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Editorial Sábado 17 de Febrero de 2018

Argentina espacial

Nuestro país hace 28 años que viene incursionando en actividades espaciales.

REDACCION

Por REDACCION

La historia de la Argentina y los satélites tuvo su origen en 1990, estando cercana a cumplir tres décadas, y se ha hecho bastante, lo cual resulta agradable decirlo, pues con más o menos recursos, el proyecto nunca fue abandonado y hoy se continúa adelante. La historia comenzó en realidad con el lanzamiento del primer satélite argentino, cuando hace 28 años se produjo la instalación en el espacio del Lusat I, impulsado por el cohete Ariadne para ubicarlo en órbita, todo lo cual había sido proyectado y ejecutado por la filial argentina de la Asociación Mundial de Satélites de Radioaficionados con el objetivo de proveer de un sistema de comunicaciones entre sus asociados.

Ahora está escribiéndose uno de los nuevos capítulos con el lanzamiento de Ada y Maryam, con lo cual ya son 17 los satélites puestos en órbita por nuestro país, debiéndose dejar en claro que este avance se registró merced a la participación de los sectores público y privado. El año 2000 marcó un gran avance cuando se puso en órbita el Sac C que se mantuvo en condiciones útiles durante 13 años, mientras que también puede recordarse dentro del repaso de los intentos experimentales el Sat-1 Víctor, el cual fue desarrollado en el Centro de Investigaciones Aplicadas del Instituto Universitario Aeronáutico de Córdoba, el cual llevó en su interior dos cámaras para tomar imágenes de la tierra, además de una baliza en Vhf, un transmisor-receptor en Uhf para telemetría y telecomando y otro para la bajada de las imágenes, constituyendo todo un logro técnico que fue confirmando lo exitoso de estos proyectos.

Tales experiencias fueron llevadas adelante cuando la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) sostuvo el programa estratégico para desarrollar en la Argentina el conocimiento y la tecnología necesaria para el sector. Uno de los resultados fue por ejemplo la serie de SAC (Satélites de Aplicaciones Científicas), encargados por la Conae y construidos por la empresa estatal rionegrina INVAP, habiéndose realizado hasta ahora cuatro misiones en cooperación con agencias espaciales internacionales.

El objetivo de tales incursiones satelitales eran el conseguir información del territorio nacional para actividades productivas como agricultura, hidrología, geología, clima, vigilancia del ambiente, manejo de recursos naturales y cartografía. El primero de esos satélites que fue lanzado fue el SAC-B en el año 1996, pero fallas en el cohete estadounidense que lo impulsaba no permitieron eyectar el satélite una vez en órbita. Razón por la cual el SAC-A, en 1998, quedó entonces como el que inauguró formalmente la carrera argentina en el espacio.

Ya en el año 2000 fue lanzado el satélite SAC-C, siendo el primero de observación terrestre, el cual -reiteramos- se mantuvo en condiciones operativas durante 13 años. En el mes de junio de 2011 se produjo el lanzamiento del SAC-D Aquarius, con el que por primera vez se midió la salinidad superficial de los océanos, y que además aportó importantes datos sobre el clima y la atmósfera.

La última de las misiones de estos satélites SAC se desarrolló en 2015.

Además, durante la primera década del siglo, investigadores de la Universidad Nacional del Comahue desarrollaron un satélite con finalidad educativa denominado Pehuensat-1, el cual despegó en enero de 2007 a bordo de un cohete lanzado desde la base aeroespacial de la India. Cabiendo también recordar que ese mismo año comenzó a fabricarse el Arsat 1, el primero de tres satélites geoestacionarios de comunicaciones proyectados entre el INVAP y ARSAT, que fue lanzado en 2014 para prestar servicios de televisión, telefonía, transmisión de datos e internet a nuestro país, Chile, Uruguay, Paraguay y la Antártida.

Luego el Arsat-2 fue lanzada el 30 de septiembre de 2015, con la finalidad de transportar señales de radiofrecuencia en banda Ku y banda C para telecomunicaciones, funcionando como un complemento del Arsat-1, extendiendo su espectro y cobertura al resto del continente americano.

Ahora, el Conae tiene en preparación un nuevo satélite de observación denominado Saocom 1A, estando en su fase final de construcción en el Invap, cuyo lanzamiento será en el mes de agosto próximo en un cohete Falcon 9 de la empresa Space X.

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