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Editorial Viernes 20 de Mayo de 2011

Alimentación mundial

EDITORIAL

Redacción

Por Redacción

Falta de alimentos


 De acuerdo con las conclusiones a las que se arribó en un estudio realizado por las Naciones Unidas, algo tan crucial y escaso como los alimentos, tiene un desperdicio de una tercera parte del total que se produce. Lo cual equivale a 1.300 millones de toneladas anuales de comida, estimativamente, ya que según un informe de la FAO -Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación- la producción anual total oscila en los 4.000 millones de toneladas, por todo concepto de productos alimenticios.

Existen diversos motivos por las cuales se pierden tantos alimentos. Uno de ellos, en los países en vías de desarrollo por ejemplo, la pérdida se explica aún antes de producirlos, debido a cultivos pobremente realizados y la falta de infraestructura, pero en cambio en las nacionales industrializadas la pérdida se debe al pobre empaquetado de los alimentos, a la costumbre de tirar comida que aún estando en buen estado sólo por haber comprado en exceso, en tanto que otra buena parte se deja ir en tiempos de vencimientos sin haberla consumido. Es decir, en aquellos países donde hay alimentos de la mejor calidad y en exceso, las pérdidas se registran en las tres instancias posibles: producción, comercialización y consumo.

Las pérdidas son realmente importantes, incluso considerando que de los 7.000 millones de personas que habitan la tierra, al menos 1.000 millones padecen hambre, en muchos casos en condiciones realmente miserables. Un dato ejemplificador para definir la situación es que en los países industrializados -los que tienen mayor nivel de responsabilidad- se dilapidan 670 millones de toneladas de frutas, tubérculos, raíces y hortalizas, en tanto que en los que están en vías de desarrollo -con menores posibilidades y bajo nivel cultural- se pierden unos 630 millones de toneladas de esos mismos alimentos. La suma equivale a prácticamente la mitad del total de las cosechas mundiales, que tanto en 2009 como en 2010 estuvieron en el orden de los 2.3 millones de toneladas.

El desperdicio per cápita oscila entre 95 y 115 kilogramos anuales en Estados Unidos y Europa, mientras que en Africa subsahariana, Asia meridional y el Sudeste asiático se pierden entre 6 y 11 kilos por persona. Además de las razones apuntadas, otra que debe tenerse en cuenta como influenciante en gran medida lo constituyen las pérdidas en la recolección y almacenaje, de modo especial con fuerte impacto en los pequeños productores.

El perjuicio que provoca esta pérdida de alimentos es enorme, ya que además hace aumentar los precios, alejando todavía más la posibilidad de compra de quienes menos recursos disponen. Es por ese motivo que reducir estas pérdidas significaría dar un importante paso adelante en la seguridad alimentaria que el mundo requiere.

Digamos además que mientras se contabiliza alrededor de 1.000 millones de personas las que pasan hambre en el mundo, en Latinoamérica y el Caribe hay 52 millones de personas que padecen hambre y cerca de 9 millones de niños afectados por la desnutrición.

Otro de los fuertes impactos sobre la alimentación mundial, es el cambio climático que se viene registrando en nuestro planeta, desertificando muchas regiones que antes eran fértiles, lo que hace que muchos países -Brasil por ejemplo con el Amazonas- avancen sobre la deforestación para incorporar nuevas extensiones dedicadas a la agricultura. Es decir, que además de la nefasta consecuencia de provocar hambruna, también tiene negatividad sobre el medio ambiente, cuyas consecuencias están siendo sentidas merced a catástrofes naturales que, como se advierte, no son todo lo naturales que se supone, sino tal vez causadas por la destrucción que está haciendo el hombre de su hábitat.

Ingresamos de tal manera, en un análisis extendido, ya que además del presente se encuentra seriamente comprometido el futuro del mundo, ya que el crecimiento de la población avanza a un ritmo vertiginoso. Desde esta misma sección editorial, hace unos días se comentó que sólo en los últimos 25 años la población subió 2.000 millones, estimándose que en octubre venidero se alcanzará los 7.000 millones, estando previsto de acuerdo a estos cálculos que en el año 2050 el mundo tendrá 9.300 millones de habitantes.

Si en este momento faltan alimentos, y la perspectiva de aumentar la producción es bastante complicada debido a las alteraciones climáticas, sin dudas lo serán mucho más todavía dentro de algunas décadas, pues las condiciones muestran una clara tendencia a empeorar. Por cierto, un futuro más que incierto en materia alimentaria.

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