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Editorial Sábado 27 de Mayo de 2017

China y la soja

El gigante asiático aumentó un 20% la compra de soja en el primer trimestre del año.

REDACCION

Por REDACCION

Luego de 6 años de estancamiento, la economía global volvió a expandirse en el primer trimestre de este año en un 3,7%, abriendo la posibilidad concreta que la situación vaya modificándose en base a estos datos, y más aún, si consiguen estabilizarse en este asegundo trimestre que estamos transcurriendo.

El referido estancamiento global tuvo como razón de mayor impacto la desaceleración en el crecimiento de la economía china, nada menos que la segunda del mundo luego de los Estados Unidos, ya que fue contrayéndose 4 puntos en los últimos 7 años, luego de haber crecido a razón de 11 puntos anuales entre 2001/2009 y con un promedio de 6,5 hasta el presente.

Cuando la medición se traslada a divisas constantes, el PBI chino llega a 11,4 billones de dólares y el de Estados Unidos a 18 billones, quedando allí claramente reflejada la diferencia existente entre ambas economías. Una de las razones esenciales de esta explosión china fue que entre 2000/2010 sus exportaciones crecieron a un impresionante ritmo de 30% anual, consiguiendo una penetración fenomenal en casi todo el mundo, con precios que prácticamente no resistían competencia, sostenidos en una mano de obra sumamente barata, similar a lo acontecido en casi todos los demás países asiáticos que alcanzaron objetivos similares.

De todos modos, si bien China ya no es lo que fue en la primera década del siglo -un verdadero tractor de la economía mundial-, contribuyó de manera muy significativa a la expansión lograda por la actividad económica mundial, con una participación del 30%, exactamente el doble de lo que correspondió a Estados Unidos, aún teniendo un PBI mucho mayor.

Aún cuando China no es lo que fue, de todos modos en este primer trimestre de 2017 su PBI creció a razón de 6,9% anual, habiéndose convertido en el registro más elevado desde 2010 en adelante, lo cual tuvo un fuerte impacto en la suba de la demanda mundial de agroalimentos, con un crecimiento notable de las exportaciones de soja estadounidense.

Es que las importaciones de soja por parte de China aumentaron 20% en el aludido primer trimestre, expandiéndose a un ritmo que es el doble del que tuvo en los últimos 7 años, lo cual permite proyectar que a septiembre próximo superarían los 93 millones de toneladas, constituyendo en consecuencia una muy buena noticia para la Argentina, que tiene destino asegurado para las 57 millones de toneladas que se cosecharán este año.

Por su parte Estados Unidos, uno de los grandes productores de soja, termina de alcanzar los más altos niveles de ventas al exterior desde 1997, con una suba de 62% anualizada en abril. En tanto Brasil, dentro de este contexto de cifras récord y considerando su posicionamiento de mayor exportador del mundo, en el primer trimestre de 2017 llegó a 27,7 millones de toneladas, significando una suba de 17% en comparación con el año anterior.

Pero, según lo destacada el analista internacional Jorge Castro, la expansión de la economía mundial en el referido primer trimestre tuvo una fuerte consolidación debido al histórico acuerdo registrado entre Estados Unidos y China en materia de comercio e inversiones. Este acuerdo, como principal consecuencia, reduce notablemente  la tasa de riesgo global al eliminar  la mayor amenaza que se presentaba este año, como era una guerra comercial entre ambos superpotencias. De haber sido de esa manera, las consecuencias para todos hubiesen sido notables, mientras que ahora, luego del acuerdo, esa posibilidad quedó reducida a la nada, y por lo tanto todo el planeta respira tranquilo desde el punto de vista comercial y económico, quedando desbaratada la posibilidad de un tembladeral como podría haberse registrado.

Justamente, de este acuerdo entre China y Estados Unidos, además de ellos mismos por supuesto, otro de los países claramente beneficiados es la Argentina, y también Brasil, en los dos casos por sus perfiles agroindustriales claramente definidos. Y más aún, con la perspectiva que las acciones favorables comiencen a tener efecto inmediato. 

Las condiciones para el viento a favor para el campo y su producción están dadas, ahora se deberá aguardar que se concreten. Y cuanto más rápido, mejor.

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