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Editorial Sábado 19 de Octubre de 2013

Acueducto y autovía

Se trata de dos obras fundamentales para el futuro de nuestra ciudad y la región. La necesidad de agua y la seguridad del tránsito, justifican la ansiedad.

REDACCION

Por REDACCION

El nuevo acueducto que abastezca del agua que una ciudad en constante crecimiento como Rafaela demanda, y la transformación en autovía de la ruta nacional 34, son las dos obras de infraestructura de mayor trascendencia para la ciudad, y especialmente para sus habitantes. En ambos casos, estas obras, aún habiendo sido desde aquí reclamadas y gestionadas, tienen una fuerte proyección regional, especialmente en el caso de la carretera que atraviesa todo el departamento Castellanos pero que forma parte de la red central vial del país, en tanto que el acueducto, aunque en varios tramos, está previsto que desde su toma en Desvío Arijón abastezca a cerca de 90 localidades en una traza que en una cuarta etapa de trabajos alcance hasta Tostado.

En ambos casos hay trabajos en marcha, aunque en diferentes instancias. Respecto al acueducto, aunque con gran demora, se encuentra realizada la toma de agua en Desvío Arijón y se dispone de un avance del 20% en su primera etapa hasta Santo Tomé, siendo la falta de recursos la principal traba para darle mayor impulso a una obra que, aunque no con la ansiedad que tienen los rafaelinos que ya se aprestan a pasar un nuevo verano con los inconvenientes de siempre, está en desarrollo. En cuanto a la posibilidad de la autovía, tantas veces anunciada, esta vez parece estar encaminada en los hechos, ya que las nuevas firmas gerenciadoras del concesionamiento -a cargo desde mayo pasado- se encuentran realizando trabajos de mantenimiento y adecuación como nunca antes se había visto, y además comprometidas con llevar adelante la obra que en su primera etapa será entre Angélica y Sunchales, que incluye la "variante Rafaela", para lo cual comenzarán a efectuar los trabajos de relevamiento topográfico antes que concluya el presente mes de octubre.

Tenemos entonces el acueducto en marcha y la autovía prácticamente a punto de estarlo, como nunca antes había ocurrido, con lo cual Rafaela se beneficiaría con dos obras fundamentales para el futuro. Una de ellas, como la recepción de agua para satisfacer la demanda necesaria, permitiendo una proyección mayor a futuro, en tanto que la esperada autovía eliminará un factor de altísimo riesgo que tantas vidas se llevó por la sucesión de accidentes, con una trascendencia muy especial para nuestra ciudad debido a la circunvalación que se hará por el sector oeste, lo cual convertirá al sector ya refuncionalizado de 8,3 kilómetros en prácticamente una importante avenida, ya que el tránsito pesado será desviado en su mayor parte.

Es cierto que nos estamos anticipando a los hechos, pero el impacto que tendrán ambas realizaciones es tanto, que no podemos sustraernos al impacto que provocarán en la ciudad cuando pueda contarse con ellas. ¿Que falta mucho tiempo? Es cierto, aún partiendo  de una expresión de deseos, es tan trascendente lo que significarán para el futuro de Rafaela y la región, que no se puede menos que alentarlas. Y aquí no importan "gestores", menciones o referencias que las relacionen con lo político, donde siempre ingresan malentendidos, cruzamientos y, lamentablemente, muchas veces cuestiones personales que suelen convertirse en obstáculos. Aquí lo que en realidad importa, y que está por sobre todo lo demás, es que el acueducto y la autovía puedan concretarse, y en eso estamos, apoyando y alentando para que sean realidad.

Cuando pasen los años, poco y nada importará la placa que se descubra en la inauguración o quien haya cortado las cintas, lo que en cambio sí será trascendente es que se contará con dos obras fundamentales para Rafaela y la región, usadas diariamente. En un caso, para que muchísima gente pueda vivir con dignidad, como es la disponibilidad de agua en la cantidad suficiente que demanda un ser humano, además, preservando su salud; en el otro, resguardando nada menos que la vida, ya que con la cantidad de tránsito que tiene actualmente -unos 8.000 vehículos pasan cada día por la ruta 34, siendo el tramo Angélica-Sunchales el de mayor densidad de los 1.488 kilómetros de esta carretera- es una de las más peligrosas del país.

Rafaela espera, los rafaelinos son demandantes pero pacientes, aunque críticos de la promesa incumplida. Todo es cuestión de tiempo.

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