Por REDACCION
Desde que Toyota anunció que desarrollaría un SUV basado en el Corolla, las expectativas de muchos potenciales compradores fueron tan grandes que, por ejemplo en Brasil (uno de los países donde se produce, junto con Tailandia y Taiwán), algunos concesionarios llegaron a tener “listas de espera” antes del lanzamiento, sin siquiera conocer el equipamiento y el precio que iba a tener el modelo en cuestión.
Es que el exitoso sedán logró cautivar a propios y ajenos conforme fue madurando a lo largo de sus doce generaciones: esa confiabilidad lo convirtió en el “best seller” de la marca nipona en todo el mundo. Indudablemente, en Toyota entendieron que debían trasladar esa reputación a un segmento tan expansivo como el de los SUV (medianos), una liga nutrida de participantes de diversas marcas y orígenes.
De alguna manera, esa es la génesis del nuevo Corolla Cross, modelo que comparte la moderna plataforma TNGA con varios productos globales de la marca, entre ellos el C-HR “made in Turquía”, el Rav4 de origen japonés e incluso el Corolla a secas, del cual toma la base.
Sin embargo, este nuevo Sport Utility se ofrece en la actualidad únicamente en los considerados “mercados emergentes” de Latinoamérica y el sudeste asiático.
LA GAMA
La gama está conformada prácticamente de la misma manera que la de su homónimo tricuerpo (con una motorización híbrida de 122 CV y otra naftera de 170 caballos), con la diferencia de que en el Cross no hay versiones manuales: los dos impulsores trabajan asociados con cajas automáticas de variador continuo (eCVT y CVT, respectivamente).
Otro dato a considerar es que no existen versiones 4x4: todas cuentan con tracción delantera. Por ese motivo, la estrategia de Toyota en nuestro mercado fue discontinuar la variante 2WD de Rav4 para allanarle el camino al Corolla Cross y de este modo evitar una “canibalización” entre ambos productos. A continuación analizamos la variante tope de gama SEG con el motor a combustión.
ATRAE EL PROMEDIO
La estética del Corolla Cross divide opiniones. Más allá del subjetivo terreno de los gustos personales, quizás el sector más “controversial” de la carrocería sea el frontal, donde la parrilla (un tanto exagerada) ofrece una expresión que no es de las más alegres. Pero lateralmente son innegables algunas reminiscencias con el estilo del Rav4, como por ejemplo la musculatura de las puertas y los pasaruedas.
Lo mismo ocurre con el remate del parante C y los modernos y atractivos diseños del portón trasero y las ópticas. Esta versión full es la única (junto con la equivalente híbrida) que calza llantas de 18 pulgadas, mientras que el despeje de la carrocería de todas las variantes es el mismo: 18 centímetros (3 más que en el Corolla).
El posicionamiento que Toyota le da a este modelo lo ubica justamente entre los mencionados anteriormente, y eso responde al concepto del vehículo: hoy los SUV “cotizan” más que un sedán.
De todos modos, pese estar construido sobre la misma arquitectura, el Cross es más chico que ambos. Su carrocería mide 4,46 metros de largo, es decir que es 17 y 14 cm más corta que la del Corolla y la del Rav4, respectivamente.
A lo ancho es 4,5 cm más grande que el sedán, pero 3 cm más angosto que el SUV nipón (1,82 m), mientras que los 1,62 m de altura lo ubican en término medio entre ambos modelos (18 más alto y 6,5 cm más bajo, respectivamente).
SIN SORPRESAS
Fiel a la filosofía de Toyota, el apartado mecánico parece "una declaración de principios": mientras sus rivales directos (entre ellos, el Jeep Compass y el Volkswagen Taos) se lanzarán inminentemente con motores turboalimentados fruto del “downsizing”, la marca nipona recurre a su confiable fórmula “aspirada”.
Es por ello que el Corolla Cross naftero se sirve del conocido propulsor de dos litros de cilindrada y 170 caballos de su hermano sedán –con doble distribución variable por cadena y un sistema de inyección mixta–, que entrega 20,3 kgm de par máximo entre las 4.400 y 4.800 rpm.
Cuenta con tracción delantera y equipa una transmisión automática CVT con diez velocidades que, a pesar de tener las últimas nueve marchas pre-programadas y una primera con un engranaje mecánico convencional para aprovechar la respuesta del motor durante los arranques, presenta una respuesta general un tanto remolona (como toda caja de variador continuo), fundamentalmente al momento de realizar intempestivos cambios de marcha, con los característicos patinamientos que hacen crecer el sonido del motor.
No es un auto para batir récords de velocidad, pero si el usuario desea exprimir un poco más sus capacidades, puede hacerlo seleccionando el botón PWR ubicado en la consola central (una suerte de modo “sport” que estira las rpm), o bien pasando los cambios a través de las levas del volante o el modo secuencial del selector.
Nobleza obliga, hay que remarcar que las prestaciones del Toyota Corolla Cross son más que apropiadas para un vehículo orientado al uso familiar. Durante nuestras pruebas de rigor aceleró de “cero a cien” en 9,5 segundos y alcanzó una velocidad máxima de 193,3 km/h.
En tanto, el valor de recuperación de 80 a 120 km/h, que da una idea de su capacidad para realizar un sobrepaso en la ruta, fue de 6,4 segundos. Todos estos parámetros difieren apenas en milésimas respecto del sedán.
Lo mismo ocurre con el rendimiento de combustible, que arrojó un promedio razonable de 12,8 km/l, aunque penalizado por el desempeño urbano, donde puede recorrer unos 8,9 kilómetros por cada litro de combustible. Una gran diferencia respecto del sedán es que la capacidad del tanque de combustible es inferior (55 vs. 47 litros), y en consecuencia es menor la autonomía. (Fuente: Alejandro Cortina - Parabrisas / Perfil).
Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.