Por REDACCION
Lamentablemente, el Concejo Municipal de Rafaela sigue sin resolver una materia pendiente desde hace seis años para fijar nuevos límites agronómicos y buenas prácticas productivas sin el uso de las fulminantes fumigaciones que tanto daños le hacen al castigado medio ambiente y a la población.
En la sesión ordinaria del jueves último el orden del día incluía un despacho de comisión sobre el proyecto para actualizar el plano perimétrico fitosanitario, más conocido como "agroquímicos", pero como no tuvo consenso entre los ediles desde que se le dio despacho el lunes pasado, volvió a comisión para ser analizado y enriquecido con otros aportes y miradas, ante la sorpresa de los presentes (productores agropecuarios, dirigentes de instituciones y ONGs).
Actualmente, rige la ordenanza Nº 3.600 en la que el Municipio, en cumplimento de la ley provincial Nº 11.273/95 y su decreto reglamentario Nº 552/97, establece una distancia de 200 metros contados a partir de la zona poblada del ejido urbano como límite agronómico, límite que también se fija para aquellos establecimientos educativos, de salud, recreativos, habitacionales u otros que se encuentren emplazados en el distrito Rafaela, fuera del ejido urbanizado de la ciudad y hoy determina las zonas de resguardo ambiental que deben respetarse para la aplicación de productos fitosanitarios. En función de la restricción actual a la aplicación de productos fitosanitarios representan una superficie de 760 hectáreas.
A nivel provincial hay un vacío legal sobre los metros a dejar en resguardo sin la utilización de fertilizantes. Ahora se conoció el dictamen de la comisión de salud de la Cámara de Diputados, proponiendo establecer 1000 metros, el doble de la propuesta del proyecto en el Concejo rafaelino.
En este contexto, está muy interesante el "Informe oportunidades para el desarrollo productivo agroecológico y de generación de resiliencia sistémica en el área periurbana de la ciudad de Rafaela" elaborado por un equipo transdisciplinario a solicitud del Instituto de Desarrollo Sustentable, enviado al cuerpo legislativo el 10 de agosto último.
"Habiendo evaluado la positiva recepción que han tenido las propuestas acercadas por el ingeniero Eduardo Cerdá durante la presentación participativa realizada el 8 de junio en la Sociedad Rural de Rafaela, se propone que el Municipio de Rafaela evalúe la posibilidad de sumarse a la RENAMA (Red Nacional de Municipios y Comunidades que fomentan la Agroecología) y generar grupos de productores interesados en incursionar en experiencias de transición hacia la producción agroecológica", destaca el trabajo mencionado. ¿Lo habrán leído los concejales?
En esta línea argumentativa vienen creciendo las alternativas para productos orgánicos en nuestro país, que ya tiene ganado su prestigio como el segundo país que produce y exporta (Estados Unidos y Europa); apuesta a diversificar su oferta, avanzando en nuevos campos con planes de capacitación, financiamiento y promoción.
Sobre la gravedad de las consecuencias producidas por los cambios climáticos, está la opinión de un experto en la materia: se trata de Carlos Galano, docente de la Universidad Nacional de Rosario e integrante del Pensamiento Ambiental Latinoamericano: "un debate franco para desmontar las mistificaciones que hay a lo que llamamos la importancia del desarrollo de los viejos modelos agrarios, la sojización ha ocupado la pampa gringa como llamó Pedroni (José, poeta de Esperanza), donde se arrojaron en el ciclo de la campaña pasada casi 800 millones de litros de glifosato, un verdadero veneno para la tierra y para la salud humana, ya que lo hemos comprobado en la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR, donde el doctor Andrés Carrasco (murió hace 5 años) era el más importante investigador de la problemática del impacto del glifosato sobre la salud humana, que produce cáncer, infertilidad, acelera los procesos de alzheimer y cambia la embriología" (entrevista realizada en el programa “Sábado 100” en radio Sol Rafaela FM 90,9, en 2015).
A decir verdad, el problema es por demás de complejo, pero también requiere soluciones de parte de los concejales que fueron elegidos por el voto. Este proyecto no debe otra vez "cajonearse" sino que en un tiempo razonable amerita tener otra vez despacho de comisión. Por este motivo, el cuerpo legislativo debe convocar a los principales actores sociales de la ciudad y si fuera necesario a algún especialista de afuera. Está en juego la salud de la población y no se puede producir con tóxicos en la zona periurbana de Rafaela. En caso de extenderse el límite agronómico, ¿es más importante el supuesto perjuicio económico o la defensa del medio ambiente, la "casa común" como afirma el papa Francisco en Laudato si?
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