Por REDACCION
Alieto Gaudagni, un escuchado y respetado especialista en temas educativos y energéticos, quien reiteradamente puede ser seguido por los lectores de LA OPINION mediante la publicación de sus interesantes artículos, como así también un reciente reportaje realizado por Radio Rafaela y que fue replicado en estas páginas que tuvo una gran repercusión con el desarrollo de aspectos que hacen a la educación, cuando calificó como indispensable que la Argentina alcanzará su definitivo despegue en base a la educación de sus habitantes, esta vez lo tenemos enfocando el complejo tema de la energía.
Según este peronista que fue en alguna ocasión secretario de Energía de la Nación, el país se encuentra enfrentando un gran desafío, el cual exigirá como condición principal una suba muy significativa de las inversiones en el sector, para poder así recuperar las reservas perdidas en hidrocarburos, ya que el agotamiento ha sido considerable durante el último siglo, recordándose que las de petróleo eran 42% mayores en 1999 y las de gases 130%, con el dato que en 2016 las petrolíferas cayeron 9% y las gasíferas 4%, quedando claro que en lugar de recuperarse continúan en descenso.
Dice Guadagni que eso no sorprende, pues en petróleo la Argentina producía en 1999 un 65% más que ahora, en tanto en 2004 se producía 16% más de gas. Claramente hemos retrocedido, con lo cual se perdió el autoabastecimiento. Sin embargo, no todas son malas noticias, pues en materia de producción de no convencionales, el año pasado creció 34% en petróleo y 42% en gas, lo cual es alentador, aunque de todos modos tales índices no son suficientes para compensar la caída de la producción convencional.
Queda dicho, como la Argentina perdió el autoabastecimiento en petróleo y gas, estos últimos años se ha venido enfrentando un escenario donde lo que se destaca es escasez, con energía importada y muy cara, todo ello debido a una década de retroceso productivo, lo cual ha obligado a importar cada vez más gas desde Bolivia y por barco que llegan desde otros orígenes, como así también petróleo y derivados.
Como la balanza comercial es negativa, es indispensable incrementar la producción de hidrocarburos para volver al equilibro y posibilitar el retorno al superávit como exclusiva manera de obtener recursos genuinos, lo que ofrece una perspectiva mucho más positiva que tener que recurrir al constante endeudamiento, dependiendo además de los flujos financieros especulativos. Todo esto, según señala Guadagni, justifica los aumentos de precios y tarifas, ya que hubo precios irreales durante más de una década que no cubrían los costos y por sobre todo desalentaron la inversión y la producción, provocando las caras importaciones.
Alienta este especialista, como forma de salida, cumplir en todo lo que sostiene el Acuerdo Federal Energético impulsado por el gobierno nacional y convalidado por las provincias, el que fue refrendado en abril de 2017. Todo lo que se propone en este acuerdo es absolutamente válido y marca el rumbo a seguir.
Claro que aún cuando muchos de los aspectos de reorganización que se fueron proyectando en estos dos últimos años y que ahora tratan de llevarse adelante, como las reformas previsional y tributaria, además de la laboral que ahora se encuentra empantanada por la fuerte resistencia gremial, tropiezan con una larga serie de inconvenientes que surgen de aquellos que deben hacer algunas resignaciones, los que pueden visualizarse sin llegar a profundizar demasiado. Es muy complicado poder llevar adelante un sistema de renovación que se ajuste además a las nuevas condiciones que imperan en el mundo, en especial en aquellos países de mayor avance y desarrollo.
Es cierto también, que el esfuerzo no se debe volcar exclusivamente en el sector privado, y a veces en aquellos de menores recursos, sino que debe ser el propio Estado el que se ponga en primera fila del ajuste. En realidad, cierta reducción de gastos públicos hubo, pero todavía falta el recorte en el sector político, que es desde donde deben partir los ejemplos más claros y contundentes.
Ojalá el acuerdo energético pueda llevarse adelante, es un paso de mucha importancia.
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