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Editorial Martes 17 de Septiembre de 2013

Apoyo a la paz

El acuerdo alcanzado por Siria parece estar atado con hilos y demanda de un mayor acompañamiento de países a favor de la paz.

REDACCION

Por REDACCION

Desde que la situación en Siria tomó estado público en la agenda internacional, el único país que salió a poner un freno a Estados Unidos y a sus países aliados fue Rusia, quien logró llegar a un acuerdo para la destrucción del armamento sirio, pero que sigue necesitando de un mayor respaldo para conseguir que ese acuerdo se mantenga. 

El tratado fue alcanzado este sábado en Ginebra y otorga a Damasco una semana para presentar una lista de sus armas químicas para su destrucción antes de mediados de 2014, pero prevé que una resolución de la ONU puede llegar a autorizar el uso de la fuerza.

Precisamente la ONU presentó ayer su informe sobre lo relevado en Siria donde se encontraron pruebas "claras y convincentes" del empleo de gas sarín. El organismo precisó que las armas químicas han sido utilizadas en "una escala relativamente grande" y advierte que fueron usadas "contra civiles, incluidos niños".

Lo que el informe de los expertos no señala, al menos en forma directa, es a los responsables de estos ataques.  Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia culpan a las fuerzas del régimen del presidente Bashar al Asad por el ataque. El gobierno sirio, respaldado por Rusia, responsabiliza por su parte a los rebeldes de la oposición. 

De hecho, el jefe de la diplomacia francesa, Laurent Fabius, sostuvo ayer que el contenido del informe no deja dudas "sobre el origen del ataque" y "refuerza la posición de quienes dijeron que el régimen es culpable".

En este sentido, los tres países aliados, desean que tras este informe el Consejo de Seguridad adopte una resolución que debe ser "fuerte" y "vinculante en lo que respecta a las obligaciones del régimen sirio". Además, advirtieron que si Asad no aplica el acuerdo sobre las armas "habrá consecuencias".

Esa advertencia aparecía en un primer proyecto de resolución preparado por París la semana pasada, que fue considerado "inaceptable" por Rusia. Ahora, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, señaló que el deseo de Estados Unidos, Francia y Reino Unido de una resolución "fuerte" de la ONU puede hacer fracasar los esfuerzos de paz. "Si para algunos es más importante amenazar constantemente (...) esa es la mejor vía para aniquilar las posibilidades de éxito de la conferencia Ginebra 2", dijo el ministro ruso.

Esta postura de Rusia, que ratifica la visión inicial que se ha tenido del conflicto, aparece de forma solitaria en medio de las voces de las principales potencias, que vienen presionando para lograr un consenso que permita avanzar con la intervención militar. Es por esto que, si la reacción de una parte de la comunidad internacional permitió la llegada del acuerdo, es ahora cuando el tema necesita de un mayor acompañamiento de países a favor de la paz. 

Por ahora, el acuerdo firmado establece la posibilidad de una intervención militar en caso de que no se respeten las exigencias de la Convención para la Prohibición de las Armas Químicas o de utilización de armas químicas por parte de quienquiera que sea. De todas maneras, el canciller ruso advirtió que su país verificará minuciosamente todas las informaciones sobre la utilización de armas químicas que puedan existir sobre Siria.

El jueves, el presidente sirio se había comprometido a enviar a Naciones Unidas los documentos para adherirse a esta Convención, pero a condición de que Estados Unidos deje de "amenazar" con una intervención militar y que cese de "dar armas" a los rebeldes.

Por su parte, Estados Unidos considera que Siria tiene 45 instalaciones relacionadas con el programa de armas químicas y que el régimen sirio empezó a diseminar su arsenal químico en cincuenta lugares diferentes para complicar las labores de control.

Frente a este panorama, no será nada simple mantener el acuerdo alcanzado. De respetarse, los inspectores de armamento tendrán que estar en Siria como máximo en noviembre con el fin de destruir las armas químicas a mediados de 2014. Y aparte de la cuestión de las armas químicas, estadounidenses y rusos esperan que el proceso desemboque en un acuerdo más ambicioso para poner fin a una guerra civil que en dos años y medio dejó unos 110.000 muertos. Ese debería ser el principal objetivo. 

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