Por REDACCION
Cuenta la historia reciente de la Argentina que después de una sucesión de crímenes machistas contra mujeres surgió un espontáneo reclamo feminista en defensa de la vida que rápidamente trascendió las fronteras nacionales y también del continente. Bajo la denominación "Ni Una Menos", el movimiento llevó a cientos de miles de mujeres a las calles de nuestro país para reclamar a las autoridades políticas públicas y compromiso social para detener la violencia de género que tiene su expresión más cruel en el femicidio. Fue un 3 de junio de 2015 cuando estalló la bronca, en aquella oportunidad luego del brutal asesinato de Chiara Páez, quien estaba embarazada de dos meses, ocurrido en mayo de ese año en la ciudad santafesina de Rufino, en el sur de la Provincia. El culpable fue su novio, Manuel Mansilla, entonces de 16 años, quien en 2017 fue condenado a una pena de 21 años y medio de prisión.
Y si bien este jueves se cumple el sexto aniversario de aquella marcha de la bronca, los avances registrados no son suficientes para frenar las situaciones de violencia y los femicidios. Un femicidio cada 35 horas es perpetrado en la Argentina, 8 de cada 10 casos ocurren en un contexto de violencia doméstica y 8 de cada 10 víctimas tenían un vínculo previo con su asesino, conforme registró la Oficina de la Mujer (OM) de la Corte Suprema de Justicia durante el 2020, el primer año de la actual pandemia. El Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina estableció que el año pasado hubo un total de 251 víctimas directas en nuestro país, entre ellas 6 consideradas travesticidio/transfemicidio, y 36 femicidios vinculados. Según el informe oficial de la Corte Suprema, la tasa cada 100.000 mujeres el año pasado fue 1,09 y la evolución de la distribución de femicidios directos se mantuvo relativamente estable entre 2017 a 2020.
De acuerdo a un artículo de la agencia Télam, que cita datos de la organización MuMalá-Mujeres de la Matria Latinoamericana, entre el 1 de enero y hasta el 30 de mayo de este año, hubo 94 femicidios, entre ellos 15 vinculados y 4 trans-travesticidios, lo que significa una cada 38 horas. Según MuMalá, en lo que va del 2021 se cometieron 143 muertes violentas de mujeres, travestis y trans, lo que registró una cada 25 horas.
Según el informe de la OM de la Corte, siete provincias tuvieron una tasa mayor que el promedio nacional: Jujuy (2,82); Tucumán (2,10); Chaco (1,97); Salta (1,53); Misiones (1,43); Santa Fe (1,38); y Corrientes (1,23). Aunque en algunas de ellas sucedieron pocos casos, el número es alto porque en la población de esos distritos hay menos mujeres. Si se tienen en cuenta solo las cantidades en números absolutos, el año pasado el 37 por ciento de los femicidios directos de Argentina ocurrieron en la provincia de Buenos Aires, seguido por el 10 por ciento de los casos en la provincia de Santa Fe, ambas con una amplia población femenina.
La OM de la Corte informó que del total de víctimas, 244 eran mujeres y 6 eran mujeres trans/travesti, mientras que para la víctima restante no se ha podido establecer si se trataba de una mujer o de una mujer trans/travesti porque el cuerpo se encontraba carbonizado, aunque sí se notificó que era mujer. En al menos el 84 por ciento de los casos había vínculo previo con el femicida: en el 59 por ciento eran pareja (116 casos) o expareja (51 casos); el 10 eran familiares y el 15 por ciento tenían otro tipo de vínculo. Además, con el análisis de los vínculos entre víctimas y agresores, se observó que en 195 de las 247 causas judiciales de femicidios con víctimas directas, el 79 por ciento ocurrieron en un contexto de violencia doméstica.
El informe revela que el promedio de edad de las víctimas directas de femicidio fue de 37,9 años y del total de casos 24 eran niñas y adolescentes (de 0 a 17 años) y, en el otro extremo, 11 por ciento tenía 60 años o más al momento del hecho. Sin embargo, el grupo etario con la tasa más alta fue el de 35 a 44 años. En tanto, el 74 por ciento de las víctimas directas de femicidio fueron asesinadas en viviendas, esto es, casi 3 de 4 víctimas: el 40 por ciento en la vivienda que compartían con el femicida, el 23 en su propia vivienda, el 7 en la vivienda del agresor, y el 4 en otro inmueble. Luego de cometer el hecho, 38 asesinos (14 por ciento) se suicidaron inmediatamente y 3 más lo hicieron de manera posterior (15 por ciento del total).
A seis años del levantamiento feminista contra la violencia machista, parece que todavía todo está por hacerse.
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