Por REDACCION
Hace dos meses se lanzó en el país la quinta generación de un modelo referente entre los sport utility vehicles (SUV) medianos, el Honda CR-V.
Este flamante CR-V es íntegramente nuevo: plataforma, diseño, mecánica y tecnología. Hasta la procedencia; mientras antes llegaba de México, ahora lo hace desde Estados Unidos. Esto resulta una desventaja desde lo fiscal: el CR-V ahora carga con el 35% que grava a los vehículos extrazona, lo que influye en el precio de la única versión, EXT.
Sin embargo, desde la perspectiva de la habitabilidad, comodidad, calidad de las terminaciones y los materiales, respuesta de la mecánica, confort de marcha y tecnología, queda claro que los estándares del nuevo CR-V deben responder a un mercado muy exigente como el norteamericano.
El diseño, atractivo y moderno, confluye con el nuevo lenguaje de Honda en la materia, pero con la distinción de mantener la identidad del modelo. Solo la resolución de los pilares traseros y las nuevas ópticas posteriores (full LED) escapan a lo clásico en el CR-V, apelando a líneas zigzagueantes entre unos y otras, que le quedan muy bien.
La nueva plataforma permitió aumentar la distancia entre ejes más de 4 cm (de 261,9 a 266) y eso significó el incremento de la ya de por sí excelente habitabilidad para los pasajeros del asiento trasero (con respaldo reclinable): dos adultos viajarán muy cómodos (ahora con salidas de climatización y dos puertos USB de carga para ellos). Esto, sin perjudicar el baúl; con 646 L de capacidad está entre los más grandes del segmento. El portón eléctrico tiene función manos libres: basta pasar el pie por debajo del paragolpes para que se abra.
El conductor dispone de una comodísima butaca con regulación eléctrica y dos memorias, que proporciona una posición de manejo superlativa, que se vuelve aún más cómoda por el moderno diseño y la funcionalidad de todo el entorno: el tablero digital pleno de información, la gran pantalla táctil de alta resolución y la estupenda respuesta de la dirección con asistencia eléctrica.
Este nuevo CR-V hace la vida aún más fácil con el sistema Lanewatch: una cámara en el retrovisor derecho que se activa al bajar la palanca del giro hacia ese lado, mostrando a pleno el punto ciego del lateral trasero derecho. También se pone en funcionamiento con un botón en la punta de la palanca de las luces. Otro elemento interesante es el Head-Up Display (HUD), que refleja información como la velocidad y otras en el parabrisas.
Para estacionar cuenta con cámara de retroceso (con tres ángulos y guías direccionales) y sensores traseros, pero no con delanteros. Tiene 6 airbags, anclajes Isofix, freno de estacionamiento eléctrico, sistema detector de fatiga, monitoreo de la presión de los neumáticos y mucho más.
Todo es nuevo, incluso el motor de 4 cilindros en línea 1.5 L Turbo con inyección directa y sistema variable de válvulas i-VTEC, que entrega 190 CV a 5600 rpm y un par de 24,5 kgm entre 2000 y 5000 rpm. Lo acompaña una caja de velocidades automática del tipo CVT (variable continua) con 7 marchas preconfiguradas para apurar los cambios con las levas en el volante (otra novedad), y modos ECON y Sport.
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