Por REDACCION
PEKIN, 24 (AFP-NA). - El Salón Internacional del Automóvil de Pekín abre mañana miércoles con la asistencia de las principales marcas mundiales, dispuestas a pelear con las empresas chinas por sus cuotas en el mayor mercado mundial, que el año pasado absorbió casi 29 millones.
Organizado cada dos años en la capital china (la sede se alterna con Shangai) este salón es una cita inevitable para el sector, y a pesar de una desaceleración de ventas en 2017, "nadie puede dejar de concurrir", afirma Ferdinand Dudenhöffer, director del Centro de Investigaciones Automotrices, basado en Alemania.
La edición 2018, sin embargo, podría verse "contaminada" por temas más políticos, en especial el fantasma de una guerra comercial entre China y Estados Unidos, que inquieta al sector, como así también por los anuncios de apertura económica de Pekín que apenas si mueven un optimismo muy prudente.
El presidente chino Xi Jinping ha prometido para este año una reducción de los derechos de aduana para los vehículos importados, un regalo para las marcas de lujo que apuntan al ávido y ansioso megamercado de los millonarios chinos.
Pero de todas formas esta previsible mayor demanda de autos de gran lujo en China tendrá efectos muy limitados sobre el conjunto del mercado mundial.
El anuncio más importante, aunque habrá que esperar por él, es la decisión de China de suspender a partir de 2022 las restricciones a los fabricantes extranjeros para controlar plantas productoras filiales en China.
Actualmente las empresas extranjeras están obligadas a asociarse con una compañía local la que debe tener como mínimo el 50 por ciento del capital.
De todas formas la eliminación de esta restricción tendrá un aperitivo este mismo año --afirma Pekín-- en el sector de automóviles eléctricos, un segmento al que la hipercontaminada China apuesta con energía.
En cualquier caso el optimismo es muy limitado y en la práctica muy pocas cosas cambiarán, ya que "será muy complicado para las compañías extranjeras reestructurar esas filiales" con grandes volúmenes de producción, dijo a la AFP Bill Russo, director de la consultora Gao Feng Advisory.
Pero quienes todavía no están instalados, como por ejemplo la empresa estadounidense productora de autos eléctricos de lujo Tesla, podría aprovechar plenamente la nueva legislación.
TENDENCIA
TODO TERRENO
Estas decisiones, al tiempo que normalizan las reglas comerciales, refleja "la competitividad de los grupos chinos" ahora juzgados capaces de enfrentar en pie de igualdad a sus competidores japoneses, surcoreanos, europeos y estadounidenses, dijo Guillaume Crunelle, de la consultora Deloitte.
Las empresas extranjeras retienen todavía el 55% del mercado automotriz chino, pero su participación está en retroceso constante.
Las empresas chinas, por ejemplo, ya controlan el 60% del nicho de los todo terreno urbanos o SUV, y que representa el segmento de mayor progreso de ventas.
"Las empresas extranjeras han enfrentado estos dos años a una competencia encarnizada de las empresa locales que fabrican todos terreno más baratos", advierte Russo.
El impacto de esto es menor "en las marcas de lujo" como Mercedes, Audi o BMW, pero afecta a las empresas de gama intermedia" como Ford o Peugeot-Citroën, agrega Russo.
ELÉCTRICOS
AVANZAN
El salón prestará especial atención a los autos eléctricos, ya que a partir de 2019 la legislación china impondrá a cada fabricante cuotas de vehículos impulsados por "energía nuevas".
Esto debería impulsar las ventas de autos eléctricos o híbridos, que ya en 2017 aumentaron un 53%, aunque siguen representando apenas un 2,7% del total.
Esto podría dar nuevo impulso a una constelación de start-ups chinas, como por ejemplo Lynk&Co o NIO, que atacan el mercado de autos eléctricos.
En conjunto las ventas de automóviles en China aumentaron un 3% en 2017, muy por debajo del espectacular alza de 14% registrada en 2016.
Li Yanwei, analista de la federación china de concesionarios, pronostica que en 2018 las ventas volverán a subir otro 3%, arrastradas por los SUV.
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