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Editorial Lunes 2 de Junio de 2014

Avance por la paz

El presidente Obama está inclinado en favor de las alianzas y los acuerdos en lugar del militarismo, política exterior a cumplir en lo que le resta de mandato.

REDACCION

Por REDACCION

El presidente estadounidense Barack Obama ha dado un paso muy importante para la desmilitarización de la política exterior de su país, la cual se irá implementando luego de dar por concluidas las guerras en Irak y Afganistán, lo cual constituye sin dudas un anuncio realmente trascendente que contribuirá al afianzamiento de la paz mundial. La estrategia, según se anticipó desde la Casa Blanca, estará sostenida en la contención y las alianzas, alejada de los esquemas militares que se han venido utilizando hasta ahora. 

Es evidente que Obama, en medio de la siempre inquietante situación mundial, debe mostrarse equilibrado ya que  en su país están muy divididas las opiniones en favor y en contra del militarismo, razón por la cual aún avanzando por el camino diplomático en la búsqueda de alianzas y acuerdos que permitan dejar de lado la fuerza militar, debe mostrarse con la suficiente energía para satisfacer ambos posicionamientos. En tal sentido se ajustan sus declaraciones al decir "Estados Unidos pocas veces ha sido más fuerte respecto al resto del mundo que ahora", para añadir que "quienes argumenten lo contrario, quienes sugieren que Estados Unidos está en declive, o que ha perdido su liderazgo mundial, están malinterpretando la historia o metidos en políticas partidistas".

De acuerdo con el mandatario, la exclusiva posibilidad de la participación militar en forma unilateral será cuando el pueblo de los Estados Unidos "se vea amenazado o la seguridad de sus aliados en peligros", lo cual sin dudas deja abierta una posibilidad bastante amplia de modo especial en el segundo de los conceptos, ya que de alguna forma siempre prevalecerá el carácter que imponga el propio Estados Unidos respecto al posible riesgo de sus aliados. Es decir, en otras palabras, siempre estará latente la participación militar, aunque acotada por el nuevo posicionamiento, que de todos modos abre una puerta a la esperanza de que la paz se haga más efectiva.

Todo lo cual no significa una resignación de parte de la mayor potencia mundial, lo cual también Obama se ocupó de dejarlo bien en claro, pues en cierto modo se debe satisfacer tanta las aspiraciones de la gente como de la oposición política, siempre dificultosa y al acecho para sacar provecho de alguna flaqueza, especialmente en el aspecto de la seguridad nacional sobre lo cual los estadounidenses son excesivamente celosos. "Estados Unidos debe liderar en el escenario mundial. Si no lo hacemos, nadie lo hará", fueron sus simples pero muy directas y entendibles palabras para exponer la situación, aunque se ocupó también de dejar sentado que la acción militar no puede ser el único, ni siquiera el principal, componente de nuestro liderazgo en cada instancia", graficando muy elocuentemente con la siguiente frase: "No porque tengamos el martillo cada problema sea un clavo", recordando además que desde la Segunda Guerra Mundial en adelante algunos de "los errores más costosos" de los Estados Unidos no procedieron de su "contención" sino por la precipitación en participar de aventuras militares, sin medir debidamente sus consecuencias.

Fue entonces la de Obama una curiosa mezcla, donde anticipó la desmilitarización de la política exterior y la elección de la opción diplomática como metodología, aunque formulada la salvedad que en caso de verse amenazado el pueblo estadounidense o la seguridad de sus países aliados la presencia militar será el camino a recorrer, y finalmente, la admisión de los yerros cometidos por su país en muchas de las intervenciones militares realizadas desde la década del '50 en adelante, a las que directamente calificó como graves equivocaciones.

De todas maneras, el jefe de la Casa Blanca mantuvo al terrorismo como la mayor y más directa amenaza que tiene los Estados Unidos para su seguridad, anticipando la creación de un fondo para asistencia antiterrorista al cual dotará inicialmente de 5.000 millones de dólares, con el cual se podrá operar más convenientemente contra fuerzas del terrorismo internacional, en lugares como Yemen, Somalia, Libia y Mali, mencionando de tal manera algunos de los focos en conflicto actualmente, sin dejar de citar a Al Qaeda, la organización que aunque descabezada con algunos de sus principales miembros sigue operando activamente.

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