Por Redacción
Sr. Director:
Leí las declaraciones del gerente de ASSA en Rafaela, en la edición del jueves del Diario, respecto de la resolución judicial que obliga a la empresa a proveer agua potable a un loteo. Específicamente declaró: "Esta es una cuestión que se ha heredado y que es consecuencia de la falta de agua que hay en la ciudad y del acueducto que ya deberíamos tener desde hace varios años en nuestra ciudad. Es una situación triste" .
En primer lugar, quisiera recordarle que la situación ha sido heredada del mismo gobierno que él representa, que hace ya 8 años y 8 meses que está en el poder, con lo que no puede justificar nada con ese argumento. En segundo lugar, habla del acueducto que ya deberíamos tener. No podría estar más de acuerdo, con la diferencia que él está en un cargo de responsabilidad en ASSA, mientras que yo soy una simple ciudadana y usuaria que lo estoy demandando informalmente desde hace mucho tiempo y formalmente desde el 1 de febrero último ante la Defensoría del Pueblo de la Provincia, y no he tenido ninguna respuesta ni del Gobierno, ni de la Defensoría, ni del ENRESS, ni de ASSA.
Teniendo en cuenta que el año pasado antes de las elecciones nos quisieron embaucar con el tendido de la cañería y que en mayo de este año nos dijeron que estaba la gente de Abu Dhabi para analizar y verificar la documentación del préstamo que permitiría ejecutar la obra del acueducto, sería muy interesante, y a esta altura obligatorio, que nos informen una fecha de inicio de la obra.
Para finalizar, lo último que quisiera leer es que el responsable local de ASSA me hable de una situación triste. Ya sabemos que es triste e indigno que un gobierno con más de 8 años en el poder, conociendo los problemas que Rafaela experimenta con la oferta del agua potable, no de respuestas ciertas a este problema. Es lo mismo que aceptar que el ministro de Trabajo de la Nación le pida a "Dios que nos acompañe cuidando el trabajo de los que lo tienen y abriendo oportunidades para los que lo buscan".
Si sólo se trata de declarar lo triste que es la situación o pedir a Dios que nos solucione los problemas, entonces cerremos todas las oficinas de gobierno, y bajemos el gasto público en salarios, para contribuir a bajar el déficit fiscal.
Lilián Koper
Rafaela
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