Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Editorial Miércoles 22 de Febrero de 2017

Billetes desgastados

En la Argentina los billetes se usan tres veces más de lo que indican las normas internacionales.

Redacción

Por Redacción

En la actualidad hay 600.000 millones de pesos en circulación, encontrándose en poder de la gente y de los bancos 6.241 millones de billetes, según las diversas nominaciones emitidas por el Banco Central. Un tema que provoca justificada preocupación, ya que si se toman los estandares internacionales como medida, lo que sería no sólo acertado sino correcto, debido al tiempo de uso de los billetes en cuestión, nada menos que el 87% de los mismos deberían salir de circulación y ser destruidos. En síntesis, sería como sacar de circulación cerca de 500.000 millones de pesos, lo cual demandaría al menos un plazo de 7 años, para hacerlo ordenadamente y con los márgenes que corresponden.

Las razones que pueden llevar a la destrucción de un billete son numerosas y de lo más variadas, como por ejemplo estar sucios, rotos en sus ángulos, precariamente unidos con cintas adheridas, muy gastados, dibujados, escritos, o simplemente sucios o deteriorados en otros aspectos además de los mencionados. Es que además del uso casi diario que tienen los billetes, con más razón los de más bajo valor, su paso constante por cajeros automáticos y también por las máquinas de contar de los bancos, provocan un deterioro significativo, el cual es dable comprobar con el simple hecho de observar un billete cualquiera, excepción de los nuevos y recién puestos en circulación.

De acuerdo con las normas internacionales, un billete de baja denominación debe ser destruido a los 14 meses de haber salido a circulación, en tanto los de alto valor a los 28 meses, el doble tiempo de uso. En nuestro país la vida de los billetes se amplió al triple, por lo cual las consecuencias están a la vista. Hoy en día, muchos billetes de 2 y 5 pesos, y van por ese mismo camino los de 10 pesos, están en un estado deplorable.

La distorsión comenzó a profundizarse por la negación de la inflación que hizo el gobierno de Cristina Kirchner, rechazando la posibilidad de hacer billetes de mayor nominación al de 100 pesos, lo cual les impuso un uso exagerado al resto. Esa situación explica que el 71% de los billetes en circulación sean de 100 pesos, y apenas un año atrás, antes que salieron los de 200 y 500 pesos, representaban el 92% de los billetes circulantes. 

Es por estas y otras razones que el problema de los billetes viejos resulta un problema para el Banco Central, disponiendo de un plantel de 50 empleados para sostener el operativo logístico sobre los billetes. Uno de los pasos es el diseño de una escala de 1 a 6 sobre cómo clasificar en los bancos a los billetes en circulación, correspondiendo el grado 1 al billete en estado impecable y el 6 al más deteriorado. En el mundo los bancos centrales mandan destruir los billetes incluidos dentro de escala 2 a 6, mientras que aquí en la Argentina no se actúa de esa manera, existiendo una ampliación en los plazos.

La destrucción de billetes se realiza en la Casa de la Moneda, donde se dispone de una máquina que destruye 600.000 billetes por hora, trabajando actualmente un solo turno diario de 7 horas, por lo cual están siendo inutilizados 4,2 millones de billetes cada jornada, lo cual fue acelerado este año, ya que hasta el anterior la destrucción era de 80.000 billetes por hora, razón por la cual, con estos números, llevaría 7 años reemplazar los billetes en circulación.

Para quienes constituye un problema los billetes viejos es para los bancos, a tal punto que fueron sus mismas organizaciones las que financiaron la adquisición de la nueva máquina destructora de billetes, facilitando la agilización de esa tarea.

Pero además de todo lo dicho respecto al problema de los billetes viejos y deteriorados, como así también la elevada cantidad de los mismos, se añade la distorsión según su denominación. Hoy los billetes de 100 pesos representan el 71% del circulante, siendo papeles que se utilizan tanto para pagar un taxi o tomar un café como para comprar un auto o una casa, lo cual plasma claramente el absurdo que significa.

El plan en marcha punta a que en diciembre de 2018 haya 50% de billetes de 500 pesos, 18% en billetes de 100, 14% de 200, 7% de papeles de 50 pesos. Las correcciones se irán dando desde septiembre, cuando aparezca el billete de 1.000 pesos.

Seguí a Diario La Opinión de Rafaela en google newa

Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.

Te puede interesar

Teclas de acceso