Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Editorial Domingo 9 de Febrero de 2014

Clima y agricultura

Si la corteza terrestre sigue recalentándose se avecinan cambios muy grandes en la agricultura, que será notablemente afectada.

REDACCION

Por REDACCION

Un informe del Banco Mundial es realmente preocupante, y aún más que eso estremecedor, pues da cuenta de la grave relación que tendrán en un futuro cercano el cambio climático y la producción de alimentos, ya que aquel puede llegar a hacer verdaderos estragos en la agricultura. Justamente, ambos temas vienen siendo analizados y considerados a nivel mundial por diversos foros y organismos, pero muy poco en cambio por los gobiernos de los países más poderosos, que no parecen tener en cuenta el futuro.

Por un lado, el sostenido avance del cambio climático nos ofrece muestras casi constante del deterioro que causa, como el avance de la desertificación en grandes regiones del planeta, que hasta hace poco eran productivas y ahora son áridas y prácticamente inútiles, pero además el deshielo de ambos polos con un proceso que viene acelerándose muy rápidamente, con secuelas que nadie puede comprobar pero se sospecha como la serie de fenómenos naturales que vienen afectando el globo terráqueo estos últimos años. 

En el otro caso, la preocupación viene siendo expuesta en forma constante, respecto a la producción de alimentos suficiente para alimentar a una población mundial muy demandante, pero además, y por sobre todas las cosas, aumentando también de manera considerable. Es que, tal como vienen las cosas en materia demográfica, todos los estudios coinciden en que en menos de tres décadas la población mundial estará por sobre los 9.000 millones de personas, lo que hará elevar de manera sensible la producción de alimentos.

Es así entonces, que ambos temas se relacionan muy directamente, pues este informe del Banco Mundial anticipa una real catástrofe para la agricultura causada por el cambio climático, según análisis y datos que se deslizaron durante un reciente encuentro de ministros de agricultura de todo el mundo, en Berlín. "El clima extremo ya comenzó a afectar los precios de los alimentos. En estos tres últimos años, el jugo de naranja, el maíz, el trigo, la harina de soja y el azúcar, fueron cinco de los commodities más volátiles", tal fue expuesto como parte de la preocupación que existe por la inestable producción de alimentos, la cual se verá más afectada aún a medida vaya avanzando el recalentamiento global, que en los próximos años subirá otros 2 grados al menos.

Un aspecto que fue puntualizado durante la consideración de este tema, es que la agricultura no está preparándose adecuadamente para enfrentar los nuevos tiempos por venir, con mayor calor sobre la corteza terrestre, lo cual modificará sustancialmente las formas y los ciclos productivos. No se observan los cambios necesarios, para algo que acelera su proceso y que pronto exigirá nuevas y muy cambiantes condiciones para todo el proceso productivo, en cualquiera de las áreas en que se recaiga.

Según el informe del Banco Mundial "el mundo corre peligro de sufrir cambios cataclísmicos causados por las olas de calor extremas, las subas del nivel del mar y la reducción de stocks de alimentos". En tal sentido, si la reciente ola de calor en el hemisferio sur fue un anticipo de lo que puede llegar a suceder de manera prácticamente permanente durante todo el verano, la muestra puede darse por satisfecha.

Se consigna que el cambio climático podría tener efectos "desastrosos" en la producción de alimentos en el lapso comprendido entre 2050-2100, de acuerdo con un informe difundido en tal sentido por la FAO, organismo interno de las Naciones Unidas dedicado a temas relativos a la alimentación y la agricultura. Se dice por ejemplo, que irán sucediendo más seguido fracasos como el de la cosecha rusa en 2010, ya que el calor y la sequía viene teniendo una suba constante, de acuerdo con una comprobación realizada por un estudio de investigadores de la Universidad de Leeds, en Gran Bretaña.

Lo extraño es que todos coinciden en los afectos negativos y las consecuencias muy graves que habrá que afrontar en el corto plazo, pero nadie siquiera mueve un dedo al momento de tomar medidas, siempre tirando hacia adelante las posibles soluciones. La reducción de la emisión de gases con efecto invernadero, que destruyen la capa de ozono, es una de ellas, tal vez la más contundente.

Seguí a Diario La Opinión de Rafaela en google newa

Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.

Te puede interesar

Teclas de acceso