ventas y 14 en descenso. Debiéndose además observar que los tres que mantuvieron índices positivos nada tienen que ver con alimentos y bebidas, que son justamente los que explican el mayor movimiento de las franjas menos pudientes.

Según analiza la CAME, las familias continuaron "planificando y efectuando sus gastos con bastante prudencia" en noviembre, aunque en contrapartida y buscando encontrar explicación a la caída de ventas se adujo que el undécimo mes del año no estuvo enmarcado por ninguna fecha ni acontecimiento especial, que son los que impulsan la decisión de compras. Se puntualiza además que "el comercio ilegal" -que continúa proliferando en forma marginal muchas veces bajo los distraídos organismos encargados del control- fue otro factor que incidió en la resta de ventas.

En otros rubros, como el inmobiliario, a noviembre la caída interanual es del 34,5% consecuencia del cepo impuesto al dólar que frenó las operaciones, mientras que en electrodomésticos y artículos electrónicos la caída medida año a año fue de 2,5%. En todas las áreas se espera que diciembre, un mes tradicional de fuertes ventas, sea el reactivador que permite la recuperación que no se registró en esta segunda mitad del año.